Venta de armas a México, detrás de la escalada de asesinatos en el país vecino
“La única tienda de armas en todo México -administrada por el ejército en las afueras de Ciudad- está detrás de una pared parecida a una fortaleza en una base militar fuertemente custodiada”, dice la fuente. Para ingresar a la Dirección de Ventas de Armas y Municiones, “los clientes deben someterse a meses de verificación de antecedentes”. He aquí dos formas dramáticamente diferentes en la que dos países vecinos ven las armas, legal y culturalmente.
Estados Unidos respeta la 2da Enmienda, que está en el centro del debate en este país sobre una regulación más estricta en la venta de armas de fuego. La Constitución de México garantiza también el derecho a portar armas. “Pero también estipula que la ley federal ‘determinará los casos, condiciones, requisitos y lugares’ de la posesión de armas”. Para muchos mexicanos, incluso para aquellos que aman las armas de fuego, la idea de tener un derecho ilimitado a poseer un arma “es desconcertante”, sostiene el LAT.
“Tan lejos de Dios y tan cerca de Estados Unidos”
El dicho mexicano cobra aquí un sentido espeluznante. En este contexto –y en muchos otros-, al decir de “la influencia de su poderoso vecino del norte”, la fuente hace una interesante comparación: “cada día la tienda de armas del Ejército Mexicano vende en promedio sólo 38 armas de fuego a civiles, mientras que se calcula que se introducen de contrabando a México, desde Estados Unidos 580 armas de fuego”.
En la última década, más de 100 mil personas han sido asesinadas mayormente con un arma en México. “El año pasado fue el más mortífero desde que el gobierno comenzó a publicar estadísticas de homicidios en 1997. Este año, está en camino de superar ese récord”.
Alrededor del 70 por ciento de las armas recuperadas por agentes del orden mexicanos desde 2011 hasta 2016 “fueron compradas originalmente a comerciantes de armas legales en Estados Unidos”, de acuerdo con la Oficina de Alcohol, Tabaco, Armas de Fuego y Explosivos de EEUU.
Pero mientras los países al sur del hemisferio ponen los cientos de miles de muertos para cumplir con las presiones estadunidenses derivadas de su Guerra contra las Drogas, en este país se registra el mayor apetito en el consumo de drogas, blandas y fuertes. Por ejemplo, en la ciudad de Nueva York –y en otras también- se puede pedir por teléfono un servicio a domicilio; el vendedor de drogas llega su casa y le ofrece una amplia variedad de estupefacientes, incluida marihuana genéticamente modificada, para ajustarse a las necesidades del cliente; mariguana que por cierto se cultiva ya en Estados Unidos.
Uno de los argumentos legales que ha servido de base al creciente movimiento de la legalización de las drogas en Estados Unidos es el dinero que este redituable negocio le genera al Tío Sam. Ocho estados y el Distrito de Columbia han adoptado las leyes más amplias que legalizan la marihuana para uso recreativo. Más recientemente, las ventas de marihuana de uso recreativo en California comenzaron el 1 de enero. En Massachusetts, se espera que las ventas minoristas de cannabis comiencen a finales de este año. Los votantes en Maine también aprobaron una medida electoral que legaliza la marihuana en 2016. Pero en muchos otros estados donde no está legalizada aun la hierba, ésta se compra y se vende por igual.
Y ni qué hablar de otras drogas fuertes como las derivadas del opio, que matan a unas 60 mil personas anualmente en Estados Unidos, en la actualidad es la principal causa de muerte. Pero son doras “legales”, y mortales. Por cierto que el asesor legal del presidente Trump, y exalcalde de Nueva York, Rudoplh Giuliani acaba de ganar un caso legal en defensa de la industria farmacéutica -que cuenta con el mayor número de cabilderos en el Congreso-, que produce los más fuertes calmantes derivados del opio, cuya marca comercial más popular es el OxyContin, detrás de tantos miles de muertos.
De tal suerte que las armas de fuego estadunidenses están impulsando directamente la violencia. “Aunque los defensores del control de armas en ambos lados de la frontera dicen que los líderes mexicanos también deberían presionar al gobierno para que haga un mejor trabajo asegurando que las armas emitidas a la policía y los soldados no caigan en manos de criminales”, esto sucede la mayoría de las veces, sostiene el LAT.
También preocupa una nueva propuesta del gobierno de Trump para desregular la exportación de armas estadunidenses. Pues el presidente propuso al Departamento de Comercio a cargo de este proceso, “en lugar del proponer al Departamento de Estado, que según los abogados es más adecuado para sopesar posibles riesgos de las ventas de armas de fuego contra los posibles beneficios”.
El cambio o la desregularización de las ventas de armas al exterior propuesto por Trump, que se espera sea publicado en el Registro Federal hoy jueves, está siendo buscado febrilmente por las compañías de armas, “ansiosas por un acceso más fácil a los mercados internacionales; pero los defensores temen que éste pueda poner más armas letales en manos de gobiernos corruptos”, o de criminales, concluye la fuente■