Sin avances sustantivos las negociaciones interpartidistas demócratas
De la redacción
Por un lado el ala progresista del Partido Demócrata se niega a aprobar el proyecto que ya pasó en ambas cámaras del Congreso sobre la infraestructura física, y por el otro los dos senadores conservadores, Kyrsten Sinema de Arizona, y Joe Manchin de Virginia Occidental, quienes parecen responder más a los intereses de los republicanos y de las industrias del petróleo y farmacéutica principalmente, de quien por cierto han recibido jugosas donaciones.
Este domingo el ala progresista del Partido Demócrata rechazó las demandas de los referidos senadores conservadores, Manchin y Sinema, para reducir la agenda de política interna del presidente Biden a más de la mitad del gasto proyectado, aunque dijeron estar dispuestos a negociar. Sinema sin embargo no termina de decir lo que quiere.
Los progresistas condenaron las últimas demandas del senador Manchin, quien propone no sólo reducir el plan de dos pistas del presidente Biden sino además conservar una disposición para garantizar que el dinero federal no financie abortos. Se trata de la Enmienda Hyde, que establece que Medicaid no pagará por un aborto a menos que la vida de la mujer esté en peligro o el embarazo sea resultado de una violación o incesto. Esta enmienda ha sido reautorizada todos los años desde 1976, pero Biden no la incluyó en su última propuesta de presupuesto.
Por su parte Pramila Jayapal, representante demócrata del estado de Washington y presidenta del Caucus Progresista del Congreso, rechazó categórica la exigencia de Manchin de reducir a menos de la mitad el gasto para la red de seguridad social y el proyecto de ley climática, de 3.5 billones (millones de millones ) de dólares para los próximos 10 años.
La congresista de Washington dijo al conductor de noticias de un programa dominical estar esperando que los conservadores de su partido pusieran una cantidad a la que estuviera dispuestos a negociar. Jayapal explicó que no se trataba de discutir sobre la cantidad del proyecto, sino de los programas que dicho presupuesto cubriría, y que de estos resultaba el monto del proyecto de ley y no al revés. Y sugirió que los conservadores dijeran mejor qué programas quieren eliminar para llegar a la cantidad que proponen.
Además, admitió que los originales 3.5 billones de dólares se van a negociar, y que la cantidad final estará entre 1.5 y 3.5 billones; y explicó que lo que busca este plan presupuestario, llamado de infraestructura humana o para el gasto social, es brindar cuidado de los niños, porque es el principal problema para que los padres y madres regresen al trabajo es no tener quien les cuide a sus hijos de manera segura y adecuada; las licencias pagadas por enfermedad; el crédito fiscal por los hijos, y que preferentemente se vuelva permanente; y las partidas para combatir el cambio climático, entre otras de las principales áreas que cubriría dicho plan.
Jayapal hizo énfasis en la necesidad de incluir en el paquet una reforma migratoria que ponga en la ruta de la ciudadanía a todos esos inmigrantes indocumentados que expusieron su vida durante la pandemia, y desde siempre, para mantener andando la economía y a la sociedad estadunidcense.
En las negociaciones del fin de semana tanto Jayapal como otros progresistas dijeron estar dispuestos a comprometerse con el monto del paquete al que lleguen las negociaciones; y discutieron si eliminar por completo ciertos programas de su agenda o reducir la duración de la financiación del proyecto de ley, de diez a cinco años.
En tanto, el líder de la cámara alta, el senador demócrata de Nueva York, Charles Schumer se mostró optimista y dijo que los demócratas están en camino de aprobar tanto el proyecto de ley de infraestructura bipartidista como el proyecto de ley de reconciliación Build Back Better, y que su objetivo es terminar ambos proyectos de ley en el próximo mes.
Por su parte, la líder de la cámara baja, Nancy Pelosi instó a que se aprobara el proyecto de ley de infraestructura para fin de mes, y señaló que los líderes demócratas continuarán negociando el proyecto de ley de política social y del clima con Manchin y Sinema.
Pero Sinema emitió un comunicado el sábado condenando el retraso de la votación sobre infraestructura, calificándolo de “fracaso” y de ser “profundamente decepcionante”.
El senador independiente de Vermont y presidente del Comité de Presupuesto en el Senado, Bernie Sanders dijo por su parte confiar en la posición negociadora de los progresistas, señalando que hay señales de la Casa Blanca de que su facción tiene razón, al impulsar una agenda legislativa ambiciosa; porque sin eso, sostuvo, los problemas no se resolverían y quedarían como siempre, a medias■