Residentes de popular destino turístico mexicano luchan por su “sueño mexicano”
Decenas de vecinos protestan frente a un complejo de apartamentos en construcción en una zona residencial de Puerto Vallarta, con una vista bellísima de Bahía de Banderas y de las montañas de la Sierra Madre.
Olivia Sainz está molesta con los funcionarios que otorgaron los permisos:
“Están construyendo demasiados edificios y no tenemos la infraestructura, la electricidad, el drenaje para poder soportar todos esos edificios. Entonces, se construyen edificios de 15, 16 pisos que antes que estaban prohibidos”
Lo novedoso de esta protesta es que los manifestantes son mexicanos locales, algunos repatriados pero en su mayoría ciudadanos de Estados Unidos y Canadá con años viviendo en la zona. Enojados, le reclaman en inglés a uno de los supervisores de la construcción por explotar a sus trabajadores y al vecindario. Este les responde que ellos compran las propiedades. Y huyó en su auto mientras los manifestantes exigen el fin a los permisos ilegales de construcción.
Pero no es la única construcción irregular y el problema no es nuevo. Los pasados gobiernos municipales otorgaron así muchos permisos a compañías constructoras nacionales y extranjeras. El gobierno actual está buscando poner orden pero no ha sido fácil. Desde enero y con el apoyo de la Marina, la Guardia Nacional y la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente –PROFEPA– clausuró una docena de obras.
Un funcionario que se reservó su nombre, dice que tomaron la drástica medida porque ignoraron la Ley General de Ecología y no presentaron estudios de impacto ambiental. Las acciones del gobierno federal las ve con simpatía vigilante Salva Vallarta, organización de ciudadanos de Estados Unidos y Canadá, expatriados y vecinos de diversas profesiones, incluidos empresarios.
Se calcula que hay como 30 mil inmigrantes como ellos viviendo su “sueño mexicano”, que consideran en peligro. Su presidente, Dan Custer se queja de lo mucho que ha cambiado Vallarta desde que lo visitaba como turista hace más de 20 años.
“Es menos verde. Es menos plantas para absorber la lluvia, más concreto, contribuirá a más calor”
Elva Aguirre es una mujer madura que vivió la mayor parte de su vida en California. Desde hace 3 años se mudó a Puerto Vallarta también a vivir su ‘sueño mexicano’, pero se le ha complicado mucho.
“Si la Corte Suprema decide en contra del municipio y del desarrollador, el edificio de 53 unidades donde yo vivo se va a demoler y me quedaré en la calle. Vendí todo en Estados Unidos y me vine a este paraíso. Estoy muy nerviosa esperando la decisión”
Elvia es miembra de una organización de vecinos. La entrevistamos en una reunión pública del gobierno federal, que junto al de Jalisco y el de Puerto Vallarta están consultando a los residentes para elaborar el Primer Ordenamiento Ecológico Local.
Emérita Ramírez es funcionaria de SEMARNAT y participó en estos foros públicos.
“Aquí lo importante de Puerto Vallarta es de limitar, detener a los desarrolladores excesivos que están construyendo en zonas ya frágiles. ¿Por qué? porque Puerto Vallarta está creciendo hacia las zonas frágiles de montañas y las zonas donde están los ríos. ¿Quieren crecer más inmobiliarias? ¡no!”
Mientras se aprueba el plan del gobierno federal para regular el crecimiento caótico y ofrecer los servicios necesarios, el turismo no se detiene. Se espera que lleguen decenas de miles a pasar en Puerto Vallarta las fiestas de Semana Santa.
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