Orquesta juvenil busca alejar a niños de la violencia
En Salinas, un valle agrícola de California, innovadores maestros han logrado convertir a más de 200 niños de familias pobres del campo en virtuosos de la música clásica. Este programa de enseñanza, conocido como El Sistema, usa la música orquestal para mantener a jóvenes y niños ocupados, aprendiendo a tocar violas y trombones, a fin de alejarlos de la vida de pobreza y violencia pandilleril que aqueja a la juventud local. El Sistema comenzó en Venezuela, y ha sido replicado en varios otros países, como Colombia, con resultados prometedores. Nuestra reportera Farida Jhabvala Romero estuvo en uno de los conciertos de la Orquesta Juvenil en la vecina ciudad de Monterey y nos entrega este reportaje. Este reportaje es parte de la serie Raíces: Historias sobre los artistas del pueblo.
Se escucha música...
En una terraza al aire libre del Acuario de Monterey, con las olas del Océano Pacífico como escenario detrás, unos 20 niños cantan y tocan flautas, claves y xilófonos.
Música arriba y abajo…
Algunos de los niños tienen sólo meses aprendiendo música en la Orquesta Juvenil de Salinas, o YOSAL. Luna Dimas tiene 11 años y toca el xilófono como experta.
“La primera vez cuando los toqué me sentí como si estuviera en otro mundo, y cuando llego a YOSAL… es como si tuviera una segunda familia”
Crear comunidad y enseñar música para expandir los horizontes es clave para YOSAL. La orquesta utiliza la filosofía de El Sistema, un programa que fue desarrollado en Venezuela. El guitarrista clásico Camilo Ortiz fue el que primero lo empezó a enseñar en Salinas.
Ortiz:
“Así como en una comunidad hay un panadero, hay un lechero, hay un policía…, cada uno tiene su función. Entonces la función de ellos con un xilófono, con una flauta también es muy importante. Si falta una flauta no va a sonar igual, si falta un xilófono no va a sonar igual. Esa es como una lección de comunidad que ellos empiezan a aprender muy temprano: Tienen que trabajar juntos”
A diferencia de la educación de música clásica tradicional, las clases de El Sistema son en grupo y no se enfocan en la teoría, sino en la práctica. Desde el primer día a los niños les dan instrumentos con los que pueden divertirse y crear música. Luego van avanzando hacia instrumentos más complicados como el chelo y el violín. Luna Dimas y otros estudiantes que van empezando forman parte de la pre-orquesta. Sueñan con graduarse al grupo más avanzado: la orquesta.
Música de Orquesta…
Veinticinco niños de 9 a 14 años tocan en el escenario. Entre ellos está Luz Ramos, de 11 años, tocando la trompeta.
Luz:
“Cuando miro una canción que todavía no sé, digo cómo voy a resolver esto. No sé, no la conozco. Pero ya cuando la aprendo, digo está muy fácil. No puedo creer que yo no sabía”
Los valores de la música, como de la disciplina y la colaboración le dan a estos niños la confianza y autoestima para enfrentar retos difíciles. Cuando El Sistema fue fundado en Venezuela hace casi 40 años, se convirtió en una especie de revolución social.
Amalia Díaz Carrera, la conductora de la orquesta de Salinas es producto de El Sistema. Ella misma lo estudió desde chiquita en su natal Colombia. Y se convirtió en maestra de violín desde los 14 años.
Díaz:
“La música es una excusa y la música clásica es la perfecta excusa porque rompe la parte de la elite, que la música clásica es para gente de dinero, y además, es la música más elaborada. Entonces está desarrollando el cerebro de estos niños”
Ambiente musical del concierto…
La maestra dice que El Sistema cambia vidas, y hace que los niños se sientan capaces de ir a la universidad. Yesenia Vega, de 14 años, dice que eso precisamente es lo que le dice su papá. Como muchos de los niños de la orquesta, Yesenia es hija de un trabajador del campo.
Vega:
“La música me va a ayudar a agarrar colegios”
La orquesta juvenil de Salinas también quiere desarrollar buenos ciudadanos, comprometidos con su comunidad, y generar un beneficio social más grande en Salinas. La ciudad frecuentemente figura entre los lugares con el índice más alto de homicidios por violencia de pandillas en todo California. El maestro Camilo Ortiz dice que en YOSAL, los niños encuentran un sentido de pertenencia muy diferente al de una pandilla.
Ortiz:
“Acá no hay manera de terminar mal. Porque ellos están aprendiendo algo muy bueno que los está estimulando, los hace sentir bien porque están creando música, los hace encontrar amigos. Hace que la comunidad los reconozca. Cuando los aplauden, hay veces que es el único aplauso que el niño ha recibido en la vida”
Termina música termina… Aplausos…
Ortiz dice que El Sistema en Salinas será una inversión de largo plazo. Espera que como ha pasado en Venezuela, cuando sus estudiantes crezcan y se conviertan en doctores y abogados, regresen para invertir de nuevo en su comunidad y en el programa.
Para la Edición Semanaria del Noticiero Latino, desde Monterey, California, yo soy Farida Jhabvala Romero.