Legendarios corridistas cuentan historias de su tierra, Nuevo México y Colorado
El 29 de enero
Sábado en la madrugada
Al ritmo de 15 balas
Su sangre fue derramada.
Por muchos años, lo que se sabe de la trágica muerte de los activistas Antonio Córdova y Rito Canales, de Albuquerque, Nuevo México, ha sido gracias a la letra de esta canción, obra del destacado corridista Roberto Martínez.
Año de 67
Cinco de junio fue el día
Hubo una revolución
Allá por Tierra Amarilla.
El corrido de Río Arriba es una célebre canción compuesta en el norte de Nuevo México, que cuenta la histórica gesta de la toma a mano armada de la corte de ese pueblo de Río Arriba, ejecutada por un puñado de insurgentes revolucionarios comandados por el legendario Reies López Tijerina, líder del movimiento que luchó infatigablemente a favor de la restitución a los pobladores hispanos, de las tierras de Las Mercedes reales. Muchos en la región se enteraron de esos históricos hechos ocurridos hace más de medio siglo, gracias a este testimonio musical que fue obra de Don Roberto Martínez, director del grupo musical contemporáneo, Los Reyes de Albuquerque, Nuevo México.
Un grupo de nuestra gente
Muy descontentos bajaron
Y en oficiales de estado
Su venganza ellos tomaron.
El maestro Roberto Martínez escribió la letra rápido, mientras oía las noticias, dice su familia. Don Roberto Martínez recuerda por qué se sintió obligado a contar la historia:
“Hice ese corrido con el propósito de presentar en una forma musical lo que considero una tragedia, una injusticia. Lo que puse en las palabras esas era un reportaje de lo que ocurrió”, dice Roberto Martínez Junior.
“Lo que paso en Tierra Amarilla fue cosa de derechos civiles”.
El hijo de don Roberto, Roberto Martínez Junior, quien también canta corridos y es historiador oficial del estado de Nuevo México, dice que la revuelta de Tijerina caló hondo en la región de Rio Arriba. Los Martínez, igual que muchas familias locales, tienen raíces de varios siglos en estas tierras.
“Reies López Tijerina quería pelear por la gente indo hispana, la gente que tenía su cultura, su idioma y sus tierras. Esas cosas se estaban perdiendo. Robadas. ¿Me entiendes? Para mi padre era como una misión. Él tenía mucho orgullo de nuestra cultura”
El historiador Roberto Martinez Jr. dice que los años 60 eran tiempos de un gran despertar político. Eso quedó reflejado en las letras de su papá.
“Reies López Tijerina, Martin Luther King Jr., civil rights for minorities and women, blacks and Latinos, Native Americans… Fue una cosa muy importante para él –su papá. Él decía: ‘soy chicano, soy mexicano’. Sí, pero más que todo él quería que se tratara bien a toda la gente. Con justicia. Hablaba muy bien. Era muy elocuente. Pero usaba la música a veces como una pistola, ¿entiendes? To get his message across”
Por esos tiempos, la guerra de Vietnam marcó profundamente a toda una generación en Nuevo México. Esa dramática experiencia, que tuvo mayor impacto en los jóvenes mexicoamericanos de la región, fue recogida por don Roberto Martínez en el corrido a Daniel Fernández, un joven soldado que murió en Vietnam al salvar la vida de sus compañeros de armas.
Ese soldado valiente
Valiente de nuestro estado
Por el amor a la patria
La vida ha sacrificado.
“Y por eso él escribió ese corrido. Para informar al mundo que aquí estamos y hemos estado aquí por siglos. No somos forasteros. Somos americanos como todos”
En El Corrido de Córdova y Canales Don Roberto cuenta la historia del brutal asesinato de dos jóvenes activistas del grupo Los Gorras Negras, o Boinas Negras, en 1972. Antonio Córdova y Rito Canales. Es un crimen que aunque nunca se ha aclarado, existe la convicción en la comunidad hispana que fueron asesinados debido a su activismo nacionalista.
