Ignacio López Tarso: El bracero que se convierte en actor por un accidente ocurrido en California
Por Nancy Moya
Es posible que un trágico accidente en California que lo dejó en cama por casi un año después de haberse fracturado tres costillas lo llevara a convertirse en una de las leyendas más importantes en la Época de Oro del cine mexicano.
Y es que muy pocos saben sobre la vida del primer actor Ignacio López Tarso fuera del mundo artístico, quien falleció el pasado 11 de marzo a la edad de 98 años debido al deterioro de su salud tras una pulmonía que no logró vencer.
Más allá de haber sido uno de los intérpretes más reconocidos de teatro y cine en el Siglo XX, el primer actor también fue seminarista, sargento y pizcador de naranjas en la ciudad de Merced, situada a unas 55 millas (90 kilómetros) al noroeste de Fresno, California.
En el libro ‘Hablemos de Teatro’ escrito en 2014 por Susana López Aranda, una de las hijas que le sobreviven al actor, se relata en cinco páginas y en primera persona sobre la vida de su padre en esta ciudad que es considerada como una de las más importantes del mundo agrícola.
Fundada en 1870 e incorporada oficialmente en 1889, Merced también conocida como ‘La Puerta hacia el Parque Nacional Yosemitie’ se ubica en el Valle de San Joaquín, que se extiende desde las Montañas Tehachapi, al norte de Los Ángeles, hasta Sacramento.
‘Don Nacho’ llegó a ese poblado en los años 40s durante la Segunda Guerra Mundial en donde vivían cerca de cinco mil individuos.
Hoy en día cuenta con una población de casi 100 mil personas y la mayoría de sus habitantes son campesinos y ganaderos que trabajan en las cosechas de fresas, cebolla, uvas, almendras, entre otros y proceden de los estados de Michoacán y Jalisco, siendo dos de las cinco entidades con mayor producción agrícola en México.
Durante una entrevista en exclusiva con Juan Ignacio López Aranda, el único hijo varón de ‘Don Nacho’, quien también es actor de telenovelas y teatro relató que este pasaje de la vida de su padre comenzó cuando el actor tenía entre 20 y 21 años y vivía con sus padres en la Ciudad de México.
López Aranda leyó un fragmento del libro para describir cómo su padre quedó deslumbrado de la vestimenta al ver a un conocido que podía tratarse de un vecino quien trabajaba como jornalero en el ‘Gabacho’ y regresó a México con su familia.
El libro subraya que ‘Don Nacho’ quedó “impresionado por las botas vaqueras, chamarra de cuero, lentes negros y hebilla grandota”.
El primer actor lo vio cerca de su casa “parecido a Sergio Jiménez en la famosa película mexicana de los 70s ‘Cayó de la Gloria El Diablo’” y fue cuando le preguntó cómo le hace para lucir así.
Fue entonces cuando escuchó por primera vez sobre el Programa de Trabajo Agrícola Mexicano establecido en 1942 mediante un decreto federal, cuando los campesinos mexicanos trabajaban temporalmente en Estados Unidos durante la Segunda Guerra Mundial.
Fue entonces cuando escuchó por primera vez sobre el Programa de Trabajo Agrícola Mexicano establecido en 1942 mediante un decreto federal, cuando los campesinos mexicanos trabajaban temporalmente en Estados Unidos durante la Segunda Guerra Mundial.
Aquel amigo cuya identidad quedó en el anonimato lo invitó a trabajar con él, y ‘Don Nacho’ decidió viajar de inmediato al Valle Central de California para unirse al Programa Bracero y cumplir supuestamente el Sueño Americano.
Ignacio López Tarso pasó por Irapuato, Guanajuato para hacerse los exámenes médicos requeridos y de ahí llegó a Ciudad Juárez en dónde cruzó a Estados Unidos por primera vez en su vida y de ahí tomó un tren que lo llevó hasta la ciudad de Merced.
Pero ese sueño le duró solamente 15 días ya que ‘Don Nacho’ describió aquella experiencia como un trabajo rudo en donde las condiciones fueron terribles y se pagaba por caja de naranja; inclusive le llamó “jacalón horroroso con literas” al campamento donde dormía mientras laboraba como campesino durante el día.
Asimismo, el libro describe que a su amigo le era fácil realizar las actividades como bracero, pero para él no, ya que “no sacaba ni para pagar comida y hospedaje”.
López Aranda mencionó que esa situación lo orilló a irse a otro campamento sin saber que esta situación, que parecía insignificante, cambiaría su vida.
“Primero tuvo un golpe de suerte… se encontró un billete de 20 dólares en el tren que lo llevó a su nuevo lugar de trabajo… de inmediato se fue a gastárselo en un restaurante donde pidió una hamburguesa y café”, señaló López Aranda.
Y agregó: “Fue ahí donde tuvo ese terrible accidente al tercer día laborando… pues los árboles estaban muy altos… de ahí lo mandaron al hospital a otro pueblo en donde estuvo incapacitado por tres semanas”.
El regreso de ‘Don Nacho’ a Ciudad de México después del accidente
Tras este incidente, el primer actor regresó a Ciudad de México en donde fue operado y debido a su situación delicada, permaneció hospitalizado por un lapso de casi un año.
Durante ese periodo recibió una visita de una persona que le dio como obsequio un libro del poeta mexicano, Xavier Villaurrutia, y fue ahí donde el actor sintió una revelación: descubrir el placer de la lectura.
El hijo del actor comentó que, después de su recuperación, Don Nacho fue a buscar al poeta en 1948 en el Teatro Bellas Artes, lugar donde daba clases de teatro y actuación junto con otros maestros de renombre para que le autografiara ese libro del que se desconoce su nombre.
“Creo que al final no lo consiguió… sin embargo, Villaurrutia lo invitó a formar parte de sus obras como oyente y ahí fue donde comenzó su nueva vida profesional en donde superaría a todos los de su generación, inclusive a estrellas de Hollywood tales como Al Pachino y Robert de Niro”, recalcó López Aranda.
Y agregó: “Indiscutiblemente este accidente que tuvo lo dejó en una situación que lo llevó a otra y así sucesivamente… pero recordemos que desde joven estuvo en obras cuando era seminarista con los jesuitas, así que el destino no lo marca todo… al final es el talento”.