Depresión, enemigo “silencioso” que puede conducir al suicidio en adolescentes latinas
Marco Vinicio González
En Estados Unidos un enemigo “silencioso” con graves consecuencias para la salud mental, en particular el suicidio, incide en tasas más altas en las adolescentes latinas que en las jovencitas no latinas. Las redes sociales, la pandemia de covid y vivir entre dos culturas son, entre otras, algunas de las causas principales.
Los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC), señalaron que en 2018 46.8 por ciento informaron sentirse “tristes y desesperanzadas a diario”, en comparación con el 38.2% de las adolescentes blancas no latinas y el 40.7% de las adolescentes negras no latinas.
USCAnnenberg afirma que las redes sociales son un factor importante en esta crisis de salud mental de los y las jóvenes del país, porque “encuentran fácilmente contenido sexual y violento, intimidación, acoso, vergüenza corporal, racismo e intolerancia en plataformas populares”. Esto, añade, en concordancia con las advertencias que han venido haciendo recientemente el Cirujano General de Estados Unidos y la Asociación Estadunidense de Psicología.
El CDC encontró que hace apenas unos meses 30% de las niñas de secundaria informaron haber considerado seriamente el suicidio, que 14% se vieron obligadas a tener relaciones sexuales en 2021, y que 57% de las adolescentes encuestadas se sintieron “tan persistentemente desesperadas o tristes durante las dos semanas previas que dejaron de realizar actividades regulares; el doble del número de los jóvenes varones que se sintieron de manera similar”.
Describen también una intensa presión para verse y vestirse de cierta manera, sobresalir académicamente y complacer a todos, desde sus compañeros hasta sus padres, dice por su parte un reporte de la Asociación Nacional de Periodistas Latinos, “For Latina Teens, a Media Toll”.
Sienten que serán juzgadas y criticadas sin importar lo que hagan. “Culpan a las culturas escolares que no logran frenar la misoginia, la homofobia, el racismo, el acoso y la intimidación”, y a un sistema de atención de salud mental que es difícil de navegar.
Además, carecen en general de recursos efectivos y, “en realidad, esto puede exacerbar una crisis a través de diagnósticos erróneos o al separar a las adolescentes de sus sistemas o redes de apoyo”. La familia, por ejemplo.
La psiquiatra con sede en Chicago, Mercedes Martínez señala a “un sistema de atención de salud mental roto”, el estrés financiero, el racismo y el sentimiento antinmigrante como factores que contribuyen a la depresión, la ansiedad y el suicidio de los adolescentes. “En un país que tiene más de mil 500 leyes antinmigrantes y una retórica anti-inmigración, eso puede ser muy desalentador para una joven latina”.
Profesionales de la salud mental reconocen que “la participación de los padres en la vida de sus hijos adultos jóvenes no es necesariamente un enredo problemático”, sino más bien un reflejo de los valores culturales. El objetivo, sostienen, es que “las adolescentes latinas incorporen las fortalezas de ambas culturas en sus identidades, en lugar de tener que rechazar una”.
Terapeutas y consejeros culturalmente competentes, idealmente bilingües, y des estigmatizar la terapia, dijo Martínez, son las necesidades más urgentes para abordar la crisis de salud mental de los adolescentes.
En tanto, 42 fiscales generales estatales demandaron a Meta, propietaria de Facebook e Instagram, acusando a la empresa de “prácticas manipuladoras y explotadoras que llevan a algunos jóvenes a volverse adictos a sus plataformas, aumentando el riesgo de depresión, ansiedad, dificultades para dormir y otros problemas”.