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Industria del huevo lucha cuesta arriba contra gripe aviar

Por Kate Wells, Michigan Public
Publicado 05 marzo, 2025

Herbruck’s Poultry Ranch en Saranac, Michigan, es uno de los mayores productores de huevo de Estados Unidos. Desde el último brote de gripe aviar en 2014-15, granjas como Herbruck’s han invertido millones de dólares en bioseguridad. Foto: HERBRUCK’S POULTRY RANCH.

Greg Herbruck sabía que 6.5 millones de sus gallinas tenían que morir, y rápido.

Pero el CEO de Herbruck’s Poultry Ranch, una de las granjas avícolas más grandes de Estados Unidos, en el negocio desde hace más de tres generaciones no sabía cómo iba a sobrellevarlo, tanto financiera como emocionalmente.

Un empleado rompió a llorar en la oficina de Herbruck.

“Uno no se puede imaginar el desgaste mental de nuestro equipo al tener que enfrentarse a la muerte de tal cantidad de pollos”, dijo Herbruck. “Yo no dormía. Nuestro equipo no dormía”.

El estrés de ver morir de gripe aviar a decenas de miles de aves enfermas cada día, mientras millones de otras esperaban a ser sacrificadas, los mantenía a todos despiertos.

En abril de 2024, cuando sus primeras gallinas dieron positivo para el virus H5N1 de la gripe aviar, altamente patógena, Herbruck recurrió al plan, de eficacia probada, “estrategia de erradicación” del Departamento de Agricultura de Estados Unidos (USDA), que ayudó a poner fin al brote de gripe aviar de 2014-15, el mayor del país hasta ahora.

En un plazo de 24 a 48 horas desde la primera detección del virus, funcionarios estatales y federales de salud animal trabajan con las granjas para sacrificar los gallineros infectados y reducir el riesgo de transmisión. A esto le sigue una desinfección exhaustiva y meses de vigilancia y pruebas para asegurarse que el virus no sigue acechando en algún lugar de la granja.

Desde entonces, las granjas avícolas han tenido que invertir millones de dólares en bioseguridad. Por ejemplo, los empleados se duchan al entrar y al salir, antes de empezar a trabajar y al terminar su turno, para evitar la propagación del virus. Pero sus esfuerzos no han sido suficientes para contener el brote que comenzó hace tres años.

Expertos dicen que, esta vez, el riesgo para la salud humana no hace más que aumentar. De los 67 casos humanos registrados, 66  han ocurrido desde marzo de 2024, incluida la primera muerte humana del país, notificada en enero.

“Los últimos seis meses ha aumentado mi preocupación, que ya era alta”, señaló Nahid Bhadelia, médica especialista en enfermedades infecciosas y directora fundadora del Centro de Enfermedades Infecciosas Emergentes de la Universidad de Boston.

Controlar este virus se ha vuelto más difícil, precisamente porque está tan arraigado en el entorno global, contagiando a mamíferos como vacas lecheras y afectando a unos 150 millones de aves en gallineros comerciales y domésticos en Estados Unidos.

Debido a que las gallinas ponedoras son tan susceptibles al virus H5N1, que puede acabar con bandadas enteras a los pocos días de la primera infección, los productores de huevos han estado en la primera línea de batalla contra diversas cepas de gripe aviar durante años.

Pero este momento se siente diferente. Los productores y la American Egg Board, un grupo de la industria del ramo, piden una nueva estrategia de prevención.

Muchos expertos en enfermedades infecciosas coinciden en que los riesgos para la salud humana de continuar con los protocolos actuales son insostenibles, debido a la cepa de gripe aviar que está provocando este brote.

“La que combatimos hoy es única”, aseguró David Swayne, ex director del Laboratorio de Investigación Avícola del Sureste en la secretaria de Agricultura, USDA, y uno de los principales expertos nacionales en gripe aviar.

“No se puede decir con certeza que vaya a haber una pandemia” de H5N1, agregó Swayne, “pero sí que cuantas más infecciones humanas haya, más preocupante será la propagación a múltiples especies de mamíferos”.

Para Herbruck, parece una guerra. Diez meses después que su granja avícola se viera afectada, la empresa sigue reconstruyendo sus gallineros y ha vuelto a contratar a la mayoría de los 400 trabajadores que despidió.

Aun así, él y sus pares en la industria viven con miedo, viendo cómo otras granjas se ven afectadas dos veces, incluso tres en los últimos años.

