Denver evacuará de albergues a 4 mil migrantes en busca de asilo a fines de marzo

Venezolanos haciendo fila para entrar todos los días al Hotel Roosevelt de la Ciudad de Nueva York, donde les dan refugio mientras tramitan su asilo. Pero la Ciudad cambió los tiempos de espera para estas familias, a 30 y 40 días. Foto: Marco Vinicio González.

Marco Vinicio González
Decenas de miles de familias migrantes en busca de asilo continúan huyendo de la violencia y pobreza o la instabilidad política de sus países, y siguen siendo enviados con engaños por gobernadores republicanos como los de Florida y Texas a ciudades demócratas, estresando sus economías y recursos humanos para albergar a los recién llegados.

Y aunque el número de llegadas diarias de migrantes se ha ralentizado en las últimas semanas, gobiernos municipales como el de Denver, Colorado, se están viendo en la necesidad de tomar medidas drásticas y pedir ayuda al gobierno federal. A principios de este mes, la Ciudad modificó el límite de tiempo para las familias con niños en refugios, aumentándolo de 37 días a 42 días. Aunque el límite para las personas solas sigue siendo de 14 días.

Y es que el Departamento de Servicios Humanos de Denver anunció que a finales de marzo 4 mil migrantes serán desalojados de los albergues que habitan temporalmente sin que hasta el momento hayan anunciado a dónde irán esta familias con sus hijos, si no es que a la calle.

Nueva York, que en los últimos dos años ha recibido a 170 mil migrantes en busca de asilo, es un ejemplos de esta crisis de desalojo de los refugios que comenzó meses atrás y que continúa en pleno invierno. Y ciudades como Chicago, Los Ángeles y San Diego, entre otras, están viviendo situaciones similares.

Porque el proceso para obtener asilo puede llevarse años y mientras tanto las familias migrantes en los albergues tienen que resolver las necesidades propias y de sus hijos, más allá de lo básico que les brindan las municipalidades.

De acuerdo con expertos, la ley federal permite a los migrantes obtener permisos de trabajo mientras sus casos están pendientes, pero se enfrentan a períodos de espera significativos que varían dependiendo de cómo se haya solicitado el asilo. Entre tanto, los migrantes se ven obligados a buscar empleo para subsistir, aún sin contar con autorización legal.

En un momento donde hay escasez de mano de obra en algunos rubros de la economía, como en el campo y la construcción, por citar sólo dos de ellos, y donde estados como La Florida y Texas están emitiendo leyes o antiinmigrantes como la SB 1718 y la SB 4 respectivamente, muchos de estos migrantes están abandonando esos estados para evitar ser deportados.

De tal suerte que acelerar la entrega de permisos de trabajo para los migrantes en busca de asilo vendría siendo un salvavidas para estos migrantes en su camino hacia la autosuficiencia, lo que de paso reduciría el estrés económico de los gobiernos locales, como el de Denver. De hecho el Post entrevisto en esa ciudad a muchos migrantes, de los 3 mil 225 que se albergan en hoteles provistos por la Ciudad, que dicen estar dispuestos a realizar cualquier tipo de trabajo para llegar a fin de mes.

Y aunque las restricciones sobre el tiempo que los solicitantes de asilo pueden permanecer en esos hoteles hicieron una pausa la semana pasada para evitar que muchas familias con sus hijos pequeños se fueran a la cale, debido frío invierno, se espera que a fines de marzo termine esta tregua.