Crece malestar internacional por deportaciones

A pesar de la promesa de Donald Trump de deportar a 11 millones de inmigrantes indocumentados, y las continuas redadas masivas que afectan principalmente a las ciudades gobernadas por demócratas, los detalles específicos de su plan de inmigración siguen siendo inciertos. Sin embargo, ya comienzan a circular rumores sobre el malestar internacional, ya que los países receptores de vuelos con inmigrantes deportados, aunque aún en cantidades moderadas, temen un aumento de estos vuelos, incluso con ciudadanos de otros países.

Expertos se preguntan sobre las consecuencias de las deportaciones masivas hacia Centroamérica, una región de por sí abrumada por la violencia física y económica, así como por los desastres naturales derivados del cambio climático. ¿Hasta qué punto esta práctica podría desbordar a estos países?

Mientras tanto, Trump sigue presionando a las naciones centroamericanas para que reciban incluso a migrantes de otros países, advirtiendo que de no hacerlo, enfrentarán represalias económicas de Estados Unidos. Los países afectados, como México, siguen siendo acorralados por amenazas de aranceles, con la posibilidad de que los vuelos de deportación continúen aumentando, lo que podría llevar a Centroamérica a sus límites, como señala The New York Times.

En este contexto, la administración Trump ha comenzado a dirigir su atención a Panamá y Costa Rica, ampliando la represión de la migración más allá de las fronteras de Estados Unidos. Algunos países centroamericanos, y México, están siendo sometidos a la voluntad de Washington. Por ejemplo, México rechazó la reactivación del programa “Quédate en México” (MPP), que fue decretado por el Departamento de Seguridad Nacional (DHS) en enero de 2025. Este rechazo ha aumentado las tensiones entre ambos países, además de coincidir con la eliminación de la aplicación CBP One, que permitía a los migrantes programar citas para solicitar asilo de manera anticipada y ordenada.

La presidenta de México, Claudia Sheinbaum, respondió a las declaraciones de Trump sobre los aranceles, pidiendo “cabeza fría” al analizar los mensajes del presidente estadunidense. Mientras tanto, el gobierno de Trump envió tres aviones militares a Panamá, transportando a unos 300 migrantes, en su mayoría de Asia y Medio Oriente. Días después, un vuelo aterrizó en Costa Rica con 135 personas, incluidos niños, provenientes de China, Asia Central y Europa del Este. En Panamá, “el gobierno se ha mostrado como un socio comprometido con la migración, a pesar de los desafíos derivados del flujo migratorio a través del Tapón del Darién”, un peligroso corredor selvático entre Colombia y Panamá, dice la fuente.

Sin embargo, las políticas de Trump también han afectado otras áreas. La congelación de la ayuda económica de Estados Unidos ha paralizado por ejemplo un programa de la ONU en México destinado a evitar que los precursores químicos del fentanilo lleguen a los cárteles de drogas en el país. Esta iniciativa proporcionaba formación y equipos a la Secretaría de Marina para mejorar el control de los puertos, como el de Manzanillo, el más activo de México. Los puertos de Lázaro Cárdenas y Veracruz también iban a ser incluidos en un plan antiterrorista de Trump, pero este ha quedado suspendido por la interrupción de los fondos.