Robo de salario contribuye al aumento de desamparados en Los Ángeles
La ciudad de Los Ángeles se conoce como la capital del robo de salarios en el país. A pesar de que en California hay leyes contra los patrones que no pagan el salario mínimo, ni tiempo extra, ni otros derechos laborales, el problema continúa y hay trabajadores afectados que terminan en las calles. Para combatirlo, dos concejales proponen nuevas medidas contra el robo de salarios que son vistas con agrado por un trabajador al que le tomó más de una década recuperar su salario. Alejando Maciel platicó con él y nos presenta su historia desde Los Ángeles.
Hace 13 años el cocinero Miguel Velázquez preparaba afanosamente la comida en un conocido restaurante italiano de la ciudad de Los Ángeles.
“Preparé mi pan, mi masa, salchichas, hongos, lo normal de la preparación de la línea”
De repente un cuchillo resbaló y cayó directamente sobre su mano, ocasionándole un profundo corte.
“Sentí cómo tronó por el golpe, cuando vi que escurría la sangre, miré tantito el hueso y fue que me sorprendí…”
En lugar de ayudarle, su patrón, muy molesto le ordenó cubrir su mano con una toalla y que siguiera trabajando.
Como la sangre no cesaba, le pidió ayuda a un compañero para que lo llevara a su casa… Tenía miedo de no poder pagar la curación y terminar deportado. Pero días después ya no aguantó el dolor y se fue a buscar atención médica.
“En ese momento sentí que mis sueños se habían acabado allí”
Una semana después, todavía con la mano vendada Migue se presentó a trabajar. Después del accidente el patrón de Miguel, entonces de 32 años, empezó a darle menos horas de trabajo, y lo insultaba constantemente; hasta que un día Miguel dijo ¡basta!, y renunció. Así, de la noche a la mañana quedó desempleado y sin los 675 dólares para la renta del cuarto donde vivía, y sin poder enviar dinero a su familia en Oaxaca.
“Comencé a ver al mundo, a la calle, a vivir en el bus, a acomodarme en un rinconcito donde veía que estaba seguro”
Así vivió Miguel durante dos años, trabajando de vez en cuando, reciclando plásticos y comiendo de la caridad. Durmiendo a veces en la calle, a veces en el autobús.
Cada año en la ciudad de Los Ángeles, los trabajadores como Miguel pierden cerca de mil 400 millones de dólares en salarios y prestaciones no recibidas.
En el condado de Los Ángeles la situación es similar, dice Armando Gudiño, director de una red de Centros de Trabajadores.
“En el condado de Los Ángeles se roban un promedio de 26 a 28 millones de dólares cada semana. Anualmente estamos hablando de un promedio del 12.5 por ciento del salario de nuestras comunidades”
Aunque hay leyes en California, en otros estados que protegen a todos los trabajadores sin importar su estatus migratorio, y que han recuperado millones de dólares, pocos las conocen. Además, cuando someten una demanda, las cortes tardan mucho en resolver, dice Gudiño.
“Eso puede durar dos, tres y hasta cinco años. Entonces una persona que está viviendo de cheque en cheque no puede esperarse cinco años”
Miguel lo sabe bien, porqué tardó 11 años para recuperar su salario. No fue fácil.
“Comencé yo a buscar información, poco a poco fui ya tomando un poco más de valor”
Con la ayuda de una organización laboral Miguel luchó por su sueldo. No quiso revelar la cantidad recuperada, pero dice que mucho fue para los abogados, aunque eso le ha permitido salir de la calle y sobrevivir.
Para combatir más eficazmente el robo de salarios los concejales Tim McOsker y Hugo Soto-Martínez presentaron una moción al cabildo de la ciudad de Los Ángeles.
“Eso ya no va a ser aceptable. En la ciudad de Los Ángeles vamos a proteger a la gente, a la clase trabajadora, y vamos a asegurar que Los Ángeles sea una ciudad justa…”
Una de las iniciativas le daría a la ciudad más poder para hacer cumplir las leyes laborales. La otra tiene como objetivo coordinar los diferentes departamentos de la ciudad, y utilizar los esfuerzos en el combate al robo de salarios. Se espera que estas mociones sean aprobadas en tres meses por el pleno del Concejo, quienes saben perfectamente que existe una relación directa entre el robo del salario y la indigencia.
“Sabemos que mucha gente a veces son desamparados y siguen en la calle por todos estos problemas”, enfatiza el concejal Soto–Martínez.
Trece años después del accidente en el que casi perdió su mano, Miguel pudo comprobar que sí se puede hacer justicia.
“Que no tengan miedo a enfrentar a los patrones. Nosotros tenemos derechos y nos deben de respetar”
Para la Edición Semanaria de Noticiero Latino desde Los Ángeles, Alejandro Maciel.
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