La Ley del Campo: atrapada en el estancamiento electoral
Omar Flores, copropietario de Flores Produce en Virginia, cultiva 60 acres sólo con el apoyo de su familia y sin ayuda oficial. José López Zamorano.
A sólo semanas del plazo para alcanzar un acuerdo sobre la extensión de la Ley del Campo, las negociaciones se encuentran estancadas, presas del ciclo electoral. Líderes republicanos presionan para eliminar los subsidios alimentarios y las inversiones en la agricultura climáticamente inteligente. Al mismo tiempo, sectores agrícolas cabildean de última hora para aumentar el apoyo a los pequeños agricultores y los cultivos orgánicos. José López Zamorano visitó campos agrícolas en Virginia, y nos presenta este reporte desde la ciudad de Washington.
“Estamos estancados…”
Rudy Arredondo no puede ocultar su frustración. Como presidente de Latino Farmers & Ranchers International cabildea intensamente en el Congreso para lograr que una nueva Ley del Campo, con duración de 5 años y que preserve programas esenciales para los agricultores más vulnerables y apoyo a decenas de miles de agricultores afectados por fenómenos climáticos.
Pero las negociaciones están en un punto muerto porque la versión de la Ley del Campo de los republicanos de la cámara baja desmantela las inversiones en agricultura climáticamente inteligente y reduce los subsidios alimentarios a personas de bajos ingresos, a fin de reducir el costo total de la legislación, de al menos 850 mil millones de dólares.
“Quieren eliminar los programas de nutrición. Todo. WIC, SNAP, todo eso. El 80 por ciento de esa suma es para programas alimentarios; 20% es subsidios a los grandes agricultores, y unas migajas para los pequeños productores. Si no incluyes a los programas de alimentos, no tienes Farm Bill”
Organizaciones de defensa del medio ambiente se encuentran en pie de lucha por lo que consideran un intento deliberado de los republicanos, de echar atrás las históricas inversiones por 20 mil millones de dólares, de la Ley de Reducción Inflacionaria (IRA), para sustituir prácticas perjudiciales al medio ambienté con agricultura climáticamente inteligente.
“Nos preocupa muchísimo porque este no es el primer intento para reducir los fondos que vienen de la ley de reducción de la inflación. Ya hemos visto que más de 30 veces me han querido desmantelar estos fondos“
Antonieta Cádiz, directora ejecutiva de la organización Climate Power en Acción tiene esperanzas de conseguir apoyo de aliados ambientales, como la presidenta del Comité de Agricultura del Senado, la demócrata Debbie Stabenow, de Michigan.
Se ha comprometido a que si de alguna manera la legislación, los fondos se desmantelan, o no se remuevan, ella no va a dejar avanzar la legislación.
Para Rebecca Riley, directora de Alimentación y Agricultura, del Consejo de Defensa de Recursos Naturales (NRDC), la eliminación de las inversiones históricas en la agricultura climáticamente inteligente es la razón número uno por la cual la propuesta republicana de ley del campo es tan perjudicial.
“Lo que los republicanos están intentando hacer es borrar el progreso. El sector agrícola impacta el cambio climático de manera desproporcionada. En este momento la agricultura produce el 10% de las emisiones contaminantes de Estados Unidos“
La abogada climática estima que, debido a que las actuales políticas buscan reducir las emisiones en otros sectores, como por ejemplo el automovilístico, el impacto ambiental negativo de la agricultura podría ascender al 30% en los próximos años en Estados Unidos.
Omar Flores es propietario junto con su padre de Flores Produce, una granja ubicada en Hague, Virginia, a unas 120 millas de Washington y su única experiencia con los programas de apoyo agrícola lo dejó con un mal sabor de boca.
