Lazos biculturales, binacionales y bilingües que unen a mexican dreamers y expatriados en Guadalajara
Nancy Moya Guadalajara, México Colaborativa de Periodismo del Valle Central de California
Uno de los cambios más notorios que ha surgido de la crisis por la pandemia es la unión de una micro cultura destacada por ser parte de una “burbuja” que no necesariamente pertenece a la élite social del país, sino que cuenta además con cualidades interculturales
entre México y Estados Unidos, así como con otros países.
La mayoría de ellos pertenecen a las generaciones de los millennials y centennials, hablan inglés como lengua materna y habitan en las ciudades más pobladas de México, como en la capital de Jalisco, Guadalajara, la segunda área metropolitana más grande en México.
Están conformados por diversas agrupaciones y el primer grupo pertenece a los retornados y repatriados, mejor conocidos como los mexican dreamers. El segundo y tercer grupo son los expatriados o nómadas digitales, y también los mexicanos bilingües que disfrutan convivir con las comunidades extranjeras que viven en su país.
“Los dreamers de México no tienen un nombre oficial, pero se les clasifica como los retornados por haber regresado a México de manera voluntaria, tal y como lo dice su nombre; y los repatriados son los que han sido deportados a México por diferentes causas”, señaló Maggie Loredo, directora de Otros Dreams en Acción (ODM), organismo dedicado a apoyar a los deportados nacidos en México y crecidos en Estados Unidos.
El número de eventos de devoluciones de mexicanos, desde Estados Unidos, aumentó 60.5 por ciento en el 2022, según revelan cifras de la Unidad de Estadística Migratoria de la Secretaría de Gobernación (Segob).
De acuerdo con datos obtenidos por la ODM, Jalisco ocupa actualmente la quinta posición a nivel nacional con respecto a deportaciones de los mexican dreamers y sólo está por debajo de la Ciudad de México, el Estado de México, Michoacán y Tijuana.
El Instituto Mexicano del Exterior (IME) señala que del 50 por ciento de este grupo que radican actualmente en la ‘Perla Tapatía’ nació en el estado de Jalisco, cruzó de manera indocumentada en compañía de sus padres siendo menores de edad y creció en el estado de California.
El IME tiene registradas 89 organizaciones de migrantes jaliscienses representadas en Estados Unidos; de éstas, 75% se encuentra en California, 9% en Texas y 6% en Illinois.
El Censo de Población y Vivienda (INEGI) registró que para el quinquenio 2015-2020 regresaron más de 26 mil residentes al estado de Jalisco, incluyendo a repatriados y retornados.
Del mismo modo, entre 2020-2021 el número de eventos de repatriación a México, de personas originarias de Jalisco también se ha incrementado: de casi 7 mil a más de 10 mil 500 eventos.
Y es que el lazo que une a Jalisco con Estados Unidos es muy estrecho, ya que estos tres grupos mencionados se vinculan por tener un sentimiento similar de identidad, cuentan con valores compartidos y renuevan el orgullo por su patrimonio cultural mediante la tecnología y las redes internacionales.
Jalisco registra una alta incidencia de personas extranjeras con fines de residencia temporal o permanente.
Según el INEGI, cerca de 92 mil habitantes extranjeros radican en el estado y con ello se ubica entre los primeros lugares a nivel nacional por el volumen que concentra de población residente nacida en otro país.
Cerca del 75 por ciento de la población extranjera residente en la entidad nació en Estados Unidos. Incluso se ha documentado que Jalisco alberga la mayor comunidad de población estadunidense viviendo fuera de su país.
En términos de la Tecnología de la Información, desde mediados de los años 60, la Perla Tapatía se ha convertido en uno de los hubs de tecnología más importantes de Latinoamérica, lo que lo ha consagrado como el Silicon Valley mexicano.
Hoy Guadalajara es el principal fabricante de software y de componentes del país, y con ello ha creado un vínculo más estrecho con el estado de California, que va más allá de los temas migratorios.
Por otro lado, de acuerdo con la Guía Travel Hacker de KAYAK, el metabuscador de viajes a nivel mundial, Guadalajara ocupa el número uno como destino turístico favorito para visitar en México.
De igual manera, de acuerdo con el sitio nomadlist.com la Perla Tapatía es uno de los 10 destinos mexicanos preferidos por los nómadas digitales, y ocupa el lugar número 79 a nivel mundial.
La deportación, así como el retorno voluntario de los soñadores mexicanos adquirió un impulso inusitado durante el primer periodo de gobierno de Barack Obama quien se ganó el mote de “deportador en jefe” tras haberse realizado la mayoría de los retornos entre 2009 y 2012.
