Incertidumbre en Cuba, ante el arribo de Trump al poder
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Las familias del otro lado del Caribe separadas de la Florida, viven una situación muy dura que ve aumentar la incertidimbre con la llegada de Trump a la Casa Blanca. Foto: Clara Sanchiz/Flickr.
El presidente entrante de Estados Unidos seleccionó para titular del Departamento de Estado, que entre otros asuntos políticos norma las relaciones internacionales, al senador republicano de Florida, Marco Rubio, de acendrada ascendencia cubanoestadunidense.
Hay quienes piensan que designar al senador Rubio a tal posición es tanto como ‘poner la iglesia en manos de Lutero’, o poner ‘al zorro a cuidar el gallinero’, como explican esos viejos refranes populares. Afirman que será el mismo libreto de jugadas sucias de la Guerra Fría: “castigar a Cuba, avivar el caos y los disturbios civiles, y esperar que el gobierno cubano se derrumbe”, dice el Orlando Sentinel.
Cuando finalizaba el periodo del entonces presidente Obama hace una década, en un gesto de buena diplomacia -más bien ceremonial-, Estados Unidos lanzó a Cuba un primer lazo de entendimiento, con la visita del exmandatario estadunidense incluida. Algunos vieron esto como una pequeña brecha que se habría posiblemente hacia la normalización de las relaciones entre ambos países.
En ese breve lapso el comercio floreció, hubo mayor venta de alimentos a Cuba, aumento en los flujos de turismo, un breve periodo de alivio para los cubanos, que viven una tragedia de familias divididas no sólo por el mar de El Caribe sino por las políticas de un país que se empeña en castigar a Cuba durante más de 60 años consecutivos. Sin tregua.
Pero tras ese breve lapso referid, de tenue esperanza en el mejoramiento de las relaciones entre ambos países, durante su primer periodo el presidente Trump se encargó deshacer, de revertir cualquier viso de normalización de las relaciones bilaterales, con los gobiernos de la Isla que sobrevinieron luego de Fidel Castro.
No conforme con esto, Trump retrocedió enfáticamente este progreso, y agregó a Cuba a la lista de “patrocinadores estatales del terrorismo”. Y desde luego, como es su costumbre, sin mostrar una pizca de evidencia.
Con todo, la pequeña grieta que se abrió hace una década fue sólo una golondrina pasajera, que sin embargo no hizo época. Después de todo, “sólo el Congreso puede acabar realmente con el embargo más largo del mundo”.
Esto dijo a la fuente Lissa Weinmann, quien ayudó a fundar y dirigir a los estadunidenses para el comercio humanitario con Cuba, “una coalición que ayudó a aliviar las restricciones del embargo a la venta de alimentos a la Isla”.
Dicen que es un error seguir haciendo las mismas cosas y esperar un resultado diferente. “Hoy, tras ese referido breve rayo de esperanza, los cubanos están sufriendo de nuevo. Los de línea dura han detenido el proceso de reforma económica que se gestaba ya en la era postcastrista. La clase empresarial surgida de este lapso al parecer se halla confundida ante la incertidumbre otra vez; “la pandemia vino a destruir el turismo, y las tormentas e inundaciones devastaron los cultivos”. Es decir, a Cuba ‘le llovió sobre mojado’.
Hay quienes creen sin embargo que las cosas no tienen que ser siempre tan lamentables. Que tras dos años de apertura limitada las relaciones entre ambos pueblos “tuvieron un impacto positivo y fueron apoyadas por la mayoría de los cubanoamericanos”.
El sector privado de la isla y el dinero de las familias cubanas en Estados Unidos, así como las reformas del gobierno cubano en el rubro acelerarían el movimiento de capital, mientras que “el acceso a Internet aumentó y las redes sociales explotaron con voces honestas. Los turistas estadunidenses acudieron en masa al país”.
Así como dicen que la historia se repite, para algunos la apertura pude repetirse, aunque prevalece entre los economistas de ambos lados la incertidumbre ante la llegada de Trump a la Casa Blanca. Por lo errático o impredecible de sus declaraciones, el abismo que hay entre sus palabras y los hechos.
Escucha un análisis más profundo y detallado en este programa de Línea Abierta: