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Tanto las escuelas charter como las públicas deben rendir cuentas al Estado

Por Radio Bilingue
Publicado 27 octubre, 2014

Foto: Cortesía de CTA

La rápida expansión de las escuelas chárter, que han emergido presuntamente en Estados Unidos como una alternativa al sistema de educación pública tradicional y que prometen mejores resultados en el aprendizaje estudiantil ofreciendo más opciones educativas y nuevas formas de enseñanza, según sus defensores, se halla en el centro de un debate nacional porque a la vuelta de casi dos décadas y media de su implementación legal han arrojado resultados apenas mixtos, como vimos en la primera mitad de esta reseña del programa Línea Abierta que Radio Bilingüe transmitió del miércoles pasado. En esta segunda parte, toca el turno a otro especialista que defiende mejor una mayor inversión en la educación pública tradicional, porque afirma las escuelas charter, financiadas parcialmente con fondos públicos no están sujetas al mismo escrutinio que las escuelas públicas regulares, y le fallan a los estudiantes más pobres, los que tienen necesidades especiales y a los inmigrantes, entre otras razones.


David Goldberg, maestro bilingüe miembro de la Mesa Directiva de la Asociación de Maestros de California con sede en Los Ángeles, es uno de los invitados al referido programa. Él abre esta segunda parte afirmando estar de acuerdo en que cualquier escuela, ya sea pública o charter debe tener las mismas responsabilidades y contener un programa efectivo para al comunidad; y que se puede llegar a un acuerdo con cualquier escuela que cumpla este requisito. Pero agrega que si una escuela determinada no está de acuerdo con este principio, “tenemos que cerrarla, o cambiarla, para que todos los niños tengan la misma oportunidad”.

Como vimos en la pasada reseña, la Directora ejecutiva de Academia Chárter Camino Nuevo, con sede en Los Ángeles, Ana Ponce dijo a Chelis López, conductora de Línea Abierta, que aunque los resultados de las escuelas charter en cuanto al aprovechamiento académico han sido mixtos, hay sin embargo una serie de logros que vale la pena resaltar.

La noción de que estas escuelas charter, que trabajan de forma autónoma y no rinden cuentas al gobierno, como se le exige a las escuelas del sistema de educación pública, “no es del todo verdadera”, sostuvo Ponce en dicha ocasión. Afirmó que las escuelas charter “sí rinden cuentas al Estado”, por lo menos en lo relativo a lo académico y laboral, así como a la administración de los recursos económicos.

– ¿Qué piensa de esto, maestro Goldberg? -pregunta Chelis López.

Goldberg reitera que el escrutinio debe ser igual para todo tipo de escuelas. “Porque hay escuelas que operan no sólo como escuelas públicas sino como negocios, ¡y eso no puede ser! Cualquier escuela debe tener el mismo rendimiento de cuentas, para asegurar que todos los niños están recibiendo la misma educación”.

Como se sabe, la inversión de fondos públicos en las escuelas debe autorizar al gobierno a exigir un determinado rendimiento académico, y en su oportunidad Ana Ponce dijo a López que por lo menos en el inglés los estudiantes de la escuela charter lo están haciendo bien; que además impulsan innovativos métodos pedagógicos, que incluyen las artes y las ciencias, la tecnología y las matemáticas.

El profesor Goldberg cuestiona las apreciaciones de Ponce. Y echa mano del que afirma es mayor estudio que se conoce hasta el momento sobre las escuelas charter, llamado CREDO, de la Universidad de Stanford: “El estudio dice que el 17 por ciento de los niños de las escuelas charter -en comparación con los del sistema público- han tenido un mejor desempeño; 46% el mismo, y 36% peor”. El profesor acepta que un solo estudio no puede explicarlo todo, pero eso indica, dice, “que la verdad, tenemos que seguir impulsando las escuelas públicas tradicionales, y las escuelas charter”.

Goldberg agrega que un vistazo a las escuelas charter refleja la baja participación de niños latinos y de las minorías. “Por ejemplo en Los Ángeles, tienen muchos menos niños con necesidades especiales; menos niños que están aprendiendo inglés. O sea, no se puede comparara una escuela charter a una escuela pública. Hay charters que están poniendo muy buenos programas, y eso es algo que debemos aprender, y hacer es más de eso en las escuelas públicas”.

El maestro sostiene que él no defiende irracionalmente las escuelas públicas, y recomienda que hay cosas que hay que cambiar. “Pero a la vez, las escuelas charter tienen muchos problemas, y no se puede entender como un sueño que ha sido alcanzado. Tenemos que impulsarlas también, pero con el mismo rendimiento de cuentas”.

Chelis López pregunta si piensa que con tan sólo someter a las escuelas charter al mismo rendimiento de cuentas sería suficiente para mejorar su rendimiento. Si ese fuera el caso, dice, ¿cuál sería el sentido de su existencia? ¿Para qué crearlas entonces?, habiendo las públicas que pudieran reforzarse y mejorarse.

