Universitaria que vivió en hogares de crianza, inspira a niños que se las ven difícil en el sistema
“Tenía problemas familiares; violencia doméstica…, mi familia entró en las drogas. Eso me empujó a venirme a los Estados Unidos yo solo”, dijo Joel Urzúa..
Tenía solo 17 años, y recuerda que caminaba perdido por las calles de Los Ángeles:
“Eran las 4 de la mañana. De repente miré las luces de la policía tras de mí, y allí fue donde me empezó a interrogar. Estaba nervioso, hablaba sólo español, no sabía nada de inglés”
Lo detuvieron y al verificar sus datos lo llevaron a un hogar de crianza, del sistema conocido como Foster Care, el programa federal que ayuda a niños abusados o abandonados por sus padres. Su nueva familia salvadoreña lo inscribió en la escuela preparatoria.
“Me sentí como en casa. Mi mamá Foster siempre estuvo a lado mío. Siempre empujándome, dándome ganas”
Logró graduarse, pero su consejero lo descartó para la universidad. Por consejo de una amiga, Joel solicitó inscribirse en la Universidad Politécnica de California en Pomona, mejor conocida como Cal Poly Pomona. Sara Gámez, Directora Asociada de varios programas de apoyo estudiantil así reaccionó cuándo supo del incidente.
“Eso me impresionó tanto y también me enfureció tanto, y dije: nadie tiene derecho a decirle eso a un estudiante”, comentó Sara Gámez.
La pasión de Sara surge porque la historia de Joel refleja parte de su misma historia. Sara nació en Guatemala y cuando tenía 4 años su madre se la trajo a Los Ángeles junto con dos hermanos más. Su madre tuvo una pareja que cuando vivieron todos en la misma casa, su padrastro la abusó durante una década.
“La primera vez que el me abuso empezó fue en la noche de mi cumpleaños. Cuando yo tenía como 7 años”
Cuando Sara tenía 17 años y gracias a la ayuda de una maestra, las autoridades lo detuvieron y junto a 3 de sus hermanos ingresaron en el programa Foster. La maestra, Jamie Arneson le dio la estabilidad emocional y el apoyo para que terminara su High School y se inscribiera en Cal Poly Pomona en 1999.
“Mis primeros años en el colegio eran bien duros… bien perdida. Siendo la primera en mi familia que va al colegio. Al mismo tiempo no teniendo mi familia en quien apoyarme, me iba a salir de la universidad”
Para su fortuna, en su escuela Sara empezaban el Programa de Becarios Guardián, y la convencieron que se inscribiera.
“El programa me ayudó con la ayuda financiera, tener una concejera que me podría ayudar con mis clases”
Sara y otros 9 jóvenes Foster se integraron y mejoraron el programa que llamaron, Renacimiento. Sara se graduó y a los pocos días, la misma universidad la empleo para que lo encabezara. 15 años después, con su liderazgo, el programa Renacimiento ya dio excelentes resultados.
“Tenemos 67 estudiantes que se han graduado. Y ahorita tenemos 12 estudiantes que van a graduarse en unas dos semanas”
Eso representa el 50 por ciento de éxito, mientras que nacionalmente el nivel de graduación de los estudiantes Foster apenas alcanza el 3 por ciento. El ejemplo se extendió y a la fecha hay más de 70 programas en California, señala Sara.
“Hay programas en casi todos los Cal States, en los USC system y en los Colegios Comunitarios también”
28 de los estudiantes siguieron sus estudios de maestría o doctorado. Una de ellas es Sara, que se graduó de Cal State Long Beach con una tesis sobre cómo los jóvenes estudiantes de hogares de crianza navegan por el sistema.
Sonido de la ceremonia de graduación del doctorado…
En su tesis, Sara aboga por aumentar la edad límite de 18 años que establece el programa Foster nacionalmente, aunque en California y en otros 22 estados ya se ha extendido hasta los 21.
“Los tratan como si ellos ya tuvieran 30 años. Pero estos estudiantes si no tienen la ayuda financiera para poder cubrir su casa o su dormitorio, van a estar en la calle”
Precisamente para ampliar el apoyo a estos estudiantes el comité de apropiaciones de la Legislatura de California aprobó esta semana de manera unánime la propuesta SB 12, del demócrata Jim Beall. Un gran triunfo, destaca Amy Lemley, directora Ejecutiva de la organización John Burton, que ayuda financieramente y hace cabildeo en favor de
“Queremos ver que el cien por ciento de los jóvenes Foster que califiquen reciban la beca Pell, porque cuando tienen el dinero que necesitan pueden seguir en la escuela. Estos ‘jóvenes de crianza’ están estudiando sin el apoyo necesario”, sostuvo Lemley.
Si la SB 12 se convierte en ley beneficiará a 7 mil estudiantes Foster, aumentando a casi 22 mil el número de beneficiarios a nivel estatal, a un costo de 30 millones de dólares anuales. Pero todavía quedan muchos retos para ayudar a estos jóvenes vulnerables. El mayor son los recortes del presupuesto propuestos por Trump, que si se concretan impactará de manera muy grande todo tipo de programas en California.
Mientras tanto, la Dra. Sara Gámez y José Ursúa, quien muy pronto obtendrá su primer título universitario, tienen una meta muy clara en su vida.
“Nosotros tenemos el poder de cambiar nuestro futuro y escribir una nueva historia”, dijo Gámez
“Yo estuve en esos zapatos y estoy apasionado en proveer para ellos”, concluyó Urzúa.
Para la Edición Semanaria de Noticiero Latino desde Los Ángeles, Rubén Tapia.
Foto: Rubén Tapia.