“A este virus yo llamo terrorista”, dijo. “Estamos en medio de una batalla, y por ahora la estamos perdiendo”.

Cuando la bioseguridad no funciona… o no existe

Hasta ahora, ninguna de las 23 personas que contrajeron la enfermedad a través de aves de corral comerciales ha experimentado casos graves, pero los riesgos siguen siendo muy reales.

La primera muerte humana fue la de un paciente de Louisiana que había estado en contacto tanto con aves silvestres como con aves de corral. Esta persona tenía más de 65 años y, según se informó, padecía enfermedades subyacentes.

Y el mensaje oficial tanto para los entusiastas de los gallineros domésticos como para las mega granjas ha sido en general el mismo: la bioseguridad es su mejor arma contra la propagación de enfermedades.

Pero hay opiniones encontradas entre los criadores de aves de corral domésticos sobre la seriedad con la que se debe tomar la gripe aviar, dijo Katie Ockert, educadora de la Universidad Estatal de Michigan que se especializa en comunicaciones de bioseguridad.

Los escépticos piensan que “estamos haciendo una montaña de un grano de arena”, afirmó Ockert, o que “los medios de comunicación quizá están exagerando”. Esto significa que hay dos tipos de aficionados a las aves de corral, según Ockert: los que implementan una gran bioseguridad y los que ni siquiera lo intentan.

Greg Herbruck, director ejecutivo de Herbruck’s Poultry Ranch, tuvo que sacrificar 6.5 millones de aves en abril para reducir el riesgo de transmisión del virus H5N1. Foto: HERBRUCK’S POULTRY RANCH.

Greg Herbruck is CEO of Herbruck’s Poultry Ranch, which culled 6.5 million birds in April 2024 to reduce the risk of H5N1 transmission. (Herbruck’s Poultry Ranch)

“Veo a ambos”, dijo. “No creo que haya un término medio”.

Y los desafíos de bioseguridad son completamente diferentes para los gallineros domésticos que para los enormes gallineros comerciales: ¿Cómo se supone que unos aficionados con tiempo y presupuesto limitados van a crear fortalezas impenetrables para sus gallinas, cuando cualquier charco o árbol en la propiedad podría atraer a aves silvestres portadoras del virus?

Rosemary Reams, educadora jubilada de 82 años de Ionia, Michigan, creció en una granja y lleva años ayudando al programa local de aves de corral 4-H, enseñando a los niños a criar aves de corral. Ahora, con el brote de gripe aviar, “simplemente no dejo que la gente se acerque a mi gallinero”, dijo.

Reams contó que incluso cambió aves reales por falsas para que los niños las usaran mientras eran evaluados por los jueces en las recientes competiciones de 4-H.

“El año pasado hicimos cambios en la feria sobre los que me preguntaron mucho. Y dije: ‘Así, no tengo que pensar en la seguridad de los niños’”.

Reams se sorprendió por la noticia de la muerte del dueño de un gallinero doméstico en Louisiana. Incluso se ha preguntado si debería seguir manteniendo su propia bandada de 20 a 30 pollos y un par de pavos.

“Pero los quiero. A mi edad, necesito hacerlo. Necesito estar al aire libre”, dijo Reams. “De eso se trata la vida”. Dijo que hará todo lo posible para proteger a los niños del programa 4-H, y a ella misma, de la gripe aviar.

Ni siquiera “la mejor bioseguridad del mundo” ha sido suficiente para salvar a las grandes granjas comerciales de la infección, explicó Emily Metz, presidenta y CEO de la American Egg Board.

La industria del huevo pensó que había aprendido a burlar a este virus después del brote de 2014-15. En aquel entonces, “lo estábamos propagando entre nosotros, entre granjas de huevos, con personas, con camiones”, aseguró Metz. Así que los productores de huevos se cerraron al exterior, contó, y desarrollaron medidas intensivas de bioseguridad para tratar de bloquear las rutas de transmisión de aves silvestres o de otras granjas.

Según Metz, los productores de huevos han tomado medidas exhaustivas.

“Han invertido cientos de millones de dólares en mejoras, desde estaciones de lavado de camiones (que lavan todos los camiones, desde el de FedEx hasta el que transporta alimentos) y todo lo demás: transporte de trabajadores para que haya menos tráfico peatonal, sistemas de luz láser para evitar que las aves acuáticas se posen”.

