Pulso Flujo, una restauración temporal al delta del río Colorado
A diez años del Flujo Pulso, organizaciones ambientalistas participaron en el Festival Revive el Río, en el que participaron los protagonistas de este hecho histórico que ayudó a restaurar el Delta del río Colorado. Foto, Alejandro Maciel.
Hace más de un siglo, el río Colorado, que desemboca en el Golfo de California, era navegable. Sin embargo, ante la creciente demanda de agua en zonas urbanas, agrícolas y ganaderas, Estados Unidos y México, mediante represas, consumieron casi toda el agua. Como consecuencia, el delta del Colorado se convirtió en un paraje árido y desolado. Hace 10 años, bajo la presión de grupos ambientalistas y mediante un complicado acuerdo binacional, miles de millones de galones de agua fueron liberados temporalmente en el evento llamado Flujo Pulso. Esta histórica decisión fue celebrada por la comunidad del área. Alejandro Maciel estuvo presente y nos entrega su reporte desde la ciudad de Mexicali.
“Muy lindo, sentí como, no sé, como si el corazón me palpitara mucho”
La estudiante Diana Isabela Cedillo, de 14 años, tenía cuatro cuando por primera vez sintió el agua fresca del rio Colorado mojando sus manos. Recuerda junto a familiares y amigos, el llamado Flujo Pulso, un evento del que fue testiga sin saberlo.
Hace 10 años millones de metros cúbicos de aguas del rio Colorado fluyeron hasta su desembocadura en el Golfo de California.
El río Colorado nace en las montañas rocallosas. Por más de 2 mil 300 kilómetros atraviesa nueve estados, siete en Estados Unidos y dos en México, hasta desembocar en el Golfo de California, antes conocido como Mar de Cortez. Hasta hace un siglo el río Colorado era navegable aguas arriba, dice el historiador Ernesto Sosa Rocha.
“Eran barcos de vapor con fondo plano con rueda de paleta y entonces ellos hacían los viajes desde San Francisco, le daban la vuelta a la península de Baja California para meterse por el rio Colorado”
Sin embargo, su caudal fue capturado por varias represas. Actualmente sus aguas desaparecen 112 kilómetros después de abastecer a más de 40 millones de personas y ya no llega nada al mar.
“Está seco… está seco. Aquí enseguida tenemos el cauce seco del rio Colorado”
Enrique Villegas es director del programa del Río Colorado del Sonoran Institute.
“Podemos ver cómo llega de Estados Unidos a la presa Morelos y de la presa Morelos se mete toda el agua a los canales de riego y aquí va el lecho seco del rio Colorado”
El Delta cubría una extensión de 7 mil 770 km². Allí existían pantanos, álamos y sauces, y descansaban aves migratorias. Sin embargo, por el uso excesivo del agua y las sequias producto de la crisis climática, hoy es una sombra de lo que fue.
De esto fuimos testigos… la tierra está reseca por temperaturas que rebasan los 120 grados Fahrenheit. Hace más de dos décadas la comunidad científica ya había percibido la crisis, dice Villegas.
“Estos grupos ambientales ya estaban trabajando desde hace 20 años en querer empezar a hacer algo”
Después de años de negociaciones, en el 2014 Estados Unidos y México se embarcaron en una colaboración binacional sin precedentes para liberar más de 340 mil millones de galones de agua.
Durante ocho semanas, fluyó libre a través del Colorado, inundando más de 2 mil hectáreas de corredores fluviales. Por primera vez desde 1997, aunque brevemente, el río se encontró de nuevo con el mar.
Para entender la magnitud del deterioro de la cuenca del río Colorado hay que retroceder hasta 1936, cuando se construyó la presa Hoover, dice Cesar Félix Anaya, coordinador de educación ambiental del Sonoran Institute en Mexicali.
“En el 1936 Estados Unidos aprovecha este flujo y en Nevada se crea la Presa Hoover, principalmente para prevenir inundaciones, el riesgo agrícola y suministrar agua a la población”
Mas de una década después en territorio mexicano se construyó la Presa Morelos, para abastecer de agua a Baja California y Sonora, alimentando también más de 150 mil hectáreas de cultivos de algodón, trigo, alfalfa y cebolla y otros productos. Después, su caudal desaparece.
La tribu Cucapá, pobladores ancestrales de las márgenes del río es la más afectada, nos dice Ángel Pesado, de la comunidad de Pozo de Arvizu, Sonora.
“Con eso hacían las casas… Hay que buscar, hay que salir. Álamo, sauce, que había mucho en el rio, iba y lo cortabas y hacían sus cosas, sus trabajos, artesanías, