Sin futuro en el Senado, republicanos pasan legislación sobre aumento al límite de la deuda

De convertirse en el proyecto legislativo recién aprobado por los republicanos sobre el límite de la deuda en la cámara baja, sin ningún voto demócrata y con  tres republicanos en contra, se daría marcha atrás a importantes logros de la administración Biden que benefician a toda la sociedad estadunidense, particularmente a los más afectados por las inequidades sociales. Foto: La Casa Blanca.

De convertirse en el proyecto legislativo recién aprobado por los republicanos sobre el límite de la deuda en la cámara baja, sin ningún voto demócrata y con tres republicanos en contra, se daría marcha atrás a importantes logros de la administración Biden que benefician a toda la sociedad estadunidense, particularmente a los más afectados por las inequidades sociales. Foto: La Casa Blanca.

Marco Vinicio González

Los republicanos aprobaron por una muy apretada votación (217-215), sin ningún demócrata y con tres republicanos en contra, una legislación para elevar de forma condicionada el límite de la deuda del gobierno, que actualmente es de 31 millones de millones de dólares. Dicen que buscan usar dicha legislación en próximas negociaciones para poder recortar el gasto público.

El vocero de la cámara baja, quién lideró la legislación, Kevin McCarthy señala que el gobierno ha crecido demasiado y que su deuda y déficits son insostenibles. Ahora el paquete se dirige al Senado, dominado por los demócratas, donde no tiene posibilidades de sobrevivir, dicen algunos. Pero si las presiones que McCarthy y los republicanos pudieran ejercer les permiten salirse con la suya, el presidente ha dicho que vetaría esa legislación.

Vale recordar sin embargo que con el anuncio del martes Biden dio el banderazo de salida a la temporada electoral hacia 2024, por lo que se espera que los republicanos aumentarán la presión para lograr sus objetivos: adelgazar el gobierno, reducir el gasto público en programas sociales, eliminar regulaciones a la empresa privada, y clavarle el último clavo al ataúd de la esquiva reforma migratoria.

Recientemente los republicanos han argumentado que los recortes al gasto público aliviarán la inflación, y que también les daría más margen de maniobra en el futuro para extender los recortes de impuestos aprobados bajo Trump, que beneficiaron desproporcionadamente a los estadunidenses multimillonarios.

Se dice que en este momento hay mucho en juego. Por ejemplo, si no se eleva el límite de la deuda el gobierno se vería obligado a incumplir la deuda con sus acreedores externos, lo que analistas financieros afirman podría desencadenar una calamidad económica mundial; porque la deuda de este país sustenta gran parte del sistema financiero internacional.

Además, entre otras cosas no habría para pagar sueldos de burócratas, incluidos maestros, bomberos, policías y otros servidores públicos, etcétera; los fondos de retiro 401 (k) de millones de trabajadores estadunidenses estarían a riesgo de desaparecer. Lo mismo que el Seguro Social, el Medicare y el Obamacare, así como otros programas vitales para el pueblo de Estados Unidos.

Con todo, al parecer el gobierno tiene tiempo para actuar. Algunos analistas estiman que el Departamento del Tesoro puede echar mano a las llamadas medidas extraordinarias para evitar un incumplimiento hasta el verano. De esta suerte el Congreso tiene los próximos meses para aprobar un proyecto de ley que verdaderamente aumente el límite de deuda.

Entre tanto, los demócratas advierten que negociar con los republicanos sentaría un mal precedente, que incluso podría dañar a las administraciones republicanas.

Para evitar la “extorsión” o “coerción” republicana, como ellos lo llaman, los demócratas dicen que en su oportunidad se negarían a aumentar el límite de la deuda para tratar de presionar a un presidente republicano.

No hablan en el vacío. Hay que recordar que la administración de Barack Obama negoció con los republicanos durante confrontaciones similares sobre el límite de la deuda, cuando por ejemlo Biden era senador; también votaron en contra de aumentar el límite de la deuda en 2006, cuando George W. Bush era presidente, para protestar por los costos de la guerra en Irak y los recortes de impuestos de entonces, que favorecían también a los más ricos.

Con todo, los demócratas pueden verse obligados a negociar. Mientras los republicanos controlen la cámara baja, puede que no haya otra forma de salir del atolladero y de evitar otra posible crisis económica de proporciones mayores, sostienen los expertos■

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