Petroleras predijeron el calentamiento global en los ‘70 pero se embarcaron en “un sabotaje planetario”
Marco Vinicio González
El más reciente estudio y primero de su tipo en el mundo sobre la contaminación del tráfico vehicular dice que ésta afecta la función cerebral de los humanos en cuestión de horas. Publicado en la revista Environmental Health, afirma que sólo dos horas de exposición a los gases de escape del diésel provocan una disminución en la conectividad funcional del cerebro, inducida por la contaminación del aire.
Por su parte Línea Abierta revisó otro estudio publicado recientemente en la prestigiosa revista Science, que mostró lo que “científicos de ExxonMobil predijeron con precisión”, dice Chelis López, conductora de este programa de noticias, “con detalles del ritmo y la gravedad del calentamiento global”, provocado por los combustibles fósiles que general los gases de efecto invernadero, fuente primordial del calentamiento global.
“A pesar de esa información la compañía petrolera optó por poner en duda públicamente durante décadas las conclusiones de la ciencia climática, incluida la investigación de la ONU”; y hasta los hallazgos de sus propios científicos, sostiene López. De esta suerte, “líderes de la ONU dicen que ‘las grandes petroleras propalaron la gran mentira’, y pidieron a líderes políticos y empresariales del mundo que aceleren la tarea de abandonar los combustibles fósiles”.
Javier Sierra, portavoz de Sierra Club, desde su sede en Madrid, España, dijo a López en Línea Abierta que Exxon, “la enorme petrolera ha sabido desde finales de la década de 1970 sobre las consecuencias catastróficas de la quema de combustibles fósiles”.
Dijo también que dichos científicos de la Exxon, con menos conocimientos con que la ciencia cuenta ahora, desde hace 50 años habían llegado ya a conclusiones de una exactitud pasmosa.
“Y esto es muy importante, toda la industria lo sabía: Exxon, Chevron, BP, Shell…, e incluso antes de todo esto, lo sabían los científicos de las compañías eléctricas de Estados Unidos en los años ’60”, que genera energía en base a carbón, el mayor contribuyente a la crisis climática de hoy día. Ellos sabían que estaban envenenando la atmósfera”.
Estos gigantes energéticos “invirtieron cientos de miles de millones de dólares en oscurecer la ciencia… desprestigiar y vilipendiar a los climatólogos que llegaron a las mismas conclusiones años más tarde… y todo esto a cambio de ganancias efímeras”, deplora Javier Sierra.
Y reitera que incluso a dichos científicos, que alcanzaron tan preocupantes conclusiones, “¡Los han llevado a las cortes, acusándolos de difamación!”, por publicar las mismas conclusiones a las que llegaron los propios científicos de Exxon en la década de 1970, “lo que sabían todas esas petroleras”.
Pero ante la negación de esa industria, de lo dañino que son para el planeta y la población mundial, a nombre de Sierra Club, de la ciencia y de todos los seres humanos concernidos por el medio ambiente, Javier Sierra dice que “tiene que haber consecuencias; tiene que haber una rendición de cuentas por parte de esta industria, de lo que ha estado haciendo durante décadas y décadas, más de medio siglo… ¡¿Qué van a hacer al respecto?! Y nosotros, ¿qué vamos a hacer como consumidores y como ciudadanos del mundo?”.
Un portavoz de ExxonMobil dijo que ya se va a comprometieron a ser parte de la solución al cambio climático y los riesgos que enfrenta el plantea, señala López:
–¿Qué es lo que deben hacer ¡pero ya!?!
“Esta es la cara que ponen ante la sociedad, cuando exactamente lo que están haciendo es repitiendo el mismo comportamiento que nos ha llevado a esta emergencia planetaria en la que nos encontramos ahora. No veo ninguna muestra de que estén haciendo algo para resarcirnos, para simplemente detener lo que están haciendo”.
En el último año y medio, dice Sierra, “la industria petrolera ha tenido ganancias estratosféricas. Esto le ha permitido encarecer el costo de sus combustibles, pero en ningún momento ha habido ningún tipo de remordimiento, o de compromiso para acabar con esta evolución de llevarnos a todos a un punto de no retorno, en el que la atmósfera se convierta en un caos permanente que no nos permita a la humanidad tener un futuro próspero”.
La industria petrolera ha renunciado a esta ventaja enorme que tenían para haberse convertido desed hace mucho en los gigantes de la industria limpia y renovable, del futuro, sstiene Sierra. “Tenemos que exigir a nuestros representantes que respondan, ¿de qué lado están?: ¿Del lado de una industria que quiere destruir la atmósfera, o van a defender el desarrollo orientado hacia una industria, hacia una economía de energía limpia, renovable, y acabar de una vez por todas la destrucción de la biósfera de la que todos dependemos”.
Este estudio va a impulsar fuertemente los esfuerzos para que un cambio ocurra, dice Javier Sierra, aunque reconoce que la búsqueda de un verdadero compromiso con la industria no ha tenido éxito.
“Desde el punto de vista del Sierra Club, del movimiento ambiental y de los científicos de todo mundo, hay que ir al alma política de cada uno de los países que están contribuyendo al desastre ecológico… Si hay algo que podemos hacer desde el punto de vista social, de la humanidad, es eliminar por completo los subsidios a las industrias de combustibles fósiles, a las industrias que están destruyendo la atmósfera del planeta”.
Y señal que un estudio del Fondo Monetario Internacional (FMI) del año 2016, afirma que en Estados Unidos los subsidios que recibe esa industria, ya sea en efectivo o en recortes fiscales, etcétera, llegaron a 650 mil millones de dólares ese año. En esos tiempos, era 50 millones más grande que el presupuesto de El Pentágono■