Gustavo Petro y Francia Márquez se alzan con triunfo histórico en las presidenciales de Colombia
Marco Vinicio González
Este domingo las elecciones presidenciales en Colombia arrojaron resultados históricos al elegir por primera vez a un candidato de la izquierda o de corte rogresista, Gustavo Petro, y también por primera vez en la historia de ese país a una mujer afrodescendiente, Francia Márquez como vicepresidenta.
La fórmula Gustavo Petro / Francia Márquez obtuvo una votación que rompió récord histórico, 11 millones 281 mil 13 votos, o el 50.44 por ciento del sufragio; mientras la pareja opositora, Rodolfo Hernández / Marelen Castillo obtuvo 10 millones 580 mil 412 votos, o el 47.31% de los votos.
Petro es originario de Córdoba, en la región de Zipaquirá, y llega a la Presidencia con 62 años de edad, doce de los cuales en su juventud los pasó en la clandestinidad, que adoptó militando en el extinto movimiento revolucionario guerrillero M-19, en busca de un cambio a la política de ese país. Un cambio que por cierto ha sido muy celebrado mayormente por los jóvenes colombianos y las personas negras y/o de bajos recursos.
Francia Márquez creció en Yolombó, en el Cauca, una de las regiones más empobrecidas de Colombia, e inició su ascenso en la política con los resultados electorales de la consulta, por parte de la coalición de izquierdas. Es abogada y activista ambiental y de derechos humanos, afrocolombiana. Sus votos superaron las expectativas de los expertos, al ser superiores a los del ganador de centro en la consulta, Sergio Fajardos.
Durante las promesas que hizo en las cientos de plazas públicas que visitó durante en su campaña, Petro dijo que impulsaría un cambio, con ambiciosas reformas en materia de pensiones, impuestos, salud y agricultura, “sobre la base del crecimiento económico y la producción es que podremos también redistribuir”. Otras de sus promesas son “tender la mano a la oposición” e impulsar una lucha sin cuartel contra del cambio climático, invitando a un diálogo a Estados Unidos a abordar las altas emisiones de gases efecto invernadero.
En su libro Una vida, muchas vidas, Gustavo Petro habla de la época que vivió en la clandestinidad con el nombre de Aureliano Buendía, en alusión al entrañable personaje la laureada novela del escritor colombiano, Gabriel García Márquez, Cien años de soledad. Sus últimos 30 años los ha vivido en la vida democrática, siendo el primer congresista que denunció con éxito la parapolítica en el Capitolio, con algunos criticando sus resultados como alcalde de Bogotá en la infraestructura y la educacion.
No obstante, dice El Espectador de clombia que para el suroccidente de la capital, Petro “fue el alcalde de la gente popular… el que de verdad intentó integrar a los eslabones más bajos de la cadena social, como son los recicladores, los habitantes dela calle y las personas consumidoras de drogas”.
Fue también un político sagaz, dice el refderido periódico, que en 1985 sufrió cárcel y tortura, y luego depresión cuando fue obligado a vivir en Béliga el exilio, tras su destitución como alcalde de Bogotá; y sufrió también, múltiples calificativos como el de ser exguerrillero y “castrochavista”.
Con todo, hoy Gustavo Petro y Francia Márquez son el Presidente y la Vicepresidenta electos del pueblo colombiano■