Goldberg señala otra diferencia entre las escuelas charter y las públicas que se manifiesta cuando existen problemas, donde es la voz de los padres en una comunidad la que hace esta diferencia. Para ambos tipos de escuelas, es muy importante poder tener acceso a las mesas directivas de los planteles educativos, y en las escuelas públicas tradicionales hay una mesa directiva a la que se puede acudir para resolver dichos problemas; esto no sucede siempre, dice, con las escuelas charter. “Por ejemplo, si yo tengo un problema, yo sé dónde encontrar a la mesa directiva de mi escuela; esas mesas son elegidas por la comunidad… Y hay escuelas charter en Los Ángeles en las que si yo tengo una queja y soy un padre de un estudiante, para hallar a la mesa directiva ¡tengo que ir a San José!… Cada escuela tiene que ser responsable para la comunidad en donde se halla”.

En relación con el reporte ‘Credo’, Goldberg menciona las deficiencias sobre todo en la atención a los niños con necesidades especiales. No obstante el mismo estudio indica que los alumnos de las escuelas charter, en Los Ángeles, superan a sus compañeros de las escuelas tradicionales en lectura y matemáticas, resultados que se reflejan con mayor claridad en los alumnos latinos.

-¿Qué más nos dice esto, profesor?

“Hemos visto también en los alumnos de las escuelas charter, cuando es tiempo de tomar un examen, una prueba, que las charter corren a los niños que no van a tener éxito; y a diferencia de esto, nosotros como escuela pública tenemos que rescatar a cualquier niño”.

Las charter, continúa el profesor, “no son la panacea, no son un sueño”. En Los Ángeles, donde hay el mayor número de escuelas charter en todo el país, “la idea de que estas van a resolverlo todo, eso no ha sido así”.

Chelis López retoma las afirmaciones de Ana Ponce que sostienen que las escuelas charter se enfocan en que los estudiantes se gradúen. Y hay otro informe de principios de este año que afirma que por los menos en las escuelas charter de Oakland, California, estas están cerrando la brecha en cuanto a la preparación para ir a la universidad, en un contexto nacional donde los estudiantes latinos y de bajos ingresos por diversas razones se inscriben en números más bajos a las universidades.

Goldberg apunta que el enfoque principal de preparar a más alumnos para llegar a la universidad “es el enfoque de cualquier escuela. Pero yo también conozco a mucha gente en Oakland, y lo que hemos visto es que en las escuelas charter, por ejemplo, hay más segregación; donde los niños están sólo con una raza, con menos oportunidad de mezclarse con niños de otra raza, sean blancos o afroamericanos”. Y reiteró su llamado a Ana Ponce para trabajar juntos en mejorar la educación de todos los niños. Señaló que en ocasiones los padres de los alumnos de escuelas charter no están pensando en todos los niños, sino sólo en sus hijos. “Están pensando en menos niños con necesidades especiales, menos niños que están aprendiendo inglés… es muy difícil comparar” a ambos sistemas educativos.

El maestro dijo también que los padres de los niños en escuelas charter se involucran más en las necesidades de la escuela de sus hijos, lo que resulta positivo, señala Chelis López. Sin embargo, los padres de los niños inmigrantes, con bajos recursos, por obvias razones carecen de tiempo para envolverse más en la educación de sus hijos.

“Todos los padres quieren lo mejor para sus niños. Pero hay padres que sólo están tratando de sobrevivir, con dos, tres trabajos… es muy difícil para ellos estar, por ejemplo en la casa haciendo la tarea. Es lago en lo que nosotros tenemos que ayudarlos, pensar en estrategias para ayudar a sus niños. Pero hay charter que han puesto horas que ellos tienen que cumplir; y si no, ¡los corren! Es es contra la ley…, y no es justo”.

En este momento, como es habitual, se abaren las líneas telefónicas de Línea Abierta, para dar curso a las opiniones y preguntas de la radio audiencia.

Alejandro llama de Fresno, California: “¿Esas escuelas charter son para niños especiales únicamente, o para cualquier clase de niño?”.
Chelis López explica que las charter son escuelas abiertas para todos los niños, y que de acuerdo con Ana Ponce esas escuelas tienen, por lo menos en California, un porcentaje de entre el 10 y el 12% de estos niños en su matrícula. Pero aclara que estas escuelas deberían estar supuestamente abiertas a todos los niños.

David Goldberg: “Yo conozco a Ana un poco, somos miembros del mismo sindicato… y yo creo en lo que ella dice. Pero cuando miramos a los números, los porcentajes, en Los Ángeles las charter tienen muchos menos niños con necesidades especiales”, insiste el profesor. Y añade enfático: “Las charter deben ser para cualquier niño, son nuestros impuestos los que están pagando, son públicas. Pero lo que hemos visto aquí es que en realidad no es la verdad. Lo mismo con los estudiantes que están aprendiendo el inglés. Camino Nuevo puede ser un programa bueno para los niños, pero los números indican otra cosa”.

Entra la llamada del Sr. Álvarez: “La diferencia entre estas escuelas y las otras es el nivel de población; en las escuelas charter es más pequeño, y por lo tato los maestros tienen una poquita más de atención con los alumnos. Y eso origina que se den otros resultados muy diferentes, por un lado. En las escuelas públicas, si tuviéramos los padres la conciencia, la educación… ¡Qué papel tan importante! juega la educación en nuestros hijos… Cuando el hijo llega de la escuela, o cuando nosotros llegamos de trabajar, no importa: estamos comiendo, estamos platicando a cerca de las tareas de nuestros hijos: ¿Cómo te fue? ¿Hiciste tu tarea?… involucrarnos en la vida de nuestros hijos. También tienen éxito los niños que están en las escuelas públicas, pero tienen más éxito los padres que se involucran en la vida de ellos. ¿Si es sábado?, ¡vamos a la escuela! ¿Si hay un evento a las 6 de la tarde, ¡vamos al evento! Eso es conciencia de cada uno de los padres…, hasta dónde queremos que lleguen nuestros hijos…”.

José llama de Fresno: “Regularmente podemos pensar que los padres estamos bien interesados en la educación de nuestros niños… Pero desafortunadamente muchos de nuestra comunidad requieren de más de un trabajo, y eso les absorbe tiempo para ponerse a ayudar o enfocarse en los estudiantes para que realicen la meta de poder sobresalir de la escuela. Ahora, no pienso que las escuelas charter sean tan malas, pero creo que debería haber también algún programa que pueda apoyar a esos padres para poder brindarle apoyo a esos estudiantes, que obviamente puedan lograr ese éxito en la escuela, ya que se requiere de la participación de los mismos padres, para que los niños estudiantes sobresalgan. La cosa es que a veces no sucede principalmente en las comunidades laborales que requieren de un trabajo que nos absorbe la mayoría del tiempo. Suena muy bonito cuando decimos que participen y que están al pendiente de las tareas; cuando un padre que llega cansado después de las 6 o 7 de la tarde, tener ánimo de poder ver qué tarea realizó el estudiante, o peor todavía, si su nivel de educación no le permite entender la tarea que realiza el estudiante de secundaria o preparatoria”.

Elizabeth habla del estado de Washington: “No estoy de acuerdo con lo que dijo el señor que habló, que dijo que hay que buscar el… Ya están las estrategias en la escuela. Sí, trabajamos 12 horas…, pero nuestro primer trabajo son nuestros hijos. Y así estemos cansados y seamos ignorantes y no sepamos leer, al sentarnos con ellos a un lado, y hablar con ellos, ya los estamos empujando. Pero si nos olvidamos de ellos, por cansancio, estamos mal nosotros como padres; yo no le voy a dejar la educación de mis hijos a la escuela. Estamos mal, y hay que pensar… Venimos de un país donde le dejamos a todo mundo la responsabilidad y no la tomamos nosotros… Esta es la primera vez que escucho yo de esas escuelas. Siempre había pensado que tiene que haber solamente una escuela para todos los niños. Pero yo no entiendo la discusión que están sosteniendo ahorita sobre una escuela y otra escuela. Se supone que las dos son públicas, porque las está pagando el gobierno, ¿verdad? En las escuelas públicas tenemos todo, se nos da los niveles académicos que tienen los niños. Yo estoy siempre al pendiente, me he educado con mis hijos para saber qué es lo que necesitan para ir a la universidad… pero todavía tengo un niño pequeño, donde él tiene más talento y más posibilidades para salir adelante. Y él se aburre en la escuela pública porque tiene que ir al nivel de todos, y el se aburre porque ya sabe hacer lo que hacen ellos y no lo quieren pasar. Yo quiero saber si esas escuelas charter les dan esa oportunidad a los niños que tienen bastante talento, para irse más arriba del grado donde ellos están”.

Ambas escuelas son públicas. Una es más tradicional, y cuando establecieron las charter las establecieron para tener más flexibilidad, para imponer programas que iban a ayudar a las escuelas tradicionales a cambiar, dice Goldberg. “Lo que ha pasado en los últimos años con la explosión de las escuelas charter, es que hay más de estas escuelas ahora, como nadie pensaba que iba a haber… pero sin el rendimiento de cuentas. Algunas charter están haciendo muy buenos programas, y otras no”.
“Necesitamos muchos más programas, muchos más fondos para los niños… también los padres tenemos que cambiar el mando para que los padres tengan trabajo, un salario digno para que puedan ayudar mejor a los niños. Es una gran lucha y tenemos que luchar todos juntos para el beneficio de los niños”, aclara David Goldberg.

Y concluye: “Aunque las escuelas charter reciben fondos públicos, están casi privatizadas; y en Los Ángeles ha sido en donde menos mezcla -étnica, racial- hay de los niños, sino que hay más segregación. Las escuelas, si son públicas, tenemos que salvarlas; porque son para el beneficio de todos. En dos semana vamos a votar para elegir al encargado de todas las escuelas públicas”■

Camino Nuevo Teachers Associatino Academy:

http://www.caminonuevo.org

CTA California Teachers Association:

http://www.cta.org

CREDO:

http://credo.stanford.edu/research-reports.html

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