Nuevo caso de joven latino acribillado por policía de San Francisco suscita indignación
¡!Asesinos!!
Retumban las paredes de este auditorio escolar repleto con las indignadas voces de muchos de los más de 300 asistentes cuando ven un video donde 10 policías descargan sus pistolas en el cuerpo del joven Jesús Adolfo Delgado Duarte, de 19 años, escondido en la cajuela de un auto.
Unos tres minutos antes de disparar, el video muestra a los policías advirtiéndolo.
Se escucha advertencia de la oficial mediante altavoz…
Saca su mano izquierda con lo que parece ser un revolver, se escucha un balazo y los 10 oficiales disparan 99 tiros, 25 dieron en el cuerpo del joven Jesús Adolfo, quitándole la vida.
Los videos del mortal incidente, algunos filmados por las cámaras de los propios agentes, fueron presentados en esta audiencia convocada por el jefe de policía, William Scott, quien junto a otros oficiales presentó sus condolencias a familiares presentes de Jesús Alfonso.
Condolecías de jefe que se desvanecen…
Sumamente dolidos, dos de sus hermanos y su padre, José Delgado, se mantuvieron en silencio. Delgado nació en México pero creció en la Misión, popular barrio latino de San Francisco, California donde estudió hasta la preparatoria.
Irma Padilla, quien asiste a los migrantes en el distrito escolar, dice que lo conocía desde que estaba el kindergarten:
“Era mi muchacho, uno de mis niños, estudioso, respetuoso”
Padilla no se explica cómo se envolvió en este supuesto robo a mano armada si trabajaba en una compañía telefónica. Pero además, le duele mucho como perdió la vida.
“Lo tenían totalmente acorralado. No era necesario disparar ¡noventa y nueve veces!”
Según organizadores del barrio, Delgado era indocumentado y una de sus mayores preocupaciones era que lo deportaran; por eso el profesor Frank Lara, condena el silencio de los políticos que no se han pronunciado sobre esta tragedia.
“Esos candidatos hablando de que van a reformar a San Francisco, proteger la ciudad santuario, ¿por qué no hablan de estos casos? Un joven que tenía miedo de ser deportado ¿por qué lo asesinaron a sangre fría?”, deploró Frank Lara.
El maestro suplente del distrito escolar, Federico Fernández asegura que muchos de estas balaceras mortales son parte de una cultura muy arraigada en los cuerpos policiacos, que tratan a la comunidad latina y otras minorías como enemigos en un campo de batalla.
“La policía actúa como una fuerza de ocupación. Están armados hasta los dientes y no tienen ningún respeto por la comunidad ni por la vida de la gente”, señaló Fernández.
Desde hace tiempo, varios grupos han promovido reformas para mejorar las relaciones de la policía con la comunidad y evitar estas tragedias. Por eso Gloria Esteva, una antigua residente del barrio reprocha severamente al jefe de policía durante la audiencia:
“A ustedes cada año la comunidad les está aumentando su salario para que tengan más tecnología, pero yo me pregunto, ¿cuándo van a intentar tener más inteligencia? ¡No insulten nuestro inteligencia!”
Indignada y dirigiéndose a la audiencia Esteva preguntó:
“¡Comunidad! ¿Cuántas vidas vamos a permitir que se callen? ¡Ni una más! ¡Ni una más!”
Desde hace dos años cuando el jefe Scott fue contratado, ha estado realizado cambios en el Departamento. Uno de ellos es el establecimiento de grupos consultores de policías y vecinos en las diez delegaciones de la ciudad. Pero los críticos dicen que se ha avanzado muy poco. Por lo pronto, trascendió que otras agencias están investigando el mortal incidente.