Harris, una campaña en ascenso a alta velocidad
Kamala Harris, candidata demócrata a la presidencia de Estados Unidos. Foto: Gage Skidmore/Flickr.
El presidente Joe Biden pasó la estafeta del relevo generacional y de género a la vicepresidenta Kamala Harris. Inmediatamente después, la respaldó para proyectarla como virtual candidata demócrata a la presidencia de Estados Unidos. Cambio de personajes, mismos valores del partido.
Súbitamente, una efusión de energía voluntaria surgió, un repunte en las encuestas la emparejó en pocas horas con Donald Trump en la preferencia de los votantes en estados decisivos, y una avalancha de dinero en efectivo, desembocó en las arcas de la campaña.
Hasta el domingo, Harris había recaudado vertiginosamente 200 millones de dólares en una semana, casi dos terceras partes (66 por ciento) de votantes primerizos, más la infraestructura económica (100 millones de dólares) y organizativa del presidente Biden.
Además, 170 mil voluntarios se han inscrito hasta el momento a la campaña de Harris para ayudar con el banco de teléfonos, los sondeos, tocar puertas y otros esfuerzos para sacar el voto el día de las elecciones, dentro de 99 días.
Analistas políticos y estrategas de campaña afirman no haber visto en medio siglo este tipo de energía en una campaña.
Y a pocos días de que la Convención Nacional Demócrata designe al candidato oficial para la Casa Blanca, Kamala Harris se halla virtualmente en todas partes, energizando al electorado y unificando a los demócratas de todos los niveles, movilizando votantes jóvenes, de color, y trabajadores, y aceptando públicamente el respaldo de Barack y Michelle Obama, además de innumerables líderes y defensores de los derechos civiles.
Los jefes de los partidos estatales y locales se reunieron en silencio y operaron sin órdenes para preparar el terreno, apostando por adelantado todos sus delegados electorales para Harris, quien ganó en pocas horas más delegados de los necesarios para convertirse en la candidata del partido, apenas 24 horas después de anunciar su campaña.
Sólo este fin de semana la campaña de Harris “movilizará a miles de seguidores de base que tendrán presencia en más de 2 mil 300 eventos en los estados ‘campo de batalla’”, dice The Washington Post.
Obviamente, habrá una febril actividad de eventos en línea donde aparecerá la propia Kamala Harris, mientras que los medios de comunicación regionales transmitirán y escribirán sobre estos eventos con el lema “We are not going back / No vamos a regresar”. Hasta en TikTok, la virtual candidata a la presidencia de Estados Unidos interactúa cotidianamente con esa población, ganándose minuto a minuto a millones de seguidores.
Harris no ha dejado de criticar el Proyecto 2025, que es una matriz de la agenda política republicana, su plan de gobierno, digamos. Durante un discurso en Indianápolis, declaró que dicho proyecto “representa un ataque directo contra nuestros hijos, nuestras familias y nuestro futuro. Estos extremistas quieren llevarnos de regreso, pero no vamos a volver”.
La precandidata demócrata se ha dedicado a contrastar los perfiles de ambos candidatos, descobijando las verdaderas intenciones del Proyecto 2025, sometiéndolas al escrutinio público con énfasis en los derechos reproductivos de la mujer, incluido el aborto, y otras libertades civiles que se perderían en el país con una hipotética imposición de la propuesta 2025 de Trump.
Con todo, la virtual candidata demócrata se abre paso en un ambiente político dividido y espinoso, con el ímpetu de una locomotora.
Foto: Gage Skidmore/Flickr