¿Serán duraderos los avances republicanos con el voto latino del Valle del Río Grande?
Por Maribel Hastings y David Torres
Con las elecciones intermedias en puerta, una de las interrogantes es la narrativa que emergerá del voto latino en Texas, sobre todo en el Valle del Río Grande. Ello, considerando que en las elecciones generales de 2020 el expresidente Donald Trump no sólo ganó el estado sino que aumentó su nivel de apoyo entre los electores hispanos, comparado con 2016.
Aunque en 2020 el demócrata Joe Biden perdió Texas frente a Trump, lo hizo por apenas 6 puntos porcentuales. Pero en el Valle del Río Grande, en el Sur de Texas, tradicional bastión demócrata a lo largo de la frontera con México, Biden ganó con márgenes inferiores a los de Hillary Clinton en 2016 en los condados de Hidalgo y Starr. Más significativo aún fue el triunfo de Trump en el condado de Zapata, con casi 53 por ciento del voto latino.
En la contienda por la gobernación de Texas, el demócrata Beto O’Rourke busca destronar al titular republicano Greg Abbott. Los más recientes sondeos no parecen favorecer al demócrata, que ha centrado su campaña en el tema del aborto tras el fallo de la Suprema Corte de Estados Unidos que revocó Roe v. Wade. Este ataque contra los derechos reproductivos de la mujer, de hecho, le dio un soplo de vida a los demócratas de camino a las elecciones intermedias, que se perfilaban decididas a favor de los republicanos para el control del Congreso.
También hay al menos tres contiendas para la cámara baja, donde tres latinas republicanas del Valle del Río Grande aspiran a ganar, para contribuir a que dicha cámara pase a control republicano. Estas tres aspirantes son Mayra Flores (Distrito 34), Cassy García (Distrito 28) y Mónica de la Cruz (Distrito 15).
Aunque se perfila que O’Rourke se imponga en el Valle del Río Grande, la pregunta es ¿con qué margen, y cómo se comportará el voto latino de esta parte del estado que tanta atención ha generado por los avances republicanos? Otra pregunta obligada sería precisamente, ¿a qué se debe que los republicanos hayan tenido avances con el voto latino del Valle del Río Grande? ¿O se trata únicamente de fluctuaciones propias de un voto latino oscilante que varía en cada ciclo electoral?
La respuesta es una mezcla de factores que van desde los latinos como un grupo de electores más bien conservador, hasta que los demócratas han cedido terreno al no mantener una presencia constante cortejando a ese voto o invirtiendo adecuadamente en mantenerlo; que los republicanos han hecho inversiones estratégicas; o a que las mujeres hispanas republicanas han asumido un rol significativo de acercamiento a la comunidad, donde el factor de las iglesias y la religión juegan un papel preponderante en atraer al voto latino.
O como dijo Danny Díaz, director político de la organización LUPE Votes en una teleconferencia con medios de prensa la semana pasada, acerca de que el voto latino del Valle del Río Grande es quizá “el que más se puede persuadir” de todos y puede inclinarse por candidatos de cualquiera de los dos principales partidos políticos.
“Los latinos mexicoamericanos del Sur de Texas son de los que más se pueden persuadir”, si se hace la labor de hablarles directamente, dijo Díaz.
Para Rogelio Sáenz, profesor en el Departamento de Demografía de la Universidad de Texas en San Antonio, uno de los factores que explican esto es que “en Texas y especialmente en la frontera y en el Valle hay una población latina conservadora… No es una población liberal que acepte las políticas que están impulsando los demócratas, como el aborto”, explicó.
Aunque Sáenz admite que muchos latinos reconocen que el fallo de la Suprema Corte al revocar Roe v. Wade se pasó de la raya, “especialmente con gente que tiene hijas”, razón por la cual quizá el tema ayude a O’Rourke en Texas entre el voto latino.
En el Sur de Texas ha habido un pensamiento más conservador, incluso en el tema de la inmigración. “Hay un segmento entre la población latina y en la frontera que es antinmigrante”, señaló Sáenz, aunque aclaró que el latino de esa zona sigue siendo más pro inmigrante.