La propagación lateral, cuando el virus se transmite de una granja a otra, ha disminuido dramáticamente, pasando del 70 por ciento de los casos en el último brote a sólo el 15% en abril de 2023, según el USDA.

Y, sin embargo, para Metz “este virus sigue superando a todas las medidas que hemos tomado”.

Otra lucha: vacunar a las aves

Quizás el debate más polémico sobre la gripe aviar en la industria avícola en este momento es si se deben vacunar a las aves.

Dado el creciente número de muertes de animales y el aumento del riesgo para los seres humanos, existe una presión cada vez mayor para vacunar a ciertas aves de corral contra la gripe aviar, algo que países como ChinaEgipto y Francia ya están haciendo.

En 2023, la Organización Mundial de Sanidad Animal (WOAH) instó a las naciones a considerar la vacunación “como parte de una estrategia más amplia de prevención y control de enfermedades”.

Swayne, experto en gripe aviar y veterinario avícola, trabaja con la WOAH y afirmó que la mayoría de sus colegas en el mundo de la salud animal y pública “consideran la vacunación de las aves de corral como una herramienta positiva para controlar este virus en los animales”, pero también como una herramienta que reduce las posibilidades de infección humana y de que mutaciones adicionales del virus se adapten más a los humanos.

Pero la vacunación podría poner a los exportadores de carne de aves de corral (cuyas aves son genéticamente menos susceptibles al H5N1 que las gallinas ponedoras) en riesgo de perder miles de millones de dólares en acuerdos comerciales internacionales.

Esto se debe a la preocupación de que la vacunación, que reduce la gravedad de la enfermedad en las aves de corral, pueda “ocultar” las infecciones y llevar el virus a través de las fronteras, según John Clifford, ex director veterinario del USDA. Clifford es actualmente asesor del Consejo de Exportación de Aves de Corral y Huevos de Estados Unidos.

“Si vacunamos, no sólo perdemos 6 mil millones de dólares potencialmente en exportaciones al año”, indicó Clifford. “Si nos cierran, ese producto vuelve al mercado estadunidense. Nuestros economistas lo estudiaron y dijeron que perderíamos 18 mil millones de dólares a nivel nacional”.

Clifford añadió que eso también significaría la pérdida de “más de 200 mil puestos de trabajo agrícola”.

Incluso si esas normas comerciales cambiaran para permitir la obtención de carne y huevos de aves vacunadas, seguirían existiendo obstáculos logísticos.

“La vacunación podría estar en el horizonte en el futuro, pero no será mañana o pasado mañana, ni el año que viene, ni nada parecido”, dijo Clifford.

Hay que considerar sólo un obstáculo: ninguna vacuna actual contra la gripe aviar altamente patógena es una combinación perfecta para la cepa actual, según el USDA. Pero si el virus evoluciona para poder transmitirse eficientemente de humano a humano, Clifford aseguró que “eso cambiaría las reglas del juego para todos, lo que probablemente forzaría la vacunación”.

En enero, el USDA anunció que “mantendría una reserva que coincida con las cepas del brote actual” en aves de corral.

“Aunque el despliegue de una vacuna para aves de corral sería difícil en la práctica y podría tener implicaciones comerciales, además de la incertidumbre sobre su eficacia, el USDA ha seguido apoyando la investigación y el desarrollo de vacunas aviares”, comunicó la agencia.

En este momento, argumentó Metz, la industria no puede permitirse no intentar la vacunación, que ya ha ayudado a erradicar enfermedades en aves de corral anteriormente.

“Estamos desesperados y necesitamos todas las herramientas posibles”, dijo. “Y ahora mismo, estamos luchando contra este virus con al menos un brazo atado a la espalda, si no dos. Y la vacuna puede ser un gran martillo en nuestra caja de herramientas”.

Pero a menos que el gobierno federal actúe, esa herramienta no se utilizará.

Dejando de lado las preocupaciones de la industria, la doctora en enfermedades infecciosas, Bhadelia señaló que, en primer lugar hay una necesidad urgente por centrarse en reducir el riesgo de infección en los seres humanos. Y eso significa reducir las “posibilidades de infección en los animales que están cerca de los humanos, como las vacas y los pollos. Por eso creo que la vacunación es un gran plan”.

La lección “que aprendemos cada vez que esto ocurre es que si hubiéramos actuado antes, el problema habría sido menor”, concluyó.

Este artículo es producto de una alianza que incluye a Michigan PublicNPR y KFF Health News.

 

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