La inversión extranjera no es la bala de plata para frenar la migración, está también el cambio climático

Campesinos mexicanos y centroamericanos en los campos agrícolas de Yakima, Washington, con la esperanza de que esta vez se consume la reforma migratoria. Foto: https://yakimadiocese.org/.

Marco Vinicio González

Los republicanos dieron a conocer la Ley de Refuerzo Fronterizo de 2023 en el Comité de Seguridad Nacional de la Cámara de Representantes. Los ejes centrales de la propuesta giran alrededor de más construcción del muro, infraestructura y tecnología fronteriza.

Además, restringiría fondos del gobierno a organizaciones sin fines de lucro y aumentaría el número de agentes de la Patrulla Fronteriza a 22 mil. También insta a la administración Biden a prepararse para procesar el aumento en los cruces fronterizos, luego del inminente fin del Título 42, dice Línea Abierta.

En tanto, “un senador demócrata lanzó un nuevo plan que describe políticas clave para gestionar la migración, e incluye más recursos para procesar el asilo y una mejor asistencia humanitaria”, señala Chiles López, conductora de este programa noticiosos y de análisis de la noticia.

El Cofundador y Director Ejecutivo de Alianza Américas, Oscar Chacón invitado de Línea Abierta, dijo a López  que “Los incrementos en los flujos migratorios tienen que ver con lo que sucedió en el contexto posterior a la pandemia del Covid-19… La realidad económica, política, social y cultural de la mayor parte de los países de América Latina y El Caribe se agravaron”.

Y la comunidad internacional, afirma, “ni el liderazgo en esos países han tomado las medidas necesarias para asegurar que los grados de desesperación que han alcanzado muchas personas, lo cual explica por qué hemos visto un incremento en el número de gente intentando ingresar a Estados Unidos”.

Y es que “el actual ocupante de la Casa Blanca, que criticó duramente el uso del Título 42, ha mantenido vigente este mecanismo por los últimos dos años y medio, ahora que se aproxima su finalización”, sostuvo Chacón.

Agrega que habría que reconocer que “el fin de esta cláusula en particular no necesariamente quiere decir que Estados Unidos va a poner en vigencia una política más realista, más generosa para encarar la realidad de estos flujos migratorios que a lo largo de los últimos 40 años han demostrado ser extremadamente beneficiosos para Estados Unidos, como también para sus países de origen”.

Sin embargo, con el fin del Título 42 han entrado en vigor otros mecanismos, dice, “que hacen muy difícil a las personas tratando de llegar a Estados Unidos tener una condición más propicia para encontrar el tipo de mejorías que han esperado conseguir bajo la idea de que migrar a Estados Unidos va a mejorar su vida”.

Ante esto, señala López, un grupo de congresistas demócratas envió una carta al liderazgo del Congreso para pedir que con el fin del Título 42 no vayan a deportar a tantas personas; que les permitan tener su debido proceso a aquellos que son elegibles para solicitar asilo.

–¿Qué medidas inmediatas deben tomarse? – pregunta López.

“… En un momento muy importante en la vida de este país, donde se necesita más mano de obra joven, se necesita también dar el ejemplo de que Estados Unidos es realmente un país que respeta no sólo el debido proceso, sino también las leyes internacionales de protección humanitaria”.

Y afirma que en su opinión “el problema fundamental no sólo de Alejandro Mayorkas sino de la administración Biden en general, es que han sido incapaces de articular una narrativa que les permita explicarle de forma convincente al público estadunidense, por qué es en el mejor interés del país que tratemos de forma diferente a estos migrantes; en vez de seguir empecinados en una política que lo que busca es contener los flujos y, en el mejor de los casos, permitir que las personas ingresen, pero sacarlas inmediatamente a su país de origen, que es como regresarlos a la problemática de la que ya han salido huyendo”.

Chelis López señala que tal vez la administración Biden no cuente con suficiente personal capacitado e infraestructura en la frontera para evitar el caos y para que se procesen las solicitudes de asilo adecuadamente.

“También es importante recordar que si entendiéramos cuán beneficiosa es la migración, sería muy diferente la respuesta que hasta ahora se le ha venido dando a los flujos migratorios que buscan venir a aportar a este país”, afirma Chacón.

Hay un problema que no se puede seguir ignorando, dice: “De qué manera podemos reducir las presiones para que tanta gente no se vea forzada a salir de su país… no estamos hablando únicamente de la violencia, sino también del bienestar económico y social, de la seguridad pública en general… para darle la bienvenida a esta gente que no sólo ha hecho tantos aportes, no sólo en lo económico, sino también en lo político y en lo social”.

Chacón sostiene que la propuesta de inversión extranjera directa, promovida por la vicepresidenta Kamala Harris en Centroamérica, aunque positiva, “no es sin embargo la ‘bala de pata’, para solventar los problemas de los países que están totalmente rebasados y en una condición de incapacidad para ofrecerle a sus connacionales condiciones para que se quieran quedar”.

Y concluye que “antes tendríamos que hablar de una amplia gama de políticas nacionales en cada uno de esos países de la región… Ahora tenemos que añadir el factor del cambio climático”, como causa de la migración•