De cómo las familias afrontan los costos ocultos del encarcelamiento durante las vacaciones
De la redacción
Es preciso saber que a pesar de que ha habido una reevaluación importante de las políticas sobre el crimen, que condujeron al país a tener la mayor población carcelaria del mundo, los delincuentes no violentos han estado siendo liberados más temprano de la custodia federal, y los derechos de voto han sido restaurados para algunos exdelincuentes. Sin embargo, aún queda mucho trabajo por hacer.
No se puede olvidar tampoco que el sistema de justicia penal ha afectado de manera desproporcionada durante mucho tiempo a las personas de color, léase principalmente a negros y latinos. Sin embargo, no son sólo los hombres y mujeres tras las rejas quienes sufren, sino también los amigos y la familia, que se hallan atrapados en esta labereintica red y enfrentan los desafíos que a veces pueden parecer insuperables, dice The New York Times.
Y es que un reporte de la Oficina de Estadísticas de Justicia citado por la fuente estima que Estados Unidos gasta más de 80 mil millones de dólares anuales para mantener a aproximadamente 2.3 millones de personas tras las rejas, una triste realidad que se hace más amaga aún en estos días de fiestas decembrinas y de Año Nuevo.
No obstante, muchos expertos dicen que esa cifra es “una gran subestimación, ya que “omite una miríada de costos ocultos que a menudo corren a cargo de los presos y sus seres queridos; y las mujeres soportan abrumadoramente la carga financiera”.
Como es de suponer, estos costos aumentan durante la temporada de vacaciones, dicen los familiares, ya que hacen más visitas, llaman con más frecuencia y envían más paquetes de atención” a sus seres queridos que se hallan presos.
La fuente afirma que rara vez se recopilan datos nacionales sobre cuánto pagan las familias al sistema correccional. “Entonces, para comprender mejor los costos ocultos del encarcelamiento, el Proyecto Marshall pidió a las personas que documentaran sus gastos”.
Casi 200 personas respondieron al pedido. Muchas familias dijeron que gastan cientos de dólares cada mes para alimentar, vestir y mantenerse conectados con alguien tras las rejas, y que “pagan por la atención médica, artículos de higiene personal y llamadas telefónicas y otras formas de comunicación”.
Por su parte, la Iniciativa de Política de Prisiones / Prison Policy Initiative, una organización que trabaja para reducir el encarcelamiento masivo, estima que “las familias gastan 2.9 mil millones de dólares al año en cuentas de la tienda y llamadas telefónicas… también suelen ser responsables de pagar los honorarios de la corte, la restitución y las multas cuando un miembro va a prisión”.
Según un informe del Centro Ella Baker para los Derechos Humanos de 2015, la familia promedio pagó aproximadamente 13 mil dólares en multas y tarifas. Además, según el Times, “en muchas instalaciones los artículos básicos son vendidos por vendedores privados, a menudo con recargos sustanciales o tarifas de servicio adicionales”. Y añade que “con los años, el costo para las familias ha aumentado a medida que las cárceles y prisiones de todo el país externalizan cada vez más muchas de las funciones básicas de administrar un centro correccional a empresas privadas”.
Y es que los funcionarios de la prisión suelen decir que “el cambio a vendedores privados hace que las cárceles sean más seguras y evita que el contrabando sea introducido con comida o regalos externos”. Pero muchas familias dicen que ahora están pagando más por los mismos bienes que solían comprar por su cuenta.
Por su parte, la directora ejecutiva de la Asociación de Familias de Reclusos de Texas, dijo a la fuente que considera que el dinero que los presos gastan es una suerte de impuesto adicional reflejado en los altos precios que desembolsan los reos. “Son el resultado de contratos que se suscriben teniendo en cuenta las ganancias”
Por ejemplo, Texas redujo recientemente el costo de las llamadas telefónicas con prisioneros de 23 a 6 centavos por minuto, al negociar un mejor trato con el proveedor. El Times señala que los estados donde las tarifas aún son exorbitantes, “es peligrosamente fácil afrontar servicios costosos para mantenerse en contacto con la familia y amigos”.
Y como resultado de esto, “las personas a menudo intercambian consejos para ahorrar dinero a través de numerosos grupos de Facebook y salas de chat para familias de los encarcelados”.
Con todo, cualesquiera que sean las soluciones, los miembros de la familia dijeron a la fuente que “la tensión de encontrar el dinero para mantenerse en contacto y aliviar las cargas del encarcelamiento exige un costo emocional continuo y adicional”.