Pero en junio de 2012, al acercarse la campaña para su reelección, Obama anunció la creación del Programa de Acción Diferida para los Llegados en la Infancia (DACA, por sus siglas en inglés) para amparar temporalmente de la deportación a jóvenes indocumentados que llegaron de niños a Estados Unidos y que tenían aspiraciones educativas, es decir, los llamados dreamers o ‘soñadores’.
Esta situación ha cambiado en la actualidad durante la administración del presidente Joe Biden, quien pide que se apruebe una ley para dar acceso a la ciudadanía a estos soñadores que radican en Estados Unidos, a través del programa DACA.
“Los problemas actuales de los mexican dreamers en territorio mexicano son completamente ajenos a lo que enfrentan los ‘soñadores’ en Estados Unidos, a pesar de que ambos grupos al final no se sienten ni de aquí ni de allá; y es cuando se sufre el doble desarraigo”, aseguró Jorge Durand, experto en temas de migración en México y columnista de la sección de Opinión en La Jornada.
Agregó: “El estado no le da al mexican dreamer el elemento fundamental, que es la legalidad, y en México son legales pero no tiene los recursos culturales”.
Asimismo, señaló que esta “burbuja” de habitantes es considerada una de las más privilegiadas de este país por ser en la actualidad elemento clave del progreso para las empresas en entornos internacionales, debido a sus habilidades con los idiomas.
La mayoría de los retornados continúan trabajando en call centers ubicados en diversas ciudades de la República Mexicana, y cuentan con un sueldo mayor al de un profesionista en México.
Agregó: “Se ha sabido por años que los centros de atención a clientes de empresas extranjeras han sido un refugio para los dreamers repatriados en las últimas décadas… y es ahí donde hacen sus grupitos para interactuar, pues en esos nichos laborales comparten lazos de identidad”.
Por su parte, Iliana Martínez, académica del Programa de Asuntos Migratorios (PRAMI) de la Universidad ITESO de Guadalajara, recalcó que las nuevas generaciones cuentan con un español más avanzado y al volver a México, se encuentran con que el país que los vio nacer ya no los discrimina como antes se veía con las generaciones de hace 30 años.
“Muchos de ellos hasta son trilingües pues en muchas ocasiones nos topamos con los que hablan el idioma de sus padres indígenas”, agregó Martínez.
También recalcó que a pesar de que ya no se les cierra las puertas para seguir estudiando o encontrar un empleo fuera del campo de los call centers, continúan enfrentando problemas de integración por no tener ‘sus papeles’ en regla.
Un claro ejemplo de esto es el programa “Estudiantes Repatriados” de la Universidad de Guadalajara (UdeG) la cual abrió sus puertas en 2017 a los “Mexican dreamers” para continuar sus estudios universitarios.
De acuerdo con datos proporcionados por la UdeG, la mayoría de los que desean incorporarse a este plan de estudios no ingresa de manera automática y les toma hasta un año para ser admitidos por falta de documentos oficiales.
La ODM asegura que en algunas ocasiones muchos de los que son retornados o deportados no fueron registrados en México ya que salieron del país recién nacidos o muy pequeños.
“Hemos trabajado con otros casos de personas que tienen documentos emitidos en Estados Unidos y no pueden recibir dinero de sus familiares de manera inmediata ya que su credencial de elector no cuenta con domicilio mexicano y por consiguiente no es aceptado en los bancos mexicanos…y no se diga en el periodo de las elecciones presidenciales cuando no pueden sacar su INE ya que las oficinas se cierran y esto puede tardar hasta seis meses”, dijo la directora de la ODM Maggie Loredo.
La llegada masiva de trabajadores remotos comenzó a principios de la pandemia de COVID-19 en la Ciudad de México.
La Perla Tapatía llegó a ser un atractivo dos años después cuando La Colonia Americana fue catalogada como la número uno de un listado de Los 51 Vecindarios más Cool del Mundo en 2022, según el sitio de Internet especializado en viajes, Time Out.
La capital también es uno de los mejores lugares para poder ser nómadas digitales, sobre todo porque sus opciones de ocio y entretenimiento cultural es enorme, y vivir en ella es ideal para aquellos que disfrutan conocer.
Cabe destacar, que el Ayuntamiento de Guadalajara ha adaptado diferentes puntos de conexión a Internet, no sólo en los cafés o museos sino también en los espacios públicos.
“La tecnología y grupos sociales sin duda ha ayudado para que los soñadores mexicanos se encuentren con los nómadas digitales y es cuando se dan cuenta que tienen el perfil de los que eran sus compas allá… pues pareciera que ambos nacieron juntos, fueron a las mismas escuelas, ¿y qué es lo que pasa? Se reencuentran y comparten códigos, cultura e identidad”, señaló Martínez.
Del mismo modo, Durand señaló que entre los talentos de los mexican dreamers se encuentran “su bilingüismo y su multiculturalismo al moverse en muchos niveles, siendo éstas las cualidades que se buscan en los puestos de la CIA”.
