Estados ‘rojos’ y la falsa carga de los inmigrantes, más bien benéficos
Marco Vinicio González
La idea de que los inmigrantes son una carga para los estados es “exagerada” por los estados republicanos, para impedir su acceso a los derechos civiles plenos. Una investigación de la Universidad de Harvard señala que “los estadunidenses cuadriplican el número de inmigrantes en Estados Unidos, subestiman sus tasas de educación y empleo, y sobrestiman tanto su pobreza como la carga que imponen a los contribuyentes estadunidenses”.
El estudio pone foco en los gobernadores de Texas y La Florida, Greg Abbott y Ron DeSantis, que han estado enviando con engaños, en aviones y autobuses a los migrantes que llegan a esos estados fronterizos en busca de asilo, mandándolos a ciudades gobernadas por demócratas como Chicago, Nueva York y Washington, DC., con el falso argumento de aliviar la carga a sus contribuyentes.
Gerardo Guzmán, colaborador de Línea Abierta, platicó con la conductora del programa, Chelis López, en una entrega más de la serie especial, ‘Hacia el Voto 2022’, entre otras cosas sobre las tareas de reconstrucción y limpieza que los inmigrantes siempre están dispuestas a realizar en las ciudades devastadas por los desastres naturales, como el más reciente huracán “Ian” en La Florida.
Eduardo Porte, de Bloomberg, señala en el Sun Journal que “Sin embargo, una vez que estos payasos bromistas de los estados rojos dejen de reírse de la indignación de los estados azules”, por su trato a los inmigrantes, “podrían detenerse a considerar hasta qué punto están engañando a sus electores y socavando la fortuna económica de sus estados”.
Además, el estudio encontró que casi el 15 por ciento de los estadunidenses cree que el inmigrante promedio recibe el doble de apoyo del gobierno que los nativos. Pero un informe de las Academias Nacionales de Ciencias de 2016 encontró que “aunque los inmigrantes y sus familias también pagan menos impuestos, reciben menos beneficios a lo largo de sus ciclos de vida que las familias encabezadas por los nacidos en Estados Unidos”.
Por cierto que “las percepciones erróneas son más marcadas entre las personas sin educación universitaria, especialmente aquellas que trabajan en industrias con muchos inmigrantes y las personas que se inclinan políticamente hacia la derecha”, dice Porte.
En tanto, los beneficios estatales y locales que reciben los inmigrantes en Texas son por un valor de 2 mil 50 dólares más de lo que pagan en impuestos estatales y locales. Pero también lo hacen los inmigrantes y sus familias en California. Y a pesar de las afirmaciones de DeSantis, la carga fiscal neta impuesta por los inmigrantes en La Florida es pequeña, en comparación con los 3 mil 500 dólares en Nueva York, mil 850 en Nueva Jersey, contra sólo mil 500 dólares en La Florida.
“Pero los hijos de los inmigrantes algún día serán adultos. Y las familias encabezadas por esta segunda generación aportan sustancialmente más de lo que sacan: mil 550 dólares más en California, 4 mil 400 más en Nueva York, y mil 200 dólares más en La Florida.
Además, y esto es grave, el costo de alejar a los inmigrantes, que “están impulsando la mayor parte del crecimiento de la población”, podría perjudicar a los estados cuya reserva de trabajadores domésticos se está reduciendo. Por mencionar un área sensible, “las mujeres inmigrantes constituyen la mayor parte de la fuerza laboral de cuidado de ancianos. Los espárragos ahora se cultivan principalmente en México en lugar del Valle de San Joaquín, donde la menor inmigración indocumentada ha reducido la fuerza laboral agrícola”.
El registro histórico proporciona evidencia convincente del daño económico que podrían producir los instintos políticos de Abbott y DeSantis.
Un estudio realizado casi un siglo después de la Gran Depresión hecha por economistas de las Universidades de California en Berkeley y Davis, y por el Instituto de Desarrollo de Corea, encontró que “las ciudades que deportaron más agresivamente vieron una caída en el empleo y los salarios de los nativos”, que sin embargo no reemplazaron a los trabajadores mexicanos perdidos.
DeSantis y Abbott aún no han comenzado a enviar inmigrantes que están activos en su fuerza laboral. “Probablemente entienden estos costos”•