“Una vez, cuando recién compré el rancho, les pedí una ayuda y no me dieron la ayuda. Duré 2 semanas para llenar la aplicación. Pero cuando regresaron y me iban a dar mi cheque, me dieron un portafolio de lo que querían saber; cuánto abono usaba, y quien sabe que tanto. Iba a tener que contratar a alguien por un préstamo de 35 mil dólares y dije ¡No!“
Actualmente Omar, su padre, su madre y su esposa cultivan 40 acres propias y 20 rentadas, aunque están en pláticas para rentar unas más, con una variedad de cultivos; pero ninguno orgánico, debido a los costos de producción y a las regulaciones.
“Un poquito de todo, hierbas mexicanas, hierbas de El Salvador, hierbas de poblanos, hierbas chinas, lo que les gusta a los americanos: sandías con semilla, sin semilla, amarillas, anaranjadas, de todo“
Omar considera que si no hubiera tantos requisitos burocráticos buscaría apoyo para automatizar algunas actividades del trabajo intensivo, que toman mucho tiempo y esfuerzo.
“A veces duramos 3 o 4 horas en regar, pero nos ayudaría algo automático; no lo hacemos porque serían 100 mil o 200 mil dólares para acomodar eso. A lo mejor podría salir más barato, pero nunca hemos investigado”
Rudy Arredondo reconoce que una nueva ley del campo podría mejorar los procedimientos oficiales para que los granjeros, en especial los pequeños agricultores latinos, como Omar, puedan llenar los requisitos.
“Los formularios son increíblemente complejos; requieren mucha atención, mucha información, muchos datos, y para tener éxito en el acceso a recursos del Departamento de Agricultura, hay falta de personal bilingüe y el primer paso es que tienes que registrar tu finca”
Lupita Valencia, cuya granja se encuentra en el mismo condado de Westmoreland, en Virginia, y la trabaja sólo con su novio, está convencida que el apoyo a los agricultores es necesario debido a los costos de producción y a la falta de personal para trabajar en el campo.
“Sí, estamos buscando ayuda, porque es mucho dinero que se pone para las semillas, trabajadores, y pues ahorita nadie quiere trabajar. Todo esto que ve, nada más yo y él. Nadie quiere trabajar”
Las organizaciones de granjeros han mantenido un intenso cabildeo, tocando las puertas de miembros clave en los comités de Agricultura de la cámara baja y el Senado. Pero el Congreso regresó de su receso de agosto, sin llegar a un acuerdo, por lo que sólo dispondrá de unas cuatro semanas antes que venza el plazo el 30 de septiembre.
El senador demócrata de Colorado, Michael Bennet, miembro del Comité de Agricultura, sigue esperanzado en que se pueda lograr un acuerdo.
“Espero que cuando regresemos en septiembre hagamos progreso y tratemos de completarlo después de las elecciones. Una extensión no es un sustituto de una nueva ley de cinco años”
Tanto los granjeros como activistas y expertos agrícolas coinciden que la Ley del Campo requiere ser actualizada y no sólo extendida.
Entre los rubros más importantes que requieren apoyos se encuentra la cobertura para los llamados programas huérfanos, actualizar los precios de referencia para cobertura de seguro y riesgo, mayor financiamiento para investigación agrícola y para los programas de conservación.
La senadora Debbie Stabenow, presidenta del Comité de Agricultura del Senado, se retira a finales del año y ve a una nueva Ley del Campo como su legado.
“Mi meta es apoyar a toda la agricultura y a todo el país. Asuntos forestales, incendios, sequías y otras cosas”
Antonieta Cádiz sostiene que las organizaciones de defensa del medio ambiente no cejarán en sus esfuerzos por lograr una nueva Ley del Campo, a pesar de las dificultades que representa tratar de lograrlo en un año de elecciones.
“Nuestra estrategia constante es hablar de estos temas, poner el dedo en el renglón. Y decir, explicarle a la comunidad, estos fondos existen, son importantes y estos son los beneficios”
Para la Edición Semanaria de Noticiero Latino desde la capital Washington, José López Zamorano.
Este fue un reporte apoyado en parte por la Walton Family Foundation.
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