Existen actualmente diversas comunidades de networking en Guadalajara, en donde nómadas digitales, mexican dreamers y mexicanos bilingües se reúnen ya sea semanalmente o una vez al mes, dependiendo del grupo al que pertenecen.
Uno de los más conocidos es InterNations, la red social para extranjeros residentes en diferentes lugares alrededor del mundo. Existen diversos capítulos en la República Mexicana y Guadalajara cuenta con un grupo de WhatsApp con más de cien miembros.
Existen otros grupos de Facebook y WhatsApp con los nombres Exparts in Guadalajara, This Week in Guadalajara, International Party, Digital Nomad GDL, GDL Adventure Club, GDL Events así como Meet UP Mujeres GDL.
Cada uno cuentan con más de 250 participantes en promedio y de esta forma se dan a conocer diversas actividades de deportes incluyendo clases de yoga, citas a ciegas, tours de cervezas en el centro de la ciudad y las famosas clases de salsa para extranjeros que se realizan cada jueves en un bar de la Colonia Americana.
La mexican dreamer originaria del estado de Nayarit, Verónica Vélez, de 29 años y quien lleva varios años trabajando como diseñadora en Guadalajara, señaló que los nómadas digitales se mudan a México para vivir el sueño mexicano que no logran tener en Estados Unidos.
“Yo crecí en California y conviví con este tipo de gente que he conocido en estos gatherings en mi niñez y adolescencia, y simplemente no actúan de la misma manera… aquí son más divertidos, su personalidad cambia porque allá sólo vives para trabajar, comer y dormir”, dijo Vélez.
Y agregó: “Allá no les alcanza el dinero para tener el estilo de vida que tienen aquí… son personas privilegiadas que toman ventaja no sólo de la economía del país sino también de la vida social que México ofrece, y que no se vive en ningún otro país anglosajón”.
Por su parte Lex Verstralen, originario de Escocia y quien lleva siete meses en Guadalajara, asiste a este tipo de reuniones para socializar y conocer gente que hable inglés.
Aunque el escocés no es considerado un típico nómada digital, ya que fue contratado por una empresa suiza para instalarse en México con el propósito de atraer clientes potenciales en la industria de la agricultura, trabaja desde casa y ha viajado a diversos estados del norte del país, así como a Latinoamérica para ejercer sus tareas laborales.
“Me gusta Guadalajara ya que no es una ciudad tan grande como la capital del país, pero tampoco tan chica y se puede hacer todo tipo de actividades… y aparte me encantan Las Chivas”, dijo Verstralen.
Asimismo, explicó desde que comenzó a asistir a este tipo de reuniones que no ha conocido o se ha percatado de la presencia de los mexican dreamers.
“A lo mejor si he interactuado con ellos, pero ni cuenta te das porque ellos generalmente hablan un inglés muy perfecto”, señaló Verstrallen.
Añadió: “Pero cuando recién llegué a Guadalajara tuve una anécdota en la aplicación de Tinder ya que conocí una chica que vive en esta ciudad y me comentó que la deportaron de California después parar en un hospital…recuerdo que dijo que cuando se dieron cuenta de que era indocumentada hablaron a la policía y de inmediato fue deportada…y eso para mi fue un shock”.
Jason Lee, de 38 años y contador público en el estado de Maryland, cuenta con un trabajo híbrido desde 2018 que le ha permitido viajar a otras ciudades durante ciertos periodos del año.
“Cada vez que tengo la oportunidad de trabajar de manera remota elijo Guadalajara como mi segunda casa; intenté Ciudad de México pero no me gustó, llevo varios años yendo y viniendo y esta ciudad cuenta con una de las comunidades más grandes de grupos de baile para extranjeros y eso me encanta”, aseguró Lee.
Contrario a Verstrallen, Lee ha conocido dreamers en diferentes eventos en sus cinco años viviendo en Guadalajara, sin darse cuenta de que eran retornados o repatriados.
“Uno de mis grandes amigos es Antonio Rodríguez, el copresidente de InterNations, quien es considerado retornado… yo no sabía su historia hasta tiempo después, y su situación siempre se me hacía algo misteriosa; pues es mexicano y habla el inglés perfecto, y no sólo eso… tiene un sentido del humor como el de los gringos”, expresó Lee.
Antonio Rodríguez, 37 años,
es retornado voluntario de antes de la implementación de DACA.
Antonio Rodríguez cruzó a Estados Unidos a principios de los anos 90 junto con sus padres desde la frontera de Tijuana-San Diego sin mostrar acta de nacimiento o pasaporte.
Con sólo decir “American” se podía pasar al otro lado antes de los atentados del 9/11 sin ser interrogado por los agentes la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP).
Rodríguez creció entre San Fernando y Littlerock, ubicados al norte de la ciudad de Los Ángeles, y su primer incidente relacionado como indocumentado sucedió cuando formaba parte del equipo de futbol de la escuela secundaria.
