Estados republicanos siguen enviando indocumentados al noreste del país
Marco Vinicio González
Estado liderados por republicanos siguen enviando casi todos los días a cientos de inmigrantes latinos indocumentados principalmente a Washington, DC y Nueva York, provocando el colapso de los albergues en ambas ciudades. Pero ahora han extendido esta práctica a otras ciudades y por otros medios.
Esta vez por ejemplo, sin aviso previo La Florida envió en dos vuelos el miércoles a otro grupo de inmigrantes a la pequeña isla de Martha’s Vineyar, un destino exclusivamente turístico en Massachusetts, con 20 mil habitantes.
Desde principios del verano y como parte de la controversial Operación Lone Star el gobernador de Texas Greg Abbott, quien tiene aspiraciones presidenciales, presumía haber enviado ya seis mil 500 migrantes a las dos ciudades referidas, mientras Arizona enviaba entonces a más de mil únicamente a Washington, la capital del país, como un mensaje contra las políticas migratorias de la Casa Blanca.
El grupo de migrantes que llegó a Martha’s Vineyar incluyó niños, que recibieron pruebas de covid-19, comida y ropa, pero no se sabía quién los había enviado. Los migrantes dijeron haber comenzado el día en San Antonio, y la oficina del gobernador de La Florida, Ron De Santis, que también aspira a ocupar la Casa Blanca, asumió la responsabilidad como parte de un programa estatal para transportar inmigrantes indocumentados a los llamados destinos santuario, habiendo invertido 12 millones de dólares para el programa de transporte.
El gobierno de Massachusetts dijo en un comunicado estar brindando servicios de refugio para los migrantes, en su mayoría de Venezuela, pero sólo a corto plazo. A su llegada recibieron servicios básicos de socorro en Martha’s Vineyard antes de ser llevados a la escuela secundaria regional, y finalmente a la Iglesia Episcopal de St. Andrew en Edgartown.
Varias de las ciudades “destino” de los inmigrantes llegados de la frontera están generando graves problemas incluso en las grandes ciudades, que comienzan a no saber cómo hacer frente a las grandes necesidades de los inmigrantes que llegan con poco o ningún aviso.
El gobierno de Illinois ha estado brindando refugio de emergencia y atención médica a los 500 migrantes que enviaron en autobuses de Texas a Chicago ayer miércoles.
Pero el desafío que enfrenta Martha’s Vineyard puede ser aún más difícil, declaró a la prensa el reverendo Chip Seadale, de la iglesia St. Andrew, quien dijo haber decidido recibir a los migrantes durante la noche del miércoles después de enterarse de que no tenían adónde ir.
El gobernador DeSantis ha mencionado que enviará inmigrantes a Delawer, el estado natal del presidente Biden, pero negó estar involucrado en el envío a Martha’s Vineyard■