Ambientalistas reverdecen árido delta del río Colorado
Un aspecto de la zona reforestada de Laguna Grande. Foto: Alejandro Maciel.
El excesivo uso del agua del río Colorado y el impacto de la sequía debido al calentamiento global han causado que la corriente ya no llegue al Golfo de California, como ocurría hace más de seis décadas. Por esa razón, el delta del río Colorado, ubicado en el lado mexicano de la frontera, se convirtió en un paraje seco y desolado. Para mitigar el deterioro ambiental, una organización binacional organizó a vecinos y voluntarios y construyó Laguna Grande, un proyecto de restauración del hábitat que ha llenado de optimismo a ambientalistas y pobladores de la región. Alejandro Maciel visitó el proyecto y nos entrega el siguiente reporte desde Mexicali, Baja California.
Mientras viajo a Laguna Grande, localizada a unos 90 kilómetros de la zona urbana de Mexicali, pasamos por la zona agrícola irrigada con el agua del rio Colorado. El verdor de las cosechas de algodón, trigo y hortalizas lo cubre todo, pero en cuanto nos alejamos del agua, la tierra reseca se impone en el paisaje.
Después de manejar otros 15 minutos entre canales de riego y extensas áreas cultivadas, llegamos a una zona donde se alcanza a ver un brazo del rio Colorado, donde se encuentra Laguna Grande.
Es una sensación extraña porque a pesar del calor que reina en toda la zona, aquí la temperatura se siente un poco más fresca. El rumor del viento se confunde con el movimiento de las ramas y la presencia de grandes parvadas de aves migratorias; la flora y la fauna que había desaparecido está de regreso.
Massiel García es vocera del Sonoran Institute en Mexicali.
“Hay muchas aves, ahorita podríamos escuchar unos patitos, las libélulas, las libélulas son un indicador importante, quiere decir que el agua está limpia”
Hace apenas dos décadas Laguna Grande era un paisaje estéril, al igual que gran parte del delta del río Colorado. Este tramo de cinco kilómetros de río en el Valle de Mexicali ofrecía un espectáculo lamentable. Las presas y los canales para el control de inundaciones redujeron el poderoso rio Colorado a solamente un insignificante chorro de agua.
El área estaba invadida por pinos salados, un arbusto invasor que ahogaba los álamos y sauces nativos que proporcionaban un hábitat vital para las aves migratorias y otros animales silvestres. Los días de abundancia de castores, linces, zorros, mapaches, coyotes y grandes felinos, se habían ido.
También quedaron atrás las gigantescas bandadas de aves migratorias que llegaban a esta región en busca de descanso. A pesar de esas condiciones, en el 2008 el Sonoran Institute consideró que el sitio tenía potencial para la restauración.
“Varios analistas ambientales decidieron empezar con el proyecto de ver qué se podía hacer para, pues, revivir esta zona y llegar a una reforestación, una restauración del sitio, pues lo mejor posible”
Es Cesar Enrique Félix Anaya, coordinador de educación de dicho proyecto en Mexicali.
“Lo consideramos nosotros como un oasis en el desierto, porque si nosotros checamos, vemos un mapa satelital, va a ser un punto verde en una zona desértica. Y empezó así uno de los trabajos de restauración ecológica más impresionantes del mundo”
Durante 16 años Laguna Grande ha sido un laboratorio para probar y desarrollar métodos para revivir el delta del río Colorado. Este proyecto fue posible gracias a los acuerdos binacionales de límites de agua del 2012 entre Estados Unidos y México, que por primera vez en la historia dedicó una cuota de agua del río para fines ambientales, destaca Cesar Enrique Félix.
“Gracias al Tratado de Aguas Internacionales en el 44 se crea el Acta 319, que además de un uso urbano industrial, tiene que darle cierto uso, cierto porcentaje del agua al medio ambiente”
Así fue como nació Laguna Grande, beneficiada además por el histórico Flujo Pulso del 2014, que durante casi un año sobrepasó las raquíticas cuotas de agua iniciales. Y los resultados son impresionantes. Celedonia Alvarado Camacho, encargada del vivero, nos muestra la labor de hormiga que han realizado cientos de voluntarios y personal del Sonoran Institute.
