Demócratas necesitan retomar las raíces de la clase trabajadora
Activistas de la organización Aliento se reúnen para luchar contra la propuesta 314 en Arizona. Foto: Carmen Márquez.
El triunfo de Rubén Gallego, ahora senador electo de Arizona, fue “construir conexiones auténticas con los votantes de la clase trabajadora”, ese gran sector de votantes que los demócratas han ido abandonando; le permitió ganar su confianza, como algo que podría dar a los demócratas el camino de regreso a Washington, dijo a Prensa Asociada (AP).
Gallego afirmó su oportunidad que su partido necesita alimentar las raíces de la clase trabajadora. Y habló del enorme esfuerzo que invirtió contando su convincente historia de vida al decirles que cuidaría a la gente común; e incluso cuando los votantes se mostraron escépticos de los demócratas, le creyeron dijo.
Afirmó que la gente llegó a conocer quién era él y cuáles sus valores. “Para que llegaran a conocerme como Rubén, el veterano de la Marina, Rubén el padre de familia, Rubén el niño de la clase trabajadora que ha vivido el sueño americano y quiere que todos vivan el sueño americano… Y creo que cuando las cosas empezaron a ir mal, pudimos resistir la marea porque la gente me conocía y tenían una perspectiva de mí, sabían que estaba luchando por ellos”.
Y es que para los votantes de la clase trabajadora de las minorías, el abandono de los demócratas habría llevado a la desconfianza. Según The New York Times, los votantes latinos, negros y asiático-americanos, muchos de los cuales votaron por Trump, dijeron que ya no confiaban en los demócratas para mejorar la economía.
Gallego concide con el análisis de luchador social, Reverendo William Barber II, copresidente nacional de la Campaña de los Pobres, acerca de que “desde hace tiempo el discurso poítico de las campañas ya no se dirige a los residentes de más bajos ingresos, un bloque de votantes, a menudo ignorado, pero masivo”, como reportamos en este espacio informativo.
Gallego derrotó a la republicana Kari Lake por 2.4 puntos porcentuales, incluso cuando su compañera demócrata, Kamala Harris perdió ante Trump por 5.5 puntos en Arizona. Eso es un cambio de casi 8 puntos para los demócratas desde la cima de la boleta hasta la contienda por el Senado.
Y es que durante décadas los demócratas habían sido el partido de la clase trabajadora. Esos votantes que miraban al gobierno para aumentar el salario mínimo o proporcionar una red de seguridad para los pobres, los ancianos y los enfermos. Pero los resultados de las elecciones de este año muestran cuán errónea era esa idea, que se ha derrumbado.
“Los latinos habían señalado lo que venía: se alejaron de los demócratas y se acercaron a Trump en 2020, antes de desertar en mayor número este año. Y los votantes negros y asiático-americanos de clase trabajadora ahora también han roto filas con el Partido Demócrata en números asombrosos”, sostiene el Times. Además, para un partido que defiende y se enorgullece de su diversidad, “la erosión del apoyo de los votantes de color cuestiona su identidad”.
Según la campaña de AP, VoteCast, Gallego ganó a los hombres latinos contra Kari Lake, a pesar de que Harris y Trump se los dividieron en Arizona. Los jóvenes de todas las razas y etnias, dice, rompieron con los demócratas y se fueron con Trump, pero se dividieron equitativamente entre Lake y Gallego en la contienda por el Senado, en Arizona.
En general, alrededor de 1 de cada 10 votantes de Trump votó por Gallego, mientras que muy pocos votantes de Harris también eligieron a Lake. Entre los miembros de los dos partidos principales, sólo 8 de cada 10 republicanos de Arizona votaron a favor de la combinación de Trump y Lake, mientras que unos 9 de cada 10 demócratas de Arizona votaron por Harris y Gallego, dice la fuente.