El plástico, alarmante amenaza contra la vida marina y humana

La crisis climática tiene al mundo al borde del precipicio, con consecuencias altamente costosas para la propia naturaleza y para la vida humana y la fauna de territorios y océanos. Catástrofes como incendios, inundaciones, deslaves, sequías se han visto golear a la Costa Oeste y a Estados Unidos.

la crisis del calentamiento global incide de manera alarmante en los océanos, sumándose a una muestra contundente de los dañinos efectos del cambio climático, dicen los científicos del ramo.

Un ejemplo -en esta ocasión- es la contaminación de los océanos por los desechos plásticos, que se estima conforman entre 75 y 199 millones de toneladas de residuos flotando como una isla de basura de 1.6 millones de kilómetros cuadrados, una extensión apenas un poco menor que la totalidad de la República Mexicana, situada en el norte del Océano Pacífico. Y anualmente se agregan otros 33 mil millones de libras de plástico a los mares.

Pacific Environment hace un llamado a reducir al menos el 75 por ciento de esta isla de basura plástica para el año 2050: “La contaminación plástica es una crisis ambiental, de salud humana y climática mundial”.

Respondiendo a dicho llamado, bajo un proyecto de ley aprobado por la Legislatura del Estado de Colorado el 1 de julio de 2024 el estado ordenó que los municipios y condados puedan promulgar, implementar y hacer cumplir leyes más estrictas que prohíban el uso de bolsas y poliestireno, y restrinjan o exijan el uso o la venta de materiales plásticos, contenedores, envases o etiquetado.

Ya desde enero de 2023 las empresas con más de tres ubicaciones en Colorado, o más de una ubicación fuera del estado estaban obligadas a cobrar a los clientes una tarifa de 10 centavos por cada bolsa de plástico de un solo uso, utilizada en el punto de venta. La tarifa era para financiar bolsas de papel reciclado de un solo uso, que se venderían a 10 centavos. De las tarifas recaudadas  las empresas retienen cuatro centavos para cubrir los costos de administración, mientras que 6 centavos se remiten a la ciudad trimestralmente.

Con todo, a nivel mundial, afirma, la contaminación plástica, tóxica para las comunidades y la vida silvestre, se ha duplicado en las últimas dos décadas. Y además de estos males, “el plástico proviene de combustibles fósiles, y el dióxido de carbono y otros gases de efecto invernadero se emiten a lo largo del ciclo de vida del plástico”, que es duradero y en algunos casos no logra degradarse jamás.

Pero a pesar de los daños comprobados, la producción mundial de plástico sigue creciendo. En los últimos 70 años dicha producción ha pasado de 2 millones de toneladas, en 1950, a 460 millones de toneladas en 2019.

Los científicos del ramo han venido alzando la voz sobre los peligros de esta contaminación, que además está acabando con la vida de la fauna marina. A menos que se haga algo, dice la fuente, “… las tasas actuales de producción de plástico podrían duplicarse de nuevo para 2040… Este tipo de crecimiento hará que la industria del plástico supere su presupuesto de carbono en tres veces y comprende el 16% del límite planetario del control de cambio de temperatura de 1.5 grados Celsius”.

Los presupuestos de carbono corresponden a un concepto introducido por el Intergovernmental Panel on Climate Change (IPCC), para identificar cuánta es la masa total de bióxido de carbono (CO2) que queda por emitir a la atmósfera antes sobrepasar un escenario de 1.5° Celsio de calentamiento global, dice un estudio, que llama por un acuerdo mundial para hacerle frente al alarmante problema.

El informe sugiere cinco áreas de enfoque para un Tratado Mundial de Plásticos: 1).- establecer objetivos de reducción basados en la ciencia para el plástico dentro de los límites planetarios; 2).- medir todas las emisiones de plásticos y responsabilizar a la industria; 3).- promover y alentar soluciones de reducción-reutilización; 4).- poner fin a las soluciones falsas, incluidos los residuos en energía y la incineración de plástico (y los hornos de cemento); y 5).- proporcionar una transición justa para los trabajadores de los residuos, incluidos los recolectores de dichos residuos.