Se achica la reserva de médicos latinos en proporción a la población

En la clínica de Sea-Mar, la atención es personalizada. Foto: Sea-Mar.

Sonido ambiente: ruido en una sala de espera de un hospital…
Una familia latina entra en la clínica de Sea-Mar una mañana fría de invierno en la ciudad de Seattle, WA. Rosalinda y su esposo Francisco llegan con un hijo de 4 años y un bebé de tan sólo dos meses de edad, tapado en cobijas en una carriola. Vienen a ver a su doctora; los acaban de llamar en la sala de espera….

Rosalinda:

“Vengo a mis chequeos anuales, a la cita de mi bebe…”

En Sea-Mar los pacientes pagan según sus posibilidades. Pero el bajo costo no es el único atractivo de venir a esta clínica. A Rosalinda le gusta venir a esta clínica porque siente que la conocen y la tratan bien.

“Me atienden bien y especialmente mi doctor, tengo tiempo de conocerle, es buen doctor familiar y para mis niños”

Además… es una ventaja que su médico pueda comunicarse en español.

“Claro que sí…, más confiable, en cuanto a preguntar todas las inquietudes que tenemos, cómo está todo, el crecimiento del bebe…; en cuanto a mí, pues cómo está mi salud. Y para pedir consejos de qué puede uno hacer para estar mejor todavía”

Muchos estudios confirman que los pacientes latinos que son atendidos por médicos de su misma cultura tienden a estar más sanos.

El doctor Ricardo Jiménez es médico familiar en la Clínica Sea-Mar. Lleva 26 años practicando la medicina.

“Los beneficios son bien grandes, bien tangibles. Número uno: acceso. Los pacientes que se identifican con un médico latino tienen muchas más chances de entender el plan de tratamiento, de venir a la cita, de tomar esa medicina que se le ha encomendado y también de utilizar ciertas cosas culturales dentro de su tratamiento”

No es sólo la barrera del idioma, sino del entendimiento cultural.

“No hay nada que pueda suplir o reemplazar al médico latino…Yo pienso que no se puede utilizar el número de profesionales médicos no latinos que hablen español como una justificación para no empujar el asunto de que los latinos, realmente latinos representen a nuestra comunidad en esas profesiones”, dice Jiménez.

Pero no hay suficientes doctores latinos. Es más, brillan por su ausencia. Jiménez lo sabe porque también es director médico en el hospital donde trabaja.

“En mi rol de director médico mi responsabilidad es contratar a médicos, y me he dado cuenta a través de los años que el profesional médico ha ido disminuyendo a un paso un poquito alarmante”, señala Jiménez.

La responsable de ayudar a reclutar médicos hispanos para la Clínica Sea-Mar es Esmeralda, quien también estudia la Maestría en Administración de la Salud en la Universidad.

“Por ejemplo, vamos ir a Portland en unos días; también ya luego en el año vamos a ir a Texas, vamos a tratar de traer más doctores o doctoras”, comenta Esmeralda.

Esmeralda quería ser doctora, pero dice que tuvo barreras para estudiar. No tenía a nadie que le enseñara el camino para entrar a la escuela de medicina. El doctor Jiménez dice que son varias las barreras que los hispanos tienen que enfrentar para llegar a ser médicos:

“Primeramente graduarse de la escuela secundaria, entrar a un college o a una universidad que le permita entrar a la escuela de medicina, y luego en la escuela de medicina sí existen barreras…”

Jiménez dice que la falta de doctores hispanos no se puede solucionar al nivel de universidad, sino que tiene que ayudarse a los hispanos desde la educación primaria y secundaria.

“Si queremos intervenir a nivel de la escuela de medicina ya estamos tarde; debemos trabajar con nuestra juventud”

Juventud quizá como los hijos de Rosalinda, que entienden de primera mano la importancia de los médicos latinos.