Despedida a Eduardo Galeano

“Soy un escritor que escribo, siempre desde el punto de vista de las historias chiquitas. Es el universo visto desde el ojo de la cerradura”

A su paso por San Francisco en 2009, el Director de Noticias de Radio Bilingüe, Samuel Orozco platicó con el recién fallecido escritor, Eduardo Galeano, quien promocionaba entonces su libro, “Espejos”, en el área de La Bahía:

Orozco: Maestro, usted nos regala un nuevo libro, “Espejos”. Este libro llega en la vena de su trilogía, “Memoria del fuego”. Este es un tema muy común a todo su trabajo, luchar en contra de la amnesia, en contra del olvido, en contra del Alzheimer colectivo…

“Es un libro escrito o destinado a recoger las voces no escuchadas, las desconocidas; y para rescatar del olvido la memoria de gente que vale la pena, y que son siempre gentes excluidas, despreciadas, ignoradas por la historia oficial pero que han hecho y hacen la historia. Como por ejemplo, las mujeres, que son la mitad de la humanidad, y a las que misteriosamente llamamos una minoría. Y por ejemplo también, los negros, que cargan con una muy larga tradición de racismo. A mí me parece muy positivo que ahora Estados Unidos tenga un presidente negro, o seminegro, como Obama…”

Y es también, dice el uruguayo, un hombre de certezas que provienen de la antigüedad:

“La grandeza de verdad está escondida en los pequeños, minúsculos actos de la vida cotidiana, y en eso que llamamos gente común. Y que en cambio hay que desconfiar de la falsa grandeza, identificada con lo que es grandote. Estamos mal acostumbrados por Hollywood y por las tradiciones culturales ajenas a nuestra más profunda identidad, humilde, modesta. Entonces confundimos con frecuencia, la grandeza con lo grandote”

Galeano recuerda además cómo en 1942 El Pentágono prohibió las transfusiones de sangre negra cuando Estados Unidos entraba en la guerra, al científico negro Charles Drew, Director de la Cruz Roja, quien descubrió el valor de las transfusiones de sangre para salvar millones vidas.

“Y entonces él se negó a obedecer la orden del Pentágono, dijo ‘eso es una estupidez’, se animó a decir eso, siendo negro. ‘La sangre negra no existe. La sangre es roja’. Porque, ¿de qué se trataba? ¿De prohibir que se hiciera por inyección la mezcla prohibida en la cama? Y entonces él dijo, ‘eso es una estupidez, y yo no voy a obedecer. Acá las transfusiones se hacen, sin que tenga la menor importancia de si es negro, o blanco, o verde o amarillo el que da la sangre’. Y entonces lo echaron. O sea, lo renunciaron”

Más adelante, en diciembre de 2013 Galeano tuvo la última entrevista con Radio Bilingüe cuando la conductora de Línea Abierta, Chelis López visitaba Montevideo en Uruguay.

López: Eduardo, en Latinoamérica vemos un buen ejemplo en el presidente que ustedes tienen. Me refiero a (José) Mujica. ¿Qué nos puedes tú contar de él, a San Francisco, California, que es una ciudad progresista dentro esa gran masa que es los Estados Unidos?

Mujica se ha ganado una simpatía universal, en buena ley; porque es un hombre de mucha calidad humana. No es un político profesional… Y sigue siendo el mismo buen tipo que siempre fue. Con algunas cosas yo discrepo, y con otras no… Yo por ejemplo no coincido con la política minera del gobierno… y creo que es el drama, la contradicción… del gobierno progresista que tenemos aquí en el Uruguay, y el de los demás gobiernos progresistas que hay ahora en Argentina, Ecuador…, bueno, en casi todos los países en donde el panorama político ha cambiado; pero sigue habiendo, y te diría que hasta peor que antes, un divorcio entre los derechos humanos y los derechos de la naturaleza… A veces se firman contratos con empresas extranjeras que vienen a dejar el subsuelo vacío y la tierra reseca; como si al cabo de más de 5 siglos de experiencia no hubiéramos aprendido nada”

Largas y llenas de fino humor fueron las charlas de Radio Bilingüe con el escritor, de las que aquí recogimos sólo minúsculos fragmentos. Eduardo Galeano murió por complicaciones de un cáncer de pulmón este martes. La gente sencilla, los invisibles, perdieron a su cronista■