Elecciones de la Asamblea de El Salvador, con implicaciones en México y Estados Unidos
De la redacción
Un escenario “terrible” sería que el presidente Nayib Bukele, que ha generado profundas críticas en lo doméstico y en el extranjero por su exhibición de fuerza y ha sido acusado por la oposición de desnudar una conducta personal autoritaria, pudiera sin embargo ampliar su mandato y entregarle a su partido de derecha, Nuevas Ideas, una victoria decisiva.
Nayib Bukele es no obstante una figura popular de derecha que “una vez encabezó un asalto militar a la legislatura y es llamado el Trump de Centroamérica”, con quién se llevó muy bien durante la desastrosa gestión del estadunidense, dice Línea Abierta.
Previo al inicio de las votaciones del domingo, Línea Abierta consultó a dos destacados analistas; uno en El Salvador, y otro, también salvadoreño, pero que tiene su sede en Washington, DC, para tener las perspectivas de ambos lados geopolíticos sobre el tema.
–¿Cuál es el impacto de los resultados de dichas elecciones en las relaciones de El Salvador con Estados Unidos y con México? -pregunta Samuel Orozco.
Samuel Orozco es el Director de Noticias de Radio Bilingüe, y entrevistó en Línea Abierta a Leonel Herrera, periodista y Presidente de la Red de Radios Comunitarias, ARPAS, en San Salvador, bajo la premisa de que “sus cambios, sus políticas, sus turbulencias podrían llegar a tener un impacto directo en la migración hacia el Norte, y por lo tanto, en las políticas y en los asuntos de gobierno de México y Estados Unidos”.
Por su parte, Herrera dijo a Orozco que “Si hay algo que de alguna manera está deteniendo este auge antidemocrático de Bukele es justamente la presión desde el exterior; el rol de instituciones, de organizaciones, de los medio de comunicación desde el exterior… porque la presión que venga de afuera es importante… Aquí adentro –de El Salvador- el presidente Bukele no tiene ninguna oposición; y tiene a la mayor cantidad de la población aplaudiéndole… Es de afuera, irónicamente de donde están viniendo las críticas y exhortaciones al presidente Bukele”.
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Como pudimos oír en la plática de Orozco con Herrera, unos 5.8 millones de salvadoreños se habrían volcado a las urnas para renovar la Asamblea Legislativa y otras oficinas de elección popular en El Salvador. De esta suerte, aquel país instaló 8 mil 451 casillas electorales distribuidas en mil 595 centros de votación. El Salvador cuenta con una población de 6.7 millones de habitantes, una buena parte de ellos viviendo en Estados Unidos.
Además de Nuevas Ideas, el partido del presidente Bukele compite también con Arena, de derecha, y con el Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN), de izquiera.
Como probablemente se sepa, en las elecciones de 2018 Arena obtuvo 37 diputados, y el FMLN 23, cuando Bukele aún no formaba su partido.
Esta elección que arrancó el domingo, “llega en momentos de alta tensión entre el poder legislativo y la Presidencia, y en momentos en que concluyen los acuerdos que el expresidente de Estados Unidos había pactado con Nayib Bukele y otros presidentes vecinos” a El Salvador, señala Orozco.
En dichos acuerdos los presidentes centroamericanos se comprometían a cooperar con el anterior mandatario estadunidense, “para impedir la presencia masiva de solicitantes de asilo en la frontera de Estados Unidos”.
Pero hoy las cosas han cambiado con la nueva administración del presidente Joe Biden y la vicepresidenta Kamala Harris, y los acuerdo previos con Estgados Unidos se hallan “en la tablita”, dice Orozco.
Al respecto, la Casa Blanca declaró recientemente que los salvadoreños, y en general los migrantes que intenten venir en busca de asilo no serán aceptados; y anunció también que se trabaja en un paquete de inversión económica para el conocido “Triángulo Norte” centroamericano (Guatemala Honduras y El Salvador), a fin de intentar mejorar las desastrosas condiciones materiales en que viven esas poblaciones; porque esa es la principal causa de la migración, además de la violencia, la corrupción y las catástrofes naturales, etcétera.
Para abordar el tema desde la perspectiva de Estados Unidos, Samuel Orozco platicó con Abel Núñez, Director Ejecutivo del Centro de Recursos Centroamericanos, CARECEN, con sede en Washington, DC.
Entre otros temas de la charla, Núñez respondió acerca de la autenticidad de las caravanas de migrantes que se dirigen “intermitentemente” hacia Estados Unidos. Y señala que los gobiernos centroamericanos “se han endurecido” con los migrantes. Pero que “las caravanas lo que aportan es un nivel de seguridad, de compañerismo y solidaridad… Los países de tránsito, de origen y de destino, tenemos que trabajar de una manera más juntos, para poder, uno, asegurar que los derechos de los migrantes se respeten; y para buscar la manera de que no pierdan sus derechos en el momento que salgan de su territorio”.
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