Temor al futuro con republicanos en todos los niveles de gobierno

Marco Vinicio González

Noticiero Latino

Por primera vez en más de un siglo todas las ramas del gobierno estatal en Carolina del Norte están en manos de los republicanos, cuya Legislatura se prepara para emprender severos cambio hacia políticas gubernamentales mucho más conservadoras, reporta The New York Times.

Uno de los principales blancos de los republicanos en el poder, que la población en Carolina del Norte teme que sean atacados es el aborto; es decir, su prohibición irrestricta o bajo cualquier circunstancia, con el consecuente cierre de clínicas que brindan este servicio en la entidad.

Además se espera que vendrán en cascada una serie de medidas para reducir impuestos  y regulaciones a los negocios, acabar con la titularidad de los maestros, bloquear la expansión del Medicaid, cortar los subsidios de desempleo, acabar con los obstáculos a la pena de muerte y permitir armas ocultas en bares y restaurantes, entre otras políticas tradicionalmente favorecidas por los republicanos.

Esto, luego de que el gobernador Pat McCory instituyera esta semana una de las leyes más draconianas, la ley de identificación del votante, con la que queda prohibido, entre otras cosas, registrarse para votar el mismo día de la votación, o sufragar por anticipados, en las llamadas votaciones tempranas, como reportamos oportunamente en este mismo espacio.

Activistas y defensores de los derechos civiles de Carolina del Norte no se han quedado de brazos cruzados y han comenzado impulsar protestas todas las semanas, principalmente en Raleigh, la capital del estado, y a interponer sendas demandas judiciales contra las políticas restrictivas de los republicanos. Esta semana por ejemplo, la Asociación Nacional para el Avance de la Gente de Color, NAACP, demando al gobierno de McCory por la ley de identificación del votante.

Carolina del Norte, concluye el Times, se halla sumida en la preocupación por el ‘pragmatismo’ de los políticos republicanos, eufemismo para denotar el giro hacia una derecha recalcitrante en las polítíticas gubernamentales ahora decididas, sin obstáculos políticos, por los republicanos.