Científicos cuestionan a USDA por gasto ineficiente contra el cambio climático
Marco Vinicio González
El Departamento de Agricultura (U.S.D.A), apoyado en la Ley de Reducción de la Inflación y otras fuentes de financiamiento está dirigiendo miles de millones de dólares para mejorar los datos y modelos de estrategias inteligentes en el combate a cambio climático, y propone para 2040 cero emisiones de gases de efecto invernadero.
La agricultura genera la tercera parte de la contaminación del planeta y la décima en Estados Unidos, sin embargo analizarla es más complejo que supervisar plantas de generación de energía o tubos de escape, dice un estudio de EWG, organización no lucrativa para empoderar con investigación innovadora en la toma de decisiones informadas, que cuestiona la efectividad de la estrategia oficial.
Un nuevo informe del Grupo de Trabajo Ambiental, que llevó a cabo la investigación, encontró que Estados Unidos está gastando miles de millones de dólares para tratar -sin éxito- de reducir las emisiones de gases de efecto invernadero en los campos de cultivo y los establos.
Criticó por ejemplo la instalación de nuevos sistemas de riego, a pesar del daño que pueden causar, dice, “a los suministros de aguas subterráneas y la construcción de infraestructura para contener los desechos animales, lo que podría conducir a más emisiones de metano y otros gases de efecto invernadero”.
Pero la U.S.D.A., dijo en un comunicado que el informe del EWG es “fundamentalmente defectuoso” porque “no tuvo en cuenta la metodología utilizada por el USDA, rigurosa y basada en la ciencia para determinar las prácticas elegibles” o el nivel de especificidad que se requiere para que algunas prácticas reciban financiación climática.
No obstante, los autores del estudio todavía están esperando a que la U.S.D.A. comparta sus fuentes y datos que justificarían la designación climáticamente inteligente. Afirman que “hay una gran brecha de conocimiento en nuestros esfuerzos por transformar la agricultura”.
Otros científicos que apoyan la inversión en algunas prácticas climáticamente inteligentes piensan que incluso las prácticas que generalmente se reconocen como buenas para el clima todavía tienen beneficios poco claros.
Tal parece que la ciencia regresa a los viejos usos y costumbres de los campesinos tradicionales al recomendar que los “cultivos de cobertura”, o la rotación de cultivos, como han hecho tradicionalmente los abuelos, es una de las prácticas agrícolas más aceptadas para la conservación inteligente del clima.
Por ejemplo, afirman, “las legumbres y otras especies que se plantan después de la cosecha de cultivos comerciales, como el maíz, ayudan a nutrir el suelo y mejorar la calidad del agua”, como lo han hecho por largo tiempo los campesinos de muchos lugares.