La mentira del fraude electoral, premeditada estrategia en las redes dirigida a latinos
De la redacción
Esta mañana, con el 95 por ciento de los votos contados en Pensilvania, un estado con 20 votos electorales, Biden toma la delantera. Por el momento, el vicepresidente demócrata cuenta con 253 votos electorales en las alforjas, y si Pensilvania le da el triunfo se pondría fin a esta etapa del proceso. Bueno, pero se vive ya un conflicto postelectoral, con una sociedad fuertemente dividida y con las huestes trumpistas preparadas desde por lo menos cuando Trump le pidió a los ‘Proud Boys’ que estuvieran listos, se puede preveer un estallido de violencia generalizada. Ese es un temor que se extiende con el paso de las horas.
Según proyecciones de sondeos de opinión, Trump ya no tiene de donde sacar más votos de ese 5% restante en Pensilvania. Algo similar ocurre en Georgia, pero se desconoce cuándo el colegio o la junta electoral anunciarán oficialmente al nuevo presidente de Estados Unidos. Mientras, crece la frustración, la incertidumbre e impotencia, así como el temor, más ahora que el presidente anunció que no concederá su inminente derrota.
Por fortuna, dicen Patricia Mazzei y Nicole Perlroth en una pieza de The New York Times, la jornada electoral transcurrió en general en calma, disipando los temores que alimentaban la posibilidad de una jornada caótica.
Aparte de la orquestada campaña de desinformación que desde el mismo día de la elección por la noche comenzó a dispararse en las redes sociales para el público estadunidense en general, hubo una estrategia quirúrgica de desinformación en español dirigida a los latinos, que ya hemos reportado con anticipación en Radio Bilingue. Incluso llegó al extremo de atizar los esfuerzos para “contraponer al movimiento Black Lives Matter con los latinos y vincular a Joe Biden con ideologías socialistas”, dice el Times.
Por ejemplo el director de campañas en Avaaz, organismo sin fines de lucro dedicado a rastrear información falsa, Fadi Quran habló con la fuente de una “emergencia democrática… donde las comunidades más vulnerables del país –léase latinos- pagan el precio más alto”, a través de dicha campaña desinformativa en español.
Vale señalar que desde hace algunas semanas funcionarios electorales y expertos en seguridad electoral “se preparaban para unas elecciones que la mayoría esperaba estarían marcadas por ciberataques e información falsa. Se concentraron en adversarios conocidos en Rusia, a quienes algunas semanas antes se había descubierto que contrataron a personas en México y Venezuela para hacer circular contenido en Instagram y Facebook”.
Pero como suele suceder, a pesar de las repetidas promesas hechas ante el Congreso para corregir y suprimir información falsa en las redes, y de algunos avances hechos en la materia, tanto Facebook como Twitter “no detectaron la avalancha de información falsa dirigida a los estadunidenses hispanohablantes”.
Algunas cuentas en español con muchos seguidores, dicen Mazzei y Perlroth, circularon “el falso anuncio de que Trump había logrado una victoria temprana, que las redes sociales “habían censurado su triunfo y que Biden había hecho trampa”.
Y como era de esperar, la tesis trumpista de ‘una Conspiración’, con declaraciones tan ridículas como que “manifestantes armados financiados por el multimillonario George Soros estaba tomando control del Capitolio estadunidense”, ha logrado un gran alcance en la opinión pública más conservadora.
El hecho es que en sólo 24 horas, “las noticias falseadas en español habían generado un tráfico capaz de eclipsar incluso a la campaña de interferencia encabezada por la Agencia de Investigación de Internet de Rusia y respaldada por el Kremlin hace cuatro años”.
Y señalan que en Facebook, por ejemplo, “un video publicado en una cuenta colombiana abierta hace siete meses con el nombre de Mr. Capacho en Vivo, con 40 mil seguidores, acusaba a Twitter de censurar la victoria de Trump y ya tenía más de 500 mil reproducciones; mucho más tráfico del que generaron los troles rusos con anuncios falsos del movimiento Black Lives Matter antes de las elecciones de 2016”.
Por otro lado, la estratega demócrata del sur de La Florida, especializada en temas que afectan a los latinos, Evelyn Pérez-Verdía le dijo a la fuente que había pasado “cuatro horas el 3 de noviembre intentando desmentir afirmaciones falsas transmitidas en la radio en español”, entre las que figuran que Biden era un socialista “radical de izquierda”. Pero como todo mundo sabe, el vicepresidente es moderado. “También dijeron que era castro-chavista”. Y como es bien sabido, repetir y repetir sin descanso una mentira, para muchos más de lo imaginable, ésta termina transformándose en verdad.
Tanto va el cántaro al agua… hasta que se rompe, decía la abuela■