Sin duda, agregó el demógrafo, la religión “es un punto bien importante del que no se ha hablado mucho en el discurso político sobre la población latina”. Y abundó: “Es algo que hemos estado viendo en toda la nación, pero especialmente en algunas partes como la frontera. Hay grupos evangélicos, por ejemplo, que han estado creciendo, con muchos latinos cambiando de católico a evangélico. Así, sabemos que la política de esos grupos también es bien conservadora y está mucho más en línea con las políticas de los republicanos”.
Según Sáenz, hay otros dos asuntos que pueden ayudar a O’Rourke entre los hispanos: el tema del control de armas, tras la masacre de Uvalde, y el envío de solicitantes de asilo a ciudades demócratas utilizando fondos de los contribuyentes, ambos mal manejados por el republicano Abbott.
Republicanas y latinas
Trinidad Gonzales, profesor de Historia y Estudios México-Americanos, de South Texas College, coincide con el demógrafo Sáenz en que el ascenso de las tres candidatas republicanas al Congreso por el Valle del Río Grande no es sorprendente porque es un proceso que se ha ido dando gradualmente.
“Las latinas republicanas han revitalizado al partido (Republicano) en el sur de Texas durante los últimos 10 años sin ayuda externa. Lo nuevo es que los grupos externos han tomado nota debido a cómo el presidente Trump aumentó su voto en el sur de Texas en 2020 y cómo Mónica de la Cruz fue capaz de compensar los votos demócratas del condado de Hidalgo, que eran para Vicente González, con votos republicanos latinos en condados externos del Valle de Río Grande para lograr casi desplazarlo el mismo año. La victoria electoral especial de Mayra Flores continúa esta narrativa. Sin embargo, esta elección (del 8 de noviembre) indicará si hay un cambio real en los posicionamientos políticos”, afirmó González.
Empero, el propio Gonáalez reconoce que “al Distrito 15 de Texas los republicanos lo manipularon para brindar a Mónica De La Cruz la oportunidad de obtener un escaño que ha sido ocupado por un demócrata durante décadas”.
Se refiere a la manipulación de líneas distritales que se revisan cada 10 años con base en los datos del Censo y que en esta oportunidad favorecen a través del país a los republicanos. De hecho, Matt Barreto, presidente y fundador de BSP Research (organización para emplear y avanzar en representaciones de señales y modelos de ingeniería intuitivos y basados en principios matemáticos para describir el comportamiento humano), y profesor de Ciencias Políticas de la Universidad de California en Los Ángeles (UCLA), dijo recientemente que las ganancias republicanas en el Distrito 15 se deben a la manipulación de líneas distritales sumando áreas rurales conservadoras y blancas; y no a que se haya producido un significativo cambio histórico en la preferencia de los votantes latinos. Recordó además que más latinos participaron en primarias demócratas que en las republicanas.
Por su parte, Sáenz agregó que “un problema también con los demócratas es que no han hecho esfuerzos para involucrarse con la población latina…No han dedicado recursos ni tiempo para conocer más a la población latina, especialmente de la frontera. Y esa es una de las ventajas que han aprovechado los republicanos, porque ellos sí han puesto recursos”.
Para Gonzales, una de las interrogantes de esta elección es el margen de triunfo de O’Rourke en el Valle del Río Grande. “¿Ganará lo suficiente a lo largo de la frontera y en las principales ciudades y reducirá el voto rural del gobernador Abbott?”, preguntó.
“La verdadera pregunta en esta elección es el aumento del registro de votantes latinas. ¿Los nuevos votantes saldrán en favor de Beto para ayudar a compensar la ventaja estructural de Abbott y los republicanos que se ha ido reduciendo en los últimos tres ciclos electorales? Lo que falta saber en las encuestas es lo que los nuevos votantes van a hacer, porque los encuestadores siguen centrándose en los posibles electores”, concluyó González■