Fue invitado para participar en la selección Sub-17 en Europa y simplemente dejó de formar parte del grupo para no ilusionarse con viajes que no podía realizar debido a su situación migratoria.
Rodríguez optó por regresar a México cuando no fue admitido en la universidad y se mudó con la familia de su padre a Guadalajara. Ahí cursó la universidad y obtuvo la licenciatura de Arquitecto en la UdeG. También tiene dos hermanos que nacieron en Estados Unidos y que asistieron a universidades de Liga Ivy.
Actualmente es dueño de una barbería y da clases de inglés de manera remota a través de la aplicación estadunidense de aprendizaje de idiomas estilo e-learning conocida como Preply. Por esta razón, a parte de ser un mexican dreamer también se considera un nómada digital.
Asimismo, es el copresidente de la organización InterNations en donde ha interactuado con otros nómadas digitales como él y que radican en la Perla Tapatía. Su propósito es ampliar sus redes de contactos para futuros negocios en el área de la tecnología.
Christian Guzmán, 29 años, repatriado o deportado por no tener licencia de conducir y consumo de mariguana.
A diferencia de Rodríguez, quien cruzó a la unión americana con sus papás, Christian Guzmán ingresó al país en una camioneta con una mujer desconocida por la frontera de Nuevo Laredo-Laredo, y tenía menos de un año de edad. Sus padres lo estaban esperando para luego viajar hasta Detroit, Michigan, donde vivió de 1994 a 2007.
Su padre fue deportado a México y con ello Rodríguez y toda su familia se mudó al pueblo Jesús María, ubicado a menos de 200 kilómetros al este de Guadalajara, y fue ahí donde cursó parte de la secundaria.
Años después decidió regresar a los Estados Unidos ya que no se sentía identificado con la cultura mexicana y en 2017 intentó hacerlo en la misma frontera donde cruzó la primera vez, pero un coyote lo abandonó después de haberle pagado alrededor de 5 mil dólares.
Sin embargo, un año después logró cumplir su meta y en esta ocasión se mudó a Nashville, Tennessee, donde conoció a la madre de sus dos gemelos.
Durante seis años fue detenido en varias ocasiones por la policía local por infracciones de tránsito mientras conducía sin licencia de manejar. En una ocasión fue detenido por posesión de mariguana, y fue entonces cuando un juez ordenó su deportación a México.
Desde 2018 se regresó a Guadalajara donde trabaja en un centro de atención de llamadas telefónicas. Ahí comenzó ofreciendo servicio al cliente y actualmente es entrenador de call centers gestionando a los nuevos representantes.
Roberto Hernández, 54 años y solicitante de amnistía migratoria fue deportado por venta de drogas después de ser residente de Estados Unidos.
Se dicen muchas historias sobre cómo cruzó Roberto Hernández a Estados Unidos, pero él sólo recuerda que nació en Culiacán, Sinaloa, cruzó a los cuatro meses de edad y creció en el sur de Los Ángeles.
Años después Hernández, su hermana y su madre logran obtener la residencia a través del programa de amnistía migratoria, siendo un perdón que se le otorga a ciertos individuos que viven de manera indocumentada en la unión americana.
A los 14 años su mamá lo envió con su hermana a vivir al estado de Guanajuato por su mal comportamiento en casa, pero un año después decidió volver ya que extrañaba la cultura americana y lo logró hacer cruzando por la frontera de Tijuana-San Diego, mostrando su identificación del estado de California.
Fue entonces cuando optó por dejar la preparatoria y unirse a una pandilla donde se dedicaba a la venta de drogas. A finales de los noventa fue arrestado por robo y duró ocho años en prisión, y en 2004 un juez dictaminó su deportación a México.
Rodríguez señaló que antes de mudarse a Guadalajara vivió en diversas ciudades de la República Mexicana incluyendo la Ciudad de México y el estado de Tamaulipas. Asimismo, explicó que eligió la Perla Tapatía ya que es el lugar que más se parece a la ciudad de Los Ángeles. Ahí trabajó en call centers y en el área de construcción antes de fundar GDL Sur en 2010.
Después de sentirse rechazado y discriminado en Guadalajara por su historia, Rodríguez entró en drogas y depresión y fue a dar a una clínica de rehabilitación, pero se dio cuenta que no entendían su cultura chicana.
Es por eso por lo que fundó esta organización que se encarga de apoyar no sólo a los mexican dreamers sino a cualquier persona que enfrente problemas de alcohol y adicciones, así como depresión.
Actualmente es consejero en adicciones y cuenta con un certificado del Consejo Estatal de Adicciones de Jalisco. Ha apoyado a más de 2 mil personas afectadas por las drogas y el alcohol, 500 de las cuáles han sido mexican dreamers”.