Que la juventud vuelva su mirada hacia la ciencia de nuestros ancestros: Rigoberta Menchú
Entrevista a Rigoberta Menchu 12-20-13
Entrevista conducida por Juana Gómez, conductora de La Hora Mixteca
GÓMEZ: Bienvenida, hermana, Rigoberta Menchú Tum, la primera mujer latinoamericana y la primera indígena en recibir el prestigioso premio Nobel de la Paz, 1992. Durante los muchos años de la guerra, los pueblos indigenas de Guatemala fueron perseguidos, despojados de sus tierras, y obligados a migrar. Hoy todavía siguen migrando a México y Estados Unidos miles de paisanos suyos que dejan sus comunidades y tierras. ¿Qué pasa en Guatemala con los pueblos mayas, Doctora Menchú? ¿Qué ha cambiado y qué no ha cambiado desde la guerra?
MENCHÚ: Bueno, en primer lugar, Guatemala es un país maya. Somos más del 65 por ciento de la población total. Es el país más poblado de gente proveniente del pueblo maya de Mesoamérica. Y por eso también es un pais, que dondequiera que usted va, va a encontrar a nuestra gente de todos los diversos pueblos mayenses. Yo diría que tenemos, por un lado, muchos avances. Yo veo que la mejor producción del mercado informal, como lo llaman en Guatemala, es de los mayas. Nuestro pueblo es comerciante, nuestro pueblo inventa mucho. En la modernidad es muy claro. Por ejemplo, la indumentaria, como los huipiles, la indumentaria maya, pues usted ve que cada día está haciendo más innovaciones en los tejidos más finos. El arte se siente. O sea hay muchos avances.
Lo que no ha cambiado, básicamente, es la pobreza. Hay una enorme cantidad de población maya que vive con desnutrición crónica. Para los niños, si hay desnutrición crónica, afecta el crecimiento integral de las personas. Y por eso también mucha de nuestra gente no tiene más opción que el trabajo físico y el trabajo de campo.
Sin embargo, yo siento que la juventud maya también ha tocado puertas en muchos campos. Hoy por hoy, tenemos más juventud maya que está en la universidad, que está llegando a la educación superior, que está eligiendo una carrera, una carrera que antes nunca hubiera sido posible para los mayas: arquitectura, derecho, medicina, carreras caras que antes sólo eran para los blancos, sólo eran para los occidentales, sólo eran para los no indígenas. Hoy en Guatemala, hay muchos de nuestros jóvenes que estan incurriendo ya en carreras muy importantes.
Ahora el problema ya viene siendo la identidad. Porque el hecho de llevar una indumentaria maya no significa ser maya, si no maneja el calendario, si no maneja el concepto de la vida para nuestros ancestros, si no le da importancia a su propia presentación. Porque los mayas no somos mendigos, ni somos pobres, ni somos los más dejados del planeta. Realmente no, tenemos otro sistema, pero tenemos que darnos nuestro lugar.
GÓMEZ: Por la migración, y por muchos otros problemas, nuestras comunidades, y nuestros niños indígenas están perdiendo sus usos y costumbres, sus ricas tradiciones, su lengua, su memoria histórica. ¿Qué se hace por defender nuestra rica herencia cultural? ¿Dónde ve esperanzas de que nuestra lengua y nuestra cultura volverán a sus mejores tiempos, Doctora?
MENCHÚ: La única esperanza que yo tengo es que la juventud, que está ahora en un campo de educacion occidental, vuelva su mirada hacia nuestra riqueza, la ciencia de nuestros ancestros, y combine sus conocimientos con la ciencia ancestral y la ciencia occidental contemporáneo. Si logra hacer esa fusión, con humildad, con respeto, yo veo que nuestro futuro será muy promisorio. Porque manejar dos sistemas, nuestros abuelos mayas manejaban muchos sistemas, no uno, no dos, manejaron varios sistemas. Entonces yo creo que tenemos la oportunidad de manejar dos, tres sistemas.
Pero si no, va a ser un, lo que llamamos en Guatemala, ladino. Va a ser un ladino empobrecido, o un indigena empobrecido. El indígena empobrecido es que ni habla bien espanol, ni sabe quienes son sus ancestros. Y pretende ser blanco y trata de pintar el pelo como si fuera blanco. Y entonces, es un enredo total, del que nunca será conforme consigo mismo. ¿Verdad? Entonces, es un indígena, sí que indígena. Nosotros no nos llamamos indigena. Nosotros nos llamamos maya. Y si yo soy maya, usted es mixteca. Y usted no es indígena, porque usted es mixteca. Bueno, hay una categoria del indigena que quieren crear, que es el indigena pobre, que no se baña, que está alejado, que está abandonado, etcétera. Esa clase de indígena no es correcto que lo asumamos.
