*Redadas ariesgan salud de inmigrantes embarazadas

Luego del parto, las mujeres no deben faltar a sus citas médicas. Foto: Jonathan Borba/Unsplash https://shorturl.at/Cbavh
El miedo a ser deportadas obliga a inmigrantes embarazadas a evitar visitar hospitales y clínicas en el valle central de California. Esto, como consecuencia de las duras políticas migratorias de la administración Trump.
La Orden Ejecutiva 14159, Protecting the American People Against Invasion, firmada por el presidente Trump, infunde pánico entre aquellas mujeres cuyo estatus migratorio las pone en riesgo. Sucede que, a pesar de que los centros de salud son considerados lugares donde ICE no debería ejecutar redadas, el Departamento de Seguridad Nacional ha legitimado acciones sin importar dónde.
Así, las inmigrantes sin documentos cambian sus rutinas, ausentándose de las citas médicas, optando por no tener seguro de salud público.
Esto fue analizado en Línea Abierta, como parte de la serie Creciendo con apoyo latino. Al aire, Rosa, una inmigrante indocumentada que vive en Madera (CA), dijo haber notado una gran ausencia de madres inmigrantes en las salas de espera del hospital de su área: “están casi vacías”. Y advierte que el encierro degenera en “graves problemas de salud mental, como la ansiedad y la depresión, que afectan también la salud mental del bebé”. Además, recomendó “informarse más, pues hay mucha ayuda en panfletos y anuncios aquí en Madera”.
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Mónica Bravo, promotora de Visión y Compromiso, en Madera, compartió experiencias similares. “Están dejando de ir a estas citas por temor a una deportación, a que se comparta la información de sus expedientes médicos”. Es una situación hostil, señaló, “presentan frustración, es muy preocupante. Porque si ellas no están bien como pilares de una familia, como miembros de una comunidad, estamos sintiendo alarma. Tenemos que abogar por estas personas y decirles que no dejen de tomar esas citas médicas. Porque de eso depende el bienestar de sus hijos que llevan dentro”.
Ante la opción de hacer consultas médicas telefónicas, Bravo respondió que no es lo más funcional. “¿Cómo te van a tomar la presión, la respiración?”. E insistió en que los derechos constitucionales amparan a las mujeres en riesgo a guardar silencio, en caso de ser interrogadas. “Tenemos el derecho de no firmar ningún documento sin antes hablar con un abogado. Y estamos promoviendo también una tarjeta de conozca sus derechos, que podamos pasar por debajo de la puerta para que el agente sepa que nosotros estamos usando esos derechos”.
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Militza Garabán, doula en Fresno, dijo que su trabajo le permite “ir a la casa de estas mujeres, conversar con ellas, porque nuestro apoyo no solamente es físico sino también emocional. Decirles que hay instituciones que tienen la confidencialidad, sin ningún contacto con agentes de inmigración ni con el gobierno directamente”. Añadió que esas mujeres también son sujetos de derechos. “Sobre todo cuando están embarazadas, deben saber que, para poder estar tranquilas, no deben poner en riesgo su salud ni la de su bebé”.
A pesar de lo delicado del contexto actual, la experta considera que “es necesario, como madres, seguir haciendo nuestras vidas; salir, llevar a los niños a la escuela, ir de compras, buscar relaciones más cercanas, más seguras para poder continuar nuestra vida de la mejor manera y sin tanto temor”. Y buscar grupos en línea, “que nos pueden ayudar a través de la computadora, no necesitamos estar de manera presencial; grupos de apoyo para mujeres embarazadas”.
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