Firman Biden y Trudeau acuerdo para alejar de sus fronteras a solicitantes de asilo
Marco Vinicio González
El presidente de Estados Unidos, Joe Biden y el primer ministro de Canadá, Justine Trudeau, alcanzaron un trato sobre inmigración que modifica un viejo acuerdo bilateral firmado tras el 9/11, conocido como el Acuerdo de Tercer País Seguro, que permite a ambos países rechazar de sus fronteras a migrantes que solicitan asilo.
Elena Olea, directora de Programas de Alianza Américas dijo a Chelis López, conductora de Línea Abierta, que lo que hizo este Acuerdo de Tercer País Seguro, “fundamentalmente fue ampliar los puntos en la frontera donde tiene aplicación el acuerdo para evitar que las personas cruzaran por puntos no autorizados de la frontera entre Canadá y Estados Unidos”.
A su vez Canadá se ha comprometido a establecer una cuota de 15 mil personas de Centro y Suramérica, “que podrían solicitar asilo en Canadá, sin llegar a territorio canadiense”. Pero todavía falta mucha información sobre los detalles del acuerdo, dijo Olea.
López preguntó a Olea qué tanto se sabe de los cruces por puntos de entrada no oficiales, como por ejemplo por Roxham Road, un camino rural que llega a Canadá desde el norte del Nueva York.
Estos cruces han aumentado, en los dos sentidos, dijo la invitada. “Aunque son más las personas que ingresan a Canadá vía Estados Unidos que las que lo hacen en sentido contrario. Pero la cifra de ingresos no autorizados estaría alrededor de 40 mil”. Y apuntó que el invierno es un elemento muy peligroso para estos cruces.
–¿Y qué va a pasar con las personas que regresen las autoridades de la frontera? -inquirió López.
“Creo que unas 24 horas antes del acuerdo, la organización Witneses at the Border, que hace un monitoreo de los vuelos del Departamento de Seguridad Interior para ver cómo están siendo trasladados los migrantes dentro y desde Estados Unidos cuando son deportados, detectó un par de vuelos desde el estado de Nueva York, muy cerca de la frontera con Canadá, hasta El Paso Texas”, desde donde serían devueltas a México.
Alianza Américas piensa que en la medida que se cierran las opciones para ingresar a un país y se hace más difícil pedir asilo, “las personas están dispuesta a acudir a formas de cruzar la frontera, a medios de transporte y a terceras personas que las llevan a situaciones de riesgo”. Los ejemplos trágicos son muchos y bien conocidos. Personas que fallecen de deshidratación, hipotermia, o que son víctimas de trata.
–¿Qué tanto alivio traerá este acuerdo, como argumentan ambos países para quienes cruzan la frontera?
“Yo creo que no va a traer mucho alivio… van a buscar otros puntos de cruce donde tengan menos posibilidad de ser detectados… es una medida que da la impresión política de que se está haciendo algo… para llegarle a ciertos segmentos de la opinión pública, que quiere mayor control en la frontera… se ha exacerbado este concepto de ley y orden en la frontera como una prioridad nacional… tratan de apaciguar esos reclamos de sectores sociales de derecha, con retóricas contrarias a la migración”.
Y sobre el lamentable incendio en un centro de detención del Instituto Nacional de Migración (INM) en Ciudad Juárez, Chihuahua (Mx), Elena Olea hizo un crítica dura y puntual, tras las primeras declaraciones del presidente de México que responsabilizaba a las víctimas que perecieron.
“Esto es contrario a todos los principios de responsabilidad estatal y de derechos humanos… las personas no se encontraban en un albergue para migrantes. Se encontraban en lo que eufemísticamente se denomina en México una estación migratoria, que es un centro de detención de migrantes”, donde fallecieron 41 personas, dijo Olea.
Agregó que se trataba de personas que “habían sido privadas de la libertad, al encontrarse en una situación irregular. Yo creo que cuando una persona está privada de la libertad, bajo la custodia del Estado, ese Estado se hace responsable por la vida y la integridad de esas personas”.
Olea deslinda entonces de tal responsabilidad a los migrantes que pudieron haber iniciado un fuego. Sino que la responsabilidad es de las autoridades mexicanas. “Por no tener centros de detención con las condiciones de seguridad, con los protocolos para responder a una situación como esta… Lo más grave es que ya en el 2020 ocurrió otra tragedia de este tipo en un centro de detención en Tenosique, Tabasco”.
Es decir, “México ha tenido la oportunidad de aprender de estas situaciones, de poner en práctica condiciones de seguridad en los centros de detención y no lo ha hecho. Y por eso vemos cómo una vez más esta situación se repite”•