“Seleccionamos árboles sanos, no muy viejos, de los que ya quedaban aquí, ¿no? Cortamos así, varitas, y quitamos, retiramos con tijeras de poda todas estas hojitas, dejamos el puro palito. Entonces, esos sirven como para que aniden allí todas las aves, de por sí grandes, como desde gavilanes, aguilillas o garzones”
Y ya han plantado más de un cuarto de millón de árboles y restaurado alrededor de 300 hectáreas convirtiendo a Laguna Grande en el sitio más importante y denso de hábitat ribereño a lo largo del río Colorado en México. Pero la restauración no sólo ha sido benéfica para la flora y la fauna, también ha generado empleos para habitantes de la zona, como José Humberto Pacheco, que trabaja limpiando las plantas y matorrales. Me muestra cómo su trabajo beneficia a las aves.
“Ahorita en este tiempo, como que el pájaro tiene su corrida, se va para otros lugares. Pero ya entrando en el tiempo de frío, como que ya se vuelve a refugiar en donde hay nidos”
La restauración de Laguna Grande ha dejado una sensación de orgullo en todos los que han participado, como en el caso de Massiel García, la responsable de difusión del Sonoran Institute.
“Para mí era como un fantasma, era como una historia fantasma de cuando el agua fluía, lo que me contaban mis abuelos, lo que me contaban mis papás; pues me da a mí la oportunidad de poder tener esta experiencia de salir un ratito, desconectarme de la vida de la ciudad”
Pero el trabajo está muy lejos de concluir. Además de la parte operativa, el Sonoran Institute ha
desarrollado una gran campaña de educación, dice Cesar Enrique Anaya.
“Como en el 2015-16 se empieza también a abrir la zona para el público. Se empiezan a hacer invitaciones a que la gente de Mexicali vea que de verdad se puede hacer un gran trabajo de restauración y reforestación en una zona ahora desértica”
El bosque de Laguna Grande ha proporcionado un lugar para la aventura, el aprendizaje y la exploración para las comunidades que dependen del río. Alrededor de 3 mil niños en edad escolar y familias visitan durante todo el año, y cientos de voluntarios se han unido para eventos de plantación de árboles. Los recorridos incluyen observación de aves, la exploración de un laberinto de mezquites y, si tiene suerte, kayak en el río; aunque eso depende del nivel del agua en el brazo del río. Así invitan a la población en un video publicitario:
“El programa de hoy se llama Sábados Familiares, y vamos a caminar por el bosque para conocer la vegetación, los animales y habar un poquito del rio. Lo que queremos principalmente es reconectar a la comunidad de aquí de Mexicali con la naturaleza”
“¡Este es el bosque del rio más denso de la región: Laguna Grande, reconéctate, explora y descubre loque el delta del rio Colorado tiene para ti!”
Además, Laguna Grande cuenta con un modesto museo construido sobre una casa móvil en la que se narra con lujo de detalle el deterioro del flujo del río Colorado, y los motivos por los que llegó a la condición actual el delta, explica Cesar Enrique, del Departamento de Educación Ambiental.
“Desde un inicio, que estábamos en mil 200 metros cúbicos por segundo, ahorita es 0.5 metros cúbicos por segundo el flujo que existe en el río”
Pero incluso con esa cantidad mínima de agua, ha quedado demostrado que la restauración es posible.
“Demostramos con todo lo que estamos viendo aquí en Laguna Grande es que la naturaleza puede mantenerse si nosotros hacemos una buena gestión del agua”
Para la Edición Semanaria del Noticiero Latino, desde Laguna Grande, Baja California, Alejandro Maciel.
Escuche la Edición Semanaria Completa: