Sobreviviente de esclavismo sexual inspira a víctimas a salir de las sombras
Se escucha sonido de construcción…
En medio de polvo, sonidos de pistola de clavos y cortes de madera, familiares de Virginia
Isaías acondicionan las nuevas oficinas de su proyecto: la Fundación de Sobrevivientes de Tráfico Humano.
Presentación con sobrinos…
Hace 3 meses vendieron el edificio y le pidieron desalojar sus oficinas. Cuando habló con el nuevo dueño para evitar el desalojo, recuerda que se quedó sin palabras.
“Yo le dije ¡Ho, I can’t believ it! Esta es la esperanza de muchas mujeres. Estoy muy triste y empecé a llorar y ya no pude hablar por teléfono con él”
El nuevo dueño, padre de 5 hijas, al enterarse del proyecto de Virginia no sólo decidió seguirle rentando.
“El me ofreció más barato la renta. Hoy nos dio una donación de 10 mil dólares”
Durante toda su vida, Virginia Isaías dice que ha logrado convertir sus serios problemas en soluciones.
“Yo siempre he dicho que los mil ogros, son los milagros…”
Virginia tiene 53 años, nació en Jalisco, México. Cuando tenía 6 años de edad un vecino la abusó sexualmente. Fue el inicio de su viacrucis con un padre comerciante golpeador y autoritario. Luego un matrimonio forzado a los 15 años. Migró a California y ‘arregló’ con la amnistía.
Virginia se divorció por la violencia doméstica y regresó a México a vivir del comercio binacional. Pero fue abusada por tres hombres que la embarazaron y después con su hija de 6 meses fue secuestrada, torturada y forzada a prostituirse en Chiapas, al sur de México, donde vivió horrores. Comparte su experiencia con un grupo de promotoras de salud.
“Cuando estaba secuestrada, después de estar con 30 hombres y ver como abusaban a los niños me di cuenta qué fuerte soy”
Con esa determinación y buena suerte Virginia se escapó después de 2 fallidos intentos. Regresó a California a rehacer su vida y se involucró en el área de salud mental.
“Mi fortaleza no es por lo que me hicieron, ni lo que me pasó. Sino en lo que yo decidí convertirme”
Desde hace más de una década Virginia se dedica ‘en cuerpo y alma’ a rescatar y educar a las víctimas de trata y abuso doméstico, aunque no tenía estudios especializados ni experiencia organizativa. La inspiración le llegó durante un viaje a Nueva York, frente a la Estatua de la Libertad.
“Cuando la vi yo lloré y me dije: yo soy libre. Y volteé y la miré, y miré que tiene una antorcha y le dije: Con permiso, pero yo te la agarro prestada”
Con dinero de su bolsillo y ayuda de instituciones formó la Fundación Sobrevivientes de Tráfico Humano. Su incansable labor ha sido reconocida por autoridades de California y organizaciones internacionales. Eso la conectó con la periodista española, Chelo Alvarez-Stehle, quien la incluyó en el documental, Arenas del Silencio.
Corte del tráiler…
La determinación y firmeza de Virginia ayudó a Alvarez-Stehle a descubrir que en su propia familia y círculo cercano también existió el abuso sexual.
“En el documental me ha llevado a mí misma a decir, a la hora de la verdad, ahora me toca desnudarme yo”
El año pasado Virginia organizó tres talleres de certificación para que de acuerdo a las regulación en California, puedan ayudar a sobrevivientes de trata y violencia doméstica.
“Porque normalmente vamos a platicarle a la comadre”
Según datos del gobierno federal, el tráfico sexual mundial deja ganancias anuales de cerca de 100 mil millones de dólares, y casi 4 millones y medio de personas son víctimas de trata y las mujeres migrantes indocumentadas son muy vulnerables.
“Creo que ahorita hay más problema de tráfico, esclavitud, por el miedo y la ignorancia sobre lo que estamos hablando de inmigración”
El año pasado logro importante avances.
“Tuvimos 59 sobrevivientes de violencia doméstica y pudimos recatar a 8 mujeres”
Además, certificaron a cerca de 90 mujeres, como Lupe López, una Paralegal otomí-yaqui, que está formado un grupo que dará voz a las mujeres indígenas desaparecidas en el sur de California.
“Porque estamos viendo cada día más y más mujeres indígenas desparecidas, y cuando las encontramos están muertas. Las personas que las han secuestrado y matado, son personas que no son indígenas”
Enero es el mes para la Prevención Nacional del Esclavismo y Tráfico Humano. Fue proclamado hace 8 años por el entonces presidente Obama. Por eso Virginia y su fundación y muchos otros grupos del condado de Orange, participarán en una de las tres marchas programadas para el 19 de enero en el sur de California, una en la ciudad de Santa Ana.
Sonido de construcción…
Mientras tanto Virginia Isaías con la ayuda de sus familiares, activistas y otras organizaciones construyen a marchas forzadas las nuevas oficinas de su fundación.
Llena de optimismo Virginia escribe que “quiere despertar la conciencia del mundo sobre esta calamidad humana” y sueña con un mundo sin violencia, sin esclavitud, sin explotación; y los sobrevivientes de tráfico humano viviendo una vida digna, feliz y con mucho éxito”.
“Así es que en el 2010, yo traía esa antorcha y la sigo andando para darle luz a personas que viven en la oscuridad. Ahora me considero que soy una mujer feliz, libre y líder. Y que mi vida sirve para algo”