Temperaturas récord, sequía e incendios forestales en Colorado
Marco Vinicio González
El Servicio de Cambio Climático de Copérnicus muestra que durante la primera y la tercera semanas del mes de julio se registró ‘el julio’ más caliente desde que comenzaron estas mediciones. Y que las temperaturas también superaron temporalmente el umbral del mar, de 1.5 centígrados por encima del nivel preindustrial, “un límite establecido en el Acuerdo de París”.
Colorado es uno de los estados que han recibido de forma severa este impacto, atenuado quizás por las breves lluvias y la acumulación de nieve en sus montañas, que se derritió y proveyó un leve respiro a una región atormentada por la sequía extensa y severa. Pero el Monitor de Sequía de Estados Unidos informó recientemente que una quinta parte de Colorado está nuevamente en categoría de sequía por primera vez desde 2019.
Porque el regreso de la sequía en Colorado “llega cuando franjas de Estados Unidos se sofocan con un calor peligroso”, dice por su parte The Washington Post. “Las temperaturas en Phoenix han alcanzado los 110 grados Fahrenheit durante 24 días seguidos, la racha más larga registrada”.
Y aunque las lluvias de verano están comenzando a ser más frecuentes, de acuerdo con el Servicio Meteorológico Nacional, “Recién ahora estamos haciendo la transición a tormentas capaces de precipitar”.
El Monitor de Sequía de Estados Unidos predice que “la sequía continuará expandiéndose en Colorado hasta el final del verano”, mientras la mitad de Estados Unidos está en condiciones de sequía desde la semana pasada.
En tanto, el río Colorado, que abastece de agua a 40 millones de personas en siete estados, “esta primavera corría alto, rápido y tan lleno de sedimentos empujados río abajo por las cicatrices de las quemaduras de incendios forestales provocando serios problemas a la planta de tratamiento de agua en Hot Sulphur Springs”, sostiene The Denver Post.
Pero a pesar de una fuerte capa de nieve y una primavera húmeda en Colorado este año, los climatólogos dicen que las sequías serán más comunes y más severas. “Pues un buen año no puede revertir años de clima más cálido y seco”.
Precisamente el sedimento “obstruyó repetidamente las válvulas de entrada de la ciudad”, por lo que Colorado se vio obligado a emitir una orden de emergencia en abril y pedir a los residentes “que redujeran voluntariamente el uso del agua”.
Por otro lado, los incendios forestales de los meses pasados han convertido al oeste seco en una región catastrófica, al grado que “los líderes del agua advierten que las comunidades deben prepararse para el impacto final en las cuencas críticas que proporcionan el agua”, que fluye a los grifos en las viviendas de Colorado.
“Necesitamos descubrir qué estrategias debemos seguir para ser más resistentes frente a estos incendios, no van a dejar de ocurrir”, dijo al Denver Post Esther Vincent, directora de servicios ambientales de Northern Water.
Pues los incendios forestales “reducen la capacidad de los embalses y dificultan el tratamiento del agua, dos problemas costosos para los servicios públicos de agua, y “en las ciudades podría comenzar a manifestarse esto en las facturas de agua de los residentes”.
De esta suerte, las comunidades de Colorado continúan lidiando con los problemas de la calidad del agua por la destructiva temporada de incendios forestales de 2020, pues “las agencias locales, estatales y federales gastan millones de dólares para prepararse ante la inminente llegada de la temporada de incendios forestales en Colorado”, concluye la fuente•