Presiones públicas y contingencias oficiales de la vacunación contra el Covid-19

La directora de enfermería de UNC Health, Turkeisha Brown, recibe la vacuna Pfizer COVID-19 de uno de sus compañeros de trabajo el martes por la mañana. Foto: Cortesía de UNC Health.

Marco Vinicio González

En el transcurso de la pandemia de Covid-19 los gobiernos estales de Estados Unidos han mostrado una renuencia o incapacidad de impulsar más ágilmente medidas básicas para defender a la población, que aun otorga al uso del cubre bocas un significado político pese a las contundentes evidencias de su eficacia. Y a falta de una estrategia federal, que ha resultado en la muerte de más de 376 mil 400 estadunidenses, los gobernadores están bajo una enorme presión por parte de sus constituyentes, especialmente las personas mayores, que votan en gran número y enfrentan el mayor riesgo de morir a causa del virus.

El Condado de Los Ángeles por ejemplo, que es el más grande de Estados Unidos y ha sufrido un repunte de casos vinculados con las fiestas decembrinas, similar al provocado por las personas que viajaron durante el Día de Acción de Gracias, tiene un promedio semanal de 16 mil 193 nuevos casos. Es aproximadamente 12 veces el promedio semanal que el del 1 de noviembre, que fue de mil 347 casos. Por cierto que tres legisladores presentes durante el asalto de los nacionalistas blancos al Capitolio, aumentaron los temores de las autoridades de que dicho asedio sea un futuro brote de infección.

De modo que California está estableciendo sitios de vacunación masiva, como el estadio de Los Dodgers y Disneylandia. Joe Prado, gerente de la división de Salud Comunitaria del Condado de Fresno, quien coordina la implementación de la vacunación en dicho condado del Valle Central, declaró a los medios que “Como se puede ver con las pruebas, se trata de dar acceso múltiple, abrir múltiples puertas… Es lo queremos en varias áreas, por lo que la vacunación seguirá el mismo camino”.

Así que apenas unas semanas después de iniciado el esfuerzo de vacunación a nivel nacional, los estados han comenzado a ampliar los criterios de acceso a las vacunas, en medio de una tremenda demanda pública e intensas críticas sobre el ritmo de vacunación, tratando que los estadunidenses de mayor riesgo no sean pasados por alto.

Por ello, el debate sobre qué tan pronto ampliar la elegibilidad se está intensificando a medida que las muertes por el virus continúan aumentando. Mientras, los hospitales están abrumados con pacientes críticamente enfermos, y millones de dosis de vacunas administradas el mes pasado permanecieron en congeladores. Algunas fueron incluso desechadas.

El presidente electo, Joe Biden anunció el viernes que entregaría casi todas las dosis disponibles a los estados cuando asuma el cargo el 20 de enero, en lugar de retener la mitad para garantizar que cada persona reciba una segunda vacuna de refuerzo unas semanas después.

De ahí que los funcionarios federales de salud recomendarán administrar la vacuna a todas las personas mayores de 65 años, en un intento por acelerar el lanzamiento de la vacunación, que ha sido lento. Se espera que el Departamento de Salud y Servicios Humanos anuncie las nuevas pautas en una sesión informativa hoy al mediodía (hora del Este).

Nueva York, que logró ‘aplanar la curva’ luego de más de 30 mil muertos (actualmente han muerto casi 40 mil neoyorquinos), entra hoy en la Fase 1b. Las personas de 75 años en adelante ahora son elegibles para recibir la vacuna, además de los socorristas, maestros, trabajadores del transporte público, empleados de tiendas minoristas y supermercados, empleados de seguridad pública y aquellos que entran en contacto físico con otros trabajadores (vea una lista más completa aquí). Hay que tener en cuenta que debido al suministro limitado de la vacuna, por parte del gobierno federal, los neoyorquinos elegibles podrían tardar hasta 14 semanas en programar su vacunación.

En tanto, tras informar a los medios sobre los planes para entregar vacunas contra el coronavirus en las plantas empacadoras de carne de Nebraska, el gobernador republicano, Pete Ricketts dijo el lunes a los medios que los ciudadanos y los residentes legales tendrán prioridad en las vacunas sobre los inmigrantes indocumentados. “Se supone que debe ser un residente legal del país para poder trabajar en esas plantas… Así que no espero que los inmigrantes ilegales sean parte de la vacuna con ese programa”, dijo.

Por otro lado, trascendió que en Kentucky se le permitió por error al público en general inscribirse en las citas para la vacuna del Covid-19 que proporcionó el Departamento de Salud estatal, y que estaba destinada a los trabajadores del sistema de salud del Louisville Baptist Health, a través de una herramienta en línea para programar citas de vacunas, reportó CNN ayer lunes.

Y en los centros médicos de élite, incluso los trabajadores que no son elegibles para recibir la vacuna en estos días están siendo vacunados. Los administradores y los jóvenes estudiantes graduados han sido vacunados en los principales hospitales de investigación, en contra de las pautas estatales y federales■