“Mi papá luchaba contra la injusticia. Cuando veía algo en el periódico o en la televisión lo quería poner en canción”
El corrido cuenta una versión de los hechos que no se oyó en los medios noticiosos de la época y que fue usada como un himno contra la brutalidad policial. Los trovadores lo cantaron, pero nunca fue grabado. El profesor Enrique Lamadrid entregó a la casa disquera, Smithsonian Folkways, la única grabación del corrido por Don Roberto Martínez que se conozca.
Año de mil novecientos
Setentaidos al contado
Cuando a Córdova y a Canales
La policía mataron.
“Los corridistas no son sólo músicos cantantes. También son historiadores. Están guardando la historia, los eventos, la gente; los héroes que forman el pueblo, la identidad y el futuro de todos, no sólo de los músicos, sino de yo, usted, todos”
Otro notable corridista nuevomexicano es Roberto Mondragón. El maestro tiene una trayectoria de décadas promoviendo el modo de ser de los pueblos de Río Arriba. En los 60, como locutor de radio y activista. En los 70 fue legislador y vicegobernador. Hoy desde su casa de adobe en las afueras de Santa Fe sigue en la defensa de su tierra. En La Ciénega de Santa Fe, el compositor denuncia los daños que causó al medio ambiente y a la población local la construcción de un campo de golf.
“Entonces escribimos estos versos y comenzaron a tocarlos en la radio. Yo utilicé la tonada de Valentín de la Sierra para componer el corrido de la Ciénega de Santa Fe”, dice Mondragón.
Pero allí vienen los fuereños
Con su fortuna contada
Dejando el río destruido
Y dejando el agua bien contaminada.
“Hay piezas y canciones en nuestra música. Las piezas son para los bailes. Las canciones son, como el corrido, que es el antecedente del ballad, del American Ballad de los cowboys”, dice Lorenzo Trujillo.
El eminente profesor, maestro músico e investigador de la música tradicional del suroeste, Lorenzo Trujillo tiene su casa en Denver, Colorado. Es un verdadero paseo por la historia de la región. Un espacio dedicado a la enseñanza.
“Nosotros cantamos las canciones para enseñar. Mi tía hizo famosa una canción que se llama El Bracero. Es una canción sobre los braceros que entraron a Estados Unidos a trabajar”
Hermanitos de mi raza
Si se van a trabajar
En los Estados Unidos
Yo les quiero aconsejar
Que tengan mucho cuidado
Que no les vaya a pasar
Lo que me pasó una vez
Por la falta del inglés.
Lorenzo Trujillo.
Otra figura infaltable en el cancionero nuevomexicano es el aclamado trovador Cipriano Federico Vigil, autor del libro, “Cancionero del Folklor Nuevomexicano”. A su avanzada edad, Cipriano sigue viviendo en la tierra donde nació, al pie de las Montañas Sangre de Cristo. Cada una de las habitaciones en su ranchito, en El Rito, Nuevo México, están convertidas en galerías o talleres de fabricación de guitarras y mandolinas con las que le canta a su pueblo. En su pieza, “Se ve triste el hombre”, hay influencias del canto nuevo de América Latina.
“Habla de cómo entraron los cuartoneros. Entraron en la sierra, destrozaron todo, para que los ricachos de las ciudades tuvieran leña en su fireplace, sin pensar en el daño a la ecología, los animales, la wildlife. Y además el gobierno puso cercas en las tierras, la floresta. Mas antes la gente podía ir a recoger leña. Ahora tienen que pagar un permiso”, dice Vigil.
Se ve Triste el Hombre…
La región de Rio Grande del Norte es un semillero de corridistas. Allí se ha cultivado por muchas generaciones este tradicional género mexicano.
“Aquí existe una autentica comunidad de corridos. Toda una cultura de corridos. Cuando algo notable pasa, salen historias”
Es el profesor de la Universidad de Albuquerque, Enrique Lamadrid.
“Van y vienen las modas, pero siempre hay gente pensando en términos de corridos. Si muere el hijo de alguien en su motocicleta, la gente no descansa hasta que tenga su corrido. Algunos se cantan una vez en el funeral. Otros comienzan a circular”
Este corrido termina
Cuando se haga la justicia
Para que no se repita
Lo de allá en Tierra Amarilla.
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