P’urhépechas en el NW de Estados Unidos mantienen encendidas tradiciones mexicanas
Sube sonido ambiente…
Es un día nublado por la mañana. En las instalaciones de una escuela rodeada de pinos y junto a un río da inicio la ceremonia de agradecimiento a la madre tierra.
Sube sonido de caracol…
Mientras suena un caracol, el Tata Emiliano hace un pequeño hoyo en la tierra.
Sonido ambiente…
Unos 50 purépechas, depositan frutas, comida y otras cosas. Habla el Tata Emiliano:
“El día de hoy estamos aquí, madre, para darte la gracias y darte lo poquito de lo mucho que nos has dado; por lo mucho que nos brindas. Sabemos que de ti nacen las plantas, sabemos que de ti nacen las semillas, los ríos, los pozos, los lagos… y de esa manera nosotros sobrevivimos. Queremos ser agradecidos madre tierra”
Se oyen cantos y rezos…
Entre cantos y rezos el ritual se conduce en español, purépecha y mixteco, otro grupo indígena de la zona, invitado especial a la ceremonia.
Sonido abiente…
El ritual concluye cuando cubren el hoyo con tierra y da pie a la celebración. La mujeres purépechas visten su tradicional atuendo, describe Fidelina Carrillo:
“La vestimenta es lo que usamos, desde la enagua blanca, la faja, el rollo, el delantal, el huanengo, otra faja y el rebozo”
Flores coloridas bordadas por manos purépechas son piezas auténticas que requieren de mucho tiempo y de paciencia para elaborarlas.
“El que es más tardado son estos que le llamamos, huanengo de punto de cruz.. Hay gente que los hace hasta en tres meses”.
Se cree que la vestimenta tradicional tiene la capacidad de conectarse con la madre tierra a través de la energía de sus bordados, dice Fidelina, quien agrega que los hombre también portan con orgullo su atuendo tradicional.
“Los hombre lo que utilizan son el pantalón blanco, la camisa blanca, el sombrero y una faja roja en la cintura, el gabán y también usan huarache”
Sonido de comensales…
Llegó la hora del almuerzo y los participantes disfrutan del pozole tradicional purépecha. Albertina Vallejo, una de las organizadoras y locutora de Radio Movimiento, con base en Woodburn, Oregon, nos cuenta cómo elabora este platillo.
“Se hierve el agua, sope… al hacer el nixtamal se le pone cal, pero en nuestro pueblo se usa ceniza; se quita el pellejito del maíz, se deja como unos 20 minutos hasta que se suaviza. Y ya se le talla y se quita el pellejito, y así se le mete el sabor de la carne y hace como palomita”
Lo que hace especial al pozole purépecha es que se utiliza el maíz morado, típico de Michoacán, en combinación con la carne de puerco.
Después del almuerzo, siguió el Juego de Pelota.
Sonido de juego de pelota…
Se forman dos grupos de 5 jugadores cada uno, y usan la calle como campo de juego. Con bastón de madera en mano deslizan la bola de trapo de un lado a otro, con el objetivo de llegar a la meta, muy similar al juego de hockey pero sin portería. Gana el equipo que cruce primero la línea del rival.
Más ambientes del juego de pelota…
Entre risas y aplausos los espectadores y los jugadores practican este juego prehispánico, que sus antepasado practicaban desde hace más de 3 mil años, señala Marco Antonio Flores Quin, el organizador principal de este evento:
“El juego de pelota, que es muy importante para nuestra comunidades…, algunas comunidades ya no la aprecian como tal pero afortunadamente se está recobrando otra vez”
Sonidos de danzantes…
Después del juego de pelota sigue la danza. Marco Antonio, micrófono en mano, resalta la importancia de la participación de los jóvenes en esta actividad.
“Queremos seguir salvaguardando estas formas… por eso les dije a ellos no se preocupen tanto por el zapateado sino por el corazón que le ponen a la danza, al momento de danzar; y de esa manera reconectarnos con nuestros abuelos, nuestros ancestros“.
Los jóvenes del círculo ireta P’urhépecha se presentan con su característico pantalón y camisa blanca, acompañado de los coloridos gabanes y huarache de suela de madera. Siguieron más grupos durante casi dos horas.
Comienzo de la danza…
El público muy contento y agradecido los premia con sus aplausos.
Aaplausos – Música…
Toca ahora escuchar la música tradicional purépecha, las famosas pirekuas.
Sonido de Pirekuas… Y son abajeño….
Después de las presentaciones culturales, de la danza y de los grupos musicales llega el momento más significativo del día, la ceremonia de renovación del fuego para recibir el año nuevo purépecha. Ceremonia que por respeto a sus ancestros no permite que la grabemos. Tata Antonio lo resume así:
Tata Marco: “Esta ceremonia va con el ciclo de maíz, va con el ciclo de la luna y con el ciclo del sol. En estas épocas empiezan nuestras comunidades ya a hacer el barbecho, a darle la vuelta a la tierra para que en marzo empiecen a sembrar. Entonces todos los retoños empiezan a resurgir, esto es lo que quiere decir (hablando purépecha) el retoño nuevo.
El fuego es el elemento principal de la cultura Purépecha, pues se cree que cada persona está hecha con sus cenizas”, concluye Tata Antonio.
“Para nosotros el fuego es muy, muy importante, porque antes no teníamos luz eléctrica o la luz artificial… entonces en nuestras casas el fuego era súper indispensable; sin él no podrías cocinar, y eso. También lo usábamos como especie de foco, por llamarlo así, para alumbrar la cocina principalmente. Y lo ponemos en una orquetita que se llama (palabra purépecha). Ahí ponemos el ocote y entonces se alumbraba todo lo que era un entorno. Pero antes, cuando nosotros nacíamos y abríamos los ojos lo primero que veíamos era el fuego, porque nuestras mamás se aliviaba en la cocina y se necesitaba el fuego para calentar el agua que iban a usar para el nacimiento. Por eso al abrir los ojos era lo primero que mirabas, y eso se quedaba con nosotros… y ya la simbología que hay de mis antepasados en su forma de ver la creación, ellos dicen que nosotros estamos hechos de cenizas del padre fuego”
Con esta ceremonia inicia el año nuevo purépecha. Esperan que las futuras generaciones que viven en el noroeste de Estados Unidos continúen la tradición y cultura ancestral que les heredaron sus antepasados.
Sube Música de Pirekua…
Escuche la Edición Semanaria Completa: