Haitianos en Tijuana construyen su sueño mexicano
“… Hay muchos que vienen y pasan al otro lado, pero yo y mi marido nos quedamos aquí y gracias a Dios tenemos un restaurante”
Ilana Delaux es una emprendedora haitiana de unos 40 años de edad, que desde hace dos años vende con éxito comida haitiana en el centro de Tijuana, porque ante los repetidos fracasos de lograr una visa estadunidense, decidieron abrir su restaurante. Ella, su esposo y dos hijos huyeron de la pobreza y violencia en su país.
“Pasé como 11 países más -luego de atravesar Brasil- hasta llegar aquí… como dos o tres meses”
Al principio, algunos los rechazaban por ser migrantes o por su color de piel.
“Hay gente buena, y hay gente como…, racista”
Pero la historia de Ilana no es única.
Se escucha sonido de haitianos hablando en creole…
“En Haití, yo tenía un negocio pequeño. Mas los problemas que pasaban en el país, y no me pude quedar… había mucho bandido, mucho ratero, y la mafia…”
Rufleit es un haitiano que llegó a Tijuana hace 3 años, tras una larga travesía que no fue Fácil.
“Sí, había mucho problema, porque yo pasé por la selva. Porque yo pasé de Haití, entré por Brasil, y de ahí hasta México”
Rufleit llegó a la frontera y solicitó ingresar a Estados Unidos, pero la larga espera lo hizo cambiar de opinión.
“Hasta que nunca me llamó, nunca me llamó, yo me quedé, yo vi que la cosa estaba dura, y hicimos este barbershop…, y todavía estoy aquí”
En su peluquería, de cuatro sillones, otros haitianos cortan el pelo a sus paisanos y a otros tijuanenses.
-Bueno, y cuando llegaste aquí ¿intentaste cruzar? -No, nunca intenté, no.
-¿Y te gusta Tijuana?
-Tijuana está peligroso, más un poco mejor
-¿Qué tipo de peligros pasan?
-En 2021 había mucho haitiano lo mataron, los bandidos, aquí en Tijuana.
Pero las cosas cambiaron y ahora los tijuanenses los aceptan más.
“El haitiano tiene una fuerza de trabajo muy grande“
La madre Albertina Pauletti, dirige el albergue Madre Asunta de Tijuana. Ha ayudado a miles de inmigrantes haitianos, cuando vivió en la República Dominicana, y dice que los conoce muy bien.
“Es una cultura que creció con mucha resistencia… son muy bien vistos -en Tijuana- por el tema del trabajo”
Cuando Haití fue golpeado por múltiples huracanes, muchos haitianos migraron a Estados Unidos con visas de trabajo. Pero cuando Trump llegó, las canceló. Entonces los haitianos tuvieron dos opciones: cruzar como indocumentados o regresar a la isla, pero eligieron una tercera vía, dice el derecho humanista Víctor Clark, director del Centro Binacional de Derechos Humanos de Tijuana.
“Y la mayoría, si no es que todos, decidieron pedir refugio en México, para quedarse a vivir en la ciudad de Tijuana, como un proyecto de vida”
Se sumaron a la fuerza laboral de Tijuana, que construye aceleradamente nuevos edificios y amplía su industria de servicios, por lo que demanda cada vez más y más trabajadores, como los haitianos, con un perfil muy particular, dice Clark.
“Un migrante respetuoso, ordenado, físicamente alto, con color de piel oscura, que habla un francés de El Caribe, el Creole, que no entendíamos y no entendemos, pero además su actitud de respeto a las leyes, y la forma de dirigirse a los demás”
De los más de 20 mil haitianos que llegaron hace unos 6 años, hoy hay entre tres y cinco mil establecidos en Tijuana. Algunos abrieron negocios, otros trabajan en la construcción, las maquiladoras y en diversos servicios.
“Algunos se han casados con tijuanenses, unos tienen ya niños registrados como tijuanense, algunos han tenido una movilidad laboral ascendente; hay algunos que han entrado a la universidad para graduarse de abogados… se han ido integrando a nuestra sociedad”
Además, abrieron una estación de radio por Internet.
Hoy los haitianos transitan las calles de Tijuana como un hijo más de esa frontera tejida por los migrantes. Algunos, como a Ilana, les gustaría cruzar a Estados Unidos pero sólo de visita, o de compras.
“Yo quiero pasar normal, con mi visa y todos los ‘papeles’”, concluyó Ilana.
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