Pero yo siento que el orgullo de nuestras comunidades es muy grande. Muchos de sus hijos tienen identidad, y ya tienen una carrera universitaria. Eso es lo que hace cambio. Y las madres y los padres. Si mi hijo sabe que sus sueños son importantes, que su respeto al agua es muy importante, que sabe decir “Gracias, gracias” al Abuelo Sol todos los días, si mi hijo se educa en esa manera, también es la garantía de que nuestros ancestros estarán vivos plenamente en cada una de nuestras generaciones.
GÓMEZ: Doctora, usted es Premio Nobel de la Paz, una mensajera de paz. Y un lugar que necesita la paz son los hogares de nuestras comunidades indigenas. Hay mucha violencia contra las mujeres y las niñas indígenas. La mujer indígena todavia arrastra las cadenas que le impone el marido o el hombre. ¿Cómo cambiar estas costumbres en nuestros pueblos?
MENCHÚ: Efectivamente, como usted dice, costumbres, porque en el sistema ancestral de nuestros abuelos nos dijeron que somos indispensables, la dualidad, el hombre y la mujer, la complementaridad. Somos complementarios. Yo no soy igual que mi marido, ni mi esposo es igual que yo, pero somos complementarios. Hacemos un equipo de antemano para llevar una plenitud de vida. Todos esos valores tenemos que retomarlos. Porque hoy por hoy hay mucha enfermedad, yo diría enfermedad, en las comunidades indigenas.
Una de las fuentes de enfermedad es la frustración. Entonces hay mucha frustración, y agarran contra los hijos, contra las esposas, contra los esposos. Agarran contra los vecinos. Y entonces da un ciclo de decadencia. Yo creo que nuestras comunidades estan viviendo la decadencia en su plenitud. Otra de las fuentes de decadencia es el alcoholismo. Los hombres y las mujeres hoy, como dirían nuestros abuelos antes, ya perdieron la vergüenza. Entonces ellos están alcoholizándose. Esto lleva a la violencia, lleva a la ofensa, lleva también a la misma decadencia.
Luego la droga del rompimiento de esquema de respeto mutuo. Antes, nuestros hombres tenian un gran respeto por su pareja. Hoy, como hace el Occidente, no importa, como hace la telenovela, como hace el artista, al artista no le importa si se casa diez veces al año, con esa falta de etica humana. Entonces también nuestra gente sigue esos modelos. Entonces yo creo que lo más importante para los pueblos indigenas es, si queremos ser dignos herederos de nuestros ancestros, tenemos que modificar esa vida. Tenemos que modificar esos antevalores que se empoderaron de nuestras vidas y de nuestras comunidades.
GÓMEZ: ¿Cómo logró usted superar los obstáculos que le estorbaban en su camino, como mujer indígena, doctora?
MENCHÚ: Bueno, mucho autoestima. Yo siempre creo que está en las manos de cada persona hacer lo que quiere hacer. O sea, nadie puede venir a decirme a mí qué es lo que tengo que hacer. Está en mis manos. ¿Quiero o no quiero hacer esto? ¿Y qué es lo que quiero hacer? Entonces, tener ese autoestima es muy importante.
Segundo, que haya solidaridad, siempre pedir solidaridad de nuestros otros hermanos. Hay hermanos que ya salieron adelante, que ya tienen una vida mejor, que no sean insensibles, que no sean egoistas, que no sean individualistas, que siempre piensen en los otros que necesiten de ellos. Pero a veces no saben dónde estan los otros. Por eso, yo siempre llego a pedirles. Les digo, “Miren, ayúdenme, ayúdenme”. Es decir, la oportunidad no llega solo, sino tenemos que buscarla, ,tenemos que generarla, tenemos que apoyar, para que el otro comprenda que necesitamos de su ayuda.
Luego lo otro que a mí me ayudó mucho a salir adelante fue saber de dónde vengo. Qué orgullo me dio saber que vengo del pueblo maya, de mis ancestros mayas, de B’alam Ki’tze’, B’alam Aq’ab’, Majuk’utaj, Ik’i B’alam…. ¿Por qué no me siento yo tan orgullosa de venir de esos primeros creadores, de esos cabellos blancos, de esos ancestros que me dejaron? O sea, ¿De dónde vengo? ¿Quién soy? Siempre me preguntaba, ¿quién soy? Pues si yo sé que soy nieta de ellos, sé que soy portadora de un legado, sé que traigo la luz de ellos conmigo, y que yo puedo irradiar esa luz más allá. Si sé todo eso, entonces sé quien soy, y adónde voy. Pues es muy importante preguntarse adónde va, si uno va a buscar una casa mejor y se queda a dormir allí o si uno pasa por el tiempo como un rayito de luz. ¿Verdad? Y si eres un rayito de luz, pues tienes que saber que vas algún día al eterno presente, y otros ocuparán tu lugar. Entonces, para quienes ocupen tu lugar, es mejor que se preparen contigo, porque no los vas a preparar después de que ya no estás. ¿Verdad? Entonces esa dinámica de vida es muy importante.
