Crece el ánimo por derribar estatuas del racismo y reescribir la historia
De a redacción
A veces “las bendiciones vienen disfrazadas”, dice una avezada abogada de inmigración. En otras ocasiones son las puras coincidencias las que operan cambios inesperados. Por ejemplo, la pandemia de Covid-19 y las dos crisis del momento parecen estar logrando lo que más de medio siglo de lucha no ha podido lograr: el coronavirus ha llevado al colapso del sistema de admisión escolar habitual, y las protestas contra el racismo, detonadas por el asesinato de George Floyd han puesto de relieve la arraigada segregación de las escuelas en Nueva York.
Por otro lado, desde los acontecimientos racistas en Charlottesville, Virginia, un clamor por reescribir o corregir la historia ha tomado forma en la voluntad de deshacerse de las estatuas ubicadas en lugares públicos y oficiales, que representan los pasajes más oscuros y crueles de la historia contra la gente de color: negros, latinos e indígenas estadunidenses.
Comenzando con el deribo de la estatua en Dallas, Texas, del general segregacionista Robert E. Lee, tras las protestas en 2017 contra la brutalidad policial y el segregacionismo en Charlottesville, Virginia, hasta la orden de remover en estos días de la estatua del ranger texano, capital Jay Banks en Texas, que lleva la inscripción, “Un Motín, Un Ranger”.
Este capitán Banks, “estuvo a cargo de un destacamento de la policía rural en Texas, durante los años 50, que se distinguió por reprimir los intentos de integrar las escuelas de ese tiempo con niños negros que aspiraban a asistir a clases como todos lo demás niños”, dice el director de Noticias de Radio Bilingüe, Samuel Orozco, en el programa de Línea Abierta que habitualmente conduce.
En este contexto, un candidato reformista mexicoamericano se postuló para Fiscal de Distrito en la ciudad capital de Texas, con una agenda que exige un cambio radical en la administración de justicia. Comenzando con la liberación de emergencia de muchos internos en prisión para evitar la propagación de Covid-19, hasta “volver a poner a la orden del día el tenebroso historial de linchamientos que señaló a esa agencia de policías rurales de Texas.
Para comentar sobre el significado de derribar dichas estatuas, que para muchos distorsionan la historia y segregan a aun más en la memoria colectiva el valor y las contribuciones de los afroestadunidenses y latinos a este país, entre los que destacan los mexicanos que junto con los nativo americanos habitaban el vasto territorio texano antes de la llegada de los europeos, Línea abierta entrevistó a Domingo García, actual Presidente Nacional de la Liga de Ciudadanos Latinoamericanos Unidos, LULAC.
La postulacion del Fiscal, “Es una gran victoria para la comunidad mexicano americana aquí en estados Unidos, especialmente aquí en Texas… Los Texas Rangers tienen una historia aquí de racismo, de terrorismo”, dice García, quien culpa a los Rangers de un genocidio que ha permanecido oculto para la mayoria durante casi un siglo.
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