Mientras el gobierno lucha con medidas cambiantes por combatir a Delta, surge Delta Plus
De la redacción
Hoy ha aparecido la variante del coronavirus “Delta Plus”, detectada en varios países como la India, el Reino Unido y Estados Unidos. Esta nueva variante que surge de la Delta, es más transmisible que la mayoría de las cepas, y tiene la capacidad de unirse más fácilmente a las células pulmonares, lo que podría ser resistente a las terapias utilizadas para tratar la infección. dice científicos.
Esta nueva variante fue catalogada por la agencia de salud internacional y los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) como una de las mayores preocupaciones, aunque dicen se continuará evaluando su clasificación independiente. Sin embargo, Melita Vujnovic, representante de la Organización Mundial de la Salud en Rusia, dijo al Washington Post que “se necesitarán cubrimientos faciales y vacunas para combatir la última variante”.
La variante y las otras cepas que los CDC están monitoreando subrayan en gran medida la necesidad de intensificar los esfuerzos de vacunación, dijo el Presidente y Director Ejecutivo de Meharry Medical College, James Hildreth, señalando las grandes franjas de la población que aún no están vacunadas, y con particular preocupación las comunidades minoritarias con afecciones de salud subyacentes que las hacen más susceptibles a las variantes.
Por lo pronto la Delta representa más del 80% de las nuevas infecciones en todo Estados Unidos, y puede causar una enfermedad más grave e incluso ser peor para los adultos jóvenes, aunque aún no hay pruebas conclusivas de esto.
Algunos expertos creen sin embargo que el cambio en la demografía o en la edad de los pacientes es estrictamente el resultado de las tasas de vacunación, que son más bajas en los jóvenes. De hecho, hay médicos que han acuñado la frase: “más jóvenes, más enfermos, más rápido” (younger, sicker, quicker).
Los residentes de Luisiana por ejemplo, se hallan alarmados y recurren a las vacunas en los “días más oscuros” de la pandemia. Porque ese estado está liderando a la nación en una explosión de nuevos casos. Sus hospitales están desbordados y admiten más jóvenes que antes. Sin embargo, la crisis también está impulsando a algunos a vacunarse.
De esta suerte, la demanda de las vacunas en Luisiana casi se ha cuadriplicado en las últimas semanas, como un indicio prometedor de que la realidad mortal del virus podría estar rompiendo un atorón de malentendidos y desinformación.
Frente a una profunda desconfianza avivada por teorías de conspiración desenfrenadas, los funcionarios de salud locales luchan sin embargo por tener influencia cuando la única estrategia segura para combatir el virus es vacunar a más personas.
Según los CDC, hasta el domingo más del 80% de los estadunidenses de 65 a 74 años estaban completamente vacunados, pero menos de la mitad de los jóvenes de 18 a 39 años.
Vale recordar que las vacunas son muy eficaces contra enfermedades graves y la muerte tras la infección con cualquier variante del virus, incluida la Delta. Y no obstante, una gran mayoría de los pacientes hospitalizados en todo el país, aproximadamente el 97% no está vacunada.
Impulsados por la variante Delta más de 70 mil nuevos casos se presentan diario en el país, sobrepasando el pico del verano pasado cuando no había vacunas disponibles, dice la fuente.
Por su parte los CDC están siendo blanco de fuertes críticas de expertos de la comunidad médica y científica, “por sus intermitentes recomendaciones sobre el uso de cubre bocas”, que reflejan los vaivenes políticos que imperan en el país en este rubro tan delicado.
Pero en caso de que la respuesta de la administración Biden a la pandemia haya sido insuficiente, habría que señalar a los gobiernos estatales republicanos, que se oponen a los mandatos pandémicos y también deben enfrentar una rendición de cuentas. Porque cuando se trata de la variante Delta, ésta no hace distinciones políticas.
Y es que la difusión de información errónea sobre las vacunas “generó una neblina de duda supurante que se ha aferrado al suelo en muchas comunidades, particularmente en los estados liderados por los republicanos”.
Por ejemplo, en una aparición televisada hoy el gobernador de La Florida, Ron DeSantis volvió a prometer que “La Florida no se convertirá en un ‘estado de seguridad biomédica’”, y prometió luchar contra los mandatos federales sobre las vacunas o los cubre bocas para frenar la propagación del COVID-19.
Con todo, el 13 de mayo los CDC levantaron en gran medida su guía de uso de mascarillas para adultos completamente vacunados en interiores, pero luego cambió y dijo que “las personas no vacunadas deberían seguir usando máscaras y vacunarse pronto”.
Y la semana pasada, los CDC invirtieron el rumbo de los cubre bocas recomendando que incluso las personas vacunadas nuevamente los usaran en lugares cerrados, en áreas donde el virus está en marcha, ahora la mayor parte del país■