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Rinde frutos proyecto de emancipación económica de pueblos indígenas

Por Marco Vinicio González
Publicado 12 agosto, 2024

La antropóloga mixteca Isabel Cruz explica el proyecto de microbancos comunitarios en las zonas rurales indígenas durante los Diálogos por la Transformación realizados en Tijuana, Baja California, un proyecto conjunto de el Colegio de la Frontera Norte y la Universidad de California en Los Ángeles. Foto: Marco Vinicio González.

Informes del Banco de México señalan que hasta febrero de 2023 los mexicanos radicados en el exterior (96% de ellos en Estados Unidos) enviaron remesas a México por unos 60,000 millones de dólares, convirtiéndolo en el mayor país receptor de remesas en América Latina. Además, tan solo en junio de 2024 los ingresos provenientes de los mexicanos en el exterior alcanzaron los 6,213 millones de dólares, un monto sin precedente para el mismo periodo en otros años, representando una expansión del 11.3%, según la fuente.

De hecho, las remesas se convirtieron en la principal fuente de ingresos del país, mientras que las regiones expulsoras de migrantes a Estados Unidos viven en general en condiciones precarias.

Un total de 15 pueblos indígenas a lo largo de 17 estados mexicanos forman parte de una red de sociedades financieras comunitarias que, con las remesas del migrante, generan patrimonio y ahorro y hasta empleos en las comunidades receptoras de remesas.

Línea Abierta abordó este tema con la antropóloga mixteca Isabel Cruz, Directora General de la Asociación Mexicana de Uniones de Crédito del Sector Social A.C. (AMUCSS) quien, durante los últimos 25 años, ha estado trabajando en comunidades rurales de México en proyectos de emancipación económica de los pueblos indígenas.

El trabajo de AMUCSS redunda en una innovadora red de sociedades financieras comunitarias para destinar las remesas a la promoción del ahorro y para financiar proyectos que generan patrimonio y crecimiento económico en esos pueblos indígenas.

“Hace muchos años, cuando todavía no era tan grande el proceso migratorio –estamos hablando de 1994–, nuestra red de asociaciones comunitarias formadas por organizaciones campesinas indígenas necesitaban buscar fondos para que esas pequeñas asociaciones pudieran crecer. Vimos que las remesas podrían ser una fuente para crear instituciones financieras locales, pero no sabíamos cómo”, explicó Cruz.

A través de un largo camino, dijo la antropóloga, dichas instituciones han trabajado para empoderar a las comunidades indígenas. Esto permitió a los autores del proyecto explorar las limitaciones del sistema financiero mexicano.

“Logramos hacer modificaciones legislativas para lograr lo que hoy llamamos microbancos rurales, que son formas de organización comunitaria donde los socios son las personas o pequeñas organizaciones de las comunidades rurales que se asocian con una pequeña cantidad de dinero… y con ese aporte social comienzan a tener derechos para ahorrar y solicitar préstamos… para la vivienda, comprar maíz, café, para procesar artesanías. No hay ningún impedimento para ningún tipo de préstamos”, dijo Cruz.

Escuche:

 

Aunque los migrantes suman cuantiosas cantidades de dinero con sus remesas, comúnmente no encuentran una manera de ahorrar ese dinero, para construir una casa, o formar un fondo para su retiro.

La antropóloga dijo que cuando los migrantes son capaces de ahorrar sus remesas en pequeñas instituciones financieras, tienen lo que se llama el Bono Migrante, con un retorno de su ahorro del 10% de ganancia sobre su dinero.

Por lo menos 40% del dinero que ingresa anualmente a México por concepto de remesas llega a zonas rurales que carecen de bancos, donde no hay dónde ahorrar, explicó Cruz.

“Así es que hacer coincidir, construir, un microbanco con el dinero de las remesas, no lo va a hacer el gobierno. Lo tienen que hacer las comunidades, desde abajo. Y déjame decirte: hoy en día estos envíos están enriqueciendo a Banco Azteca, Bancoppel, pero no a los bancos de comunidad. Y esa es otra cosa que tenemos que impulsar…”.

Escuche:

 

Estas pequeñas instituciones financieras requieren de la participación de las comunidades migrantes en el exterior y ya cuentan con la aportación de tecnología provista sin costo por la fundación de Melinda y Bill Gates, lo cual hace posible, entre otras cosas, la transferencia a través de un teléfono celular y la capacidad de revisar y mantener una cuenta bancaria. También se busca la participación del gobierno de México para respaldar e impulsar una inversión que permita la bancarización de los migrantes en todo el país. Pero si el gobierno no participa, entonces prescindirán del gobierno y lo harán ellos solos, señaló la antropóloga.

Además de que el proyecto se lleva a cabo en comunidades indígenas de 17 estados de la República Mexicana, éste se presenta en una variedad de lenguas originarias para una comunicación más comprensible atendiendo la idiosincrasia de las diversas comunidades implicadas.

“Es un innovador proyecto que se hace de manera binacional… Es un concepto de colectividad… no es algo que se pueda hacer desde arriba, es algo que requiere la participación comunitaria”, señaló.

Escuche:

Para escuchar la entrevista completa visite el programa del 12 de agosto de Línea Abierta en Radio Bilingue.

 

 

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