GÓMEZ: Miles de guatemaltecos y centroamericanos sufren de extorsiones, violaciones, y hasta la muerte a manos del crimen organizado y policías corruptos cuando cruzan por México. También sufren muchos problemas al pasar la frontera a Estados Unidos. ¿Ha intervenido usted a favor de esos migrantes, ante esos gobiernos o ante esas autoridades internacionales?
MENCHÚ: Sí, pero el problema más grave es que uno no tiene el poder en sus manos. Porque quienes deciden son los que permiten o no permiten. Por ejemplo, ese tren fantasma del que tanto se habla. Si hay periodistas que ya filmaron ese tren, si hay gente de Televisa que ya incluso caminó por el tren, y sabe que allí se viola a mujeres, y se sabe que allí se extorsiona a gente, y continúa, es que esa es la total impunidad. O sea, no hay ninguna autoridad que pueda decir, “Yo no sé que existe” si ya se sabe que existe. Entonces, quiénes toman las decisiones es muy importante. La gente normalmente vota por el alcalde, vota por el gobernador, vota por el diputado, y vota por el presidente. Si la gente “quejosa”, como le llaman en México, solamente se queja, y no trata de racionar su voto, pues realmente esta situación no cambia.
Yo veo, en Guatemala yo quisiera cambiar la situación de la extrema pobreza para los niños indígenas. Si yo fuera presidente de Guatemala, nunca permitiría que un niño maya esté muriendo de desnutrición crónica. Esto tendría la prioridad más alta. Las mujeres tendrían que estar acompañadas. Los migrantes tendrían que tener un mejor trato en su país, ante todos los gobiernos, porque pasan y violan sus derechos. ¡Pero si la gente no está pensando en eso! La gente está pensando en que le van a regalar una cubeta de agua, que le van a dar un poco de sal, y entonces sacrifica sus derechos. Entonces, al final, ¿uno qué puede hacer? O sea, uno tiene un límite para apoyar a la gente. La gente misma tiene que levantarse por sí misma.
GÓMEZ: Hace algunos años, se lanzó usted como candidata a presidenta de Guatemala. ¿Volverá a lanzarse a la presidencia?
MENCHÚ: No. En el año de 2015 que vamos a tener elecciones vamos a participar, porque nosotros tenemos el partido WINAQ. Con mucho honor lo hemos fundado y lo creamos para que tome el poder. Pero todavía no hemos llegado a la conclusión de quiénes van a ser nuestro binomio presidencial. Vamos a tomar decisión al principio del año que viene. Y yo creo que mantener una elección es muy duro para un candidato como yo, que soy pobre, y vengo de la población más marginada. Entonces vamos a ver qué se puede hacer. Lo que es cierto es que yo espero que nuestro compañero Amílcar Pop, que actualmente es diputado, sea el candidato presidencial para el 2019. Es decir, nosotros estamos preprandonos para los próximos años.
GÓMEZ: ¿Gusta usted mandar un mensaje a nuestros radio oyentes?
MENCHÚ: Bueno, muchos saludos. Feliz año, feliz navidad. Por favor no se vayan a exceder con el licor, con los regalos. Muchas veces damos un regalo, pero cuando nos damos cuenta, ya no quedó para la comida, para la convivencia. Todo ese comercialismo, todo ese materialismo, con que nos venden la fe del fin de año, pues realmente no caigamos en esa trampa. Hagamos lo que nuestra felicidad requiere y que sean todos muy felices. Muchas bendiciones. Por favor, platiquen. Porque mientras más contamos historias en nuestras familias, más educamos mejor a nuestros hijos.
GÓMEZ: Agradezco sus palabras, su tiempo, deseándole éxito en su labor como embajadora de la paz, de la educación, de los cambios sociales, y sobre todo, como portadora de voz de los pueblos indígenas. Muchas gracias, Doctora Rigoberta Menchú. Yo soy Juana Gómez.
MENCHÚ: Gracias, gracias a todos ustedes, y a Doña Juana. Es un honor conocerla. Y pues aquí en la radio, se puede y se debe transmitir toda la felicidad que merecen nuestros pueblos.