La oposición a la censura en escuelas y bibliotecas parece estar reaccionando
Marco Vinicio González
En la guerra expresada en leyes que impulsan estados liderados por republicanos, el gobernador de La Florida, Ron DeSantis arrecia la prohibición de libros en ese estado, vilipendiando -entre otros- a bibliotecarios y profesores escolares.
En un encontronazo que tuvo lugar hace dos años, defensores de la libertad de leer y conocer la historia de discriminación y racismo, la condición humana, o que alientan a utilizar el pensamiento crítico en el proceso del aprendizaje, discutieron con quienes defienden el oscurantismo prohibiendo lecturas y enseñanzas a través de libros en bibliotecas y escuelas sobre estos y otros temas.
Entre estos últimos se hallaba un grupo de padres conservadores y un miembro de los Proud Boys, que pidieron que “Gender Queer”, una memoria gráfica de Maia Kobabe sobre la identidad sexual, fuera retirada de los estantes de las bibliotecas, reporta Los Angeles Times.
Y es que los grupos conservadores de padres, políticos poderosos y el gobernador de La Florida, Ron DeSantis entre ellos, están presionando cada vez con mayor fuerza a las Juntas Escolares para que eliminen cientos de libros sobre género, identidad, raza, educación sexual y temas LGBTQ+.
Según la Asociación Estadunidense de Bibliotecas, en 2022 se alcanzó el récord de mil 269 demandas para prohibir libros y otros materiales en escuelas y bibliotecas de todo el país; cuando en 2020 este número ascendía apenas a 156 demandas, dice. Esto quiere decir que los opositores a la prohibición de libros están ganando terreno.
Sin embargo, se está dando la respuesta al oscurantismo y al oportunismo político -DeSantis por ejemplo arreció su guerra pro-censura a partir de insinuar sus intensiones de buscar la Casa Blanca en 2024.
Por ejemplo, la fuente señala que un bibliotecario fue amenazado y hostigado por condenar las prohibiciones de libros, y que tras el hecho inició “Louisiana Citizens Against Censorship” (Ciudadanos de Luisiana en Contra de la Censura).
Por otro lado, el profesor de inglés en una escuela secundaria en Austin, Texas, Frank Strong publicó la “Guía para los texanos amantes de los libros”, un informe sobre las contiendas para las Juntas Escolares estatales,que califica a los candidatos con una tabla de colores.
“Estos grupos conservadores se presentan con la puntualidad de un reloj en las reuniones de la junta escolar”, dijo Strong. “Para mí, está claro que si quieres combatirlos, tienes que organizarte, salir temprano y ser disciplinado”.
Y se refirió a la resistencia a la prohibición de libros, que “fue significativa en noviembre”, cuando sólo ocho candidatos fueron elegidos de los 38 pro censura que se postularon a la Junta Escolar. “La gente contra la censura está construyendo una red en Texas”, dijo. “Son más inteligentes y más conscientes ahora, que lo que está haciendo el otro lado”.
Otro caso es el de Sonia Ledger, maestra de una preparatoria del condado de Orange en La Florida, que trabaja con las familias para evitar que los estudiantes abandonen la escuela. Ella lamentó en una protesta callejera que “La educación pública ha estado bajo ataque durante tanto tiempo, y ahora han encontrado algo que pueden usar -la censura- para deshacerse de las escuelas públicas”.
Agregó: “Mi mayor preocupación es que los estudiantes no tendrán acceso a libros que representen a todos. Vamos a enviar a estos niños al mundo y competirán contra estudiantes en otros estados que no han prohibido los libros. Van a sonar ignorantes”.
Con todo, la Junta de Educación de La Florida amplió recientemente la ley estatal “No digas gay”, al prohibir la enseñanza de la identidad de género y la orientación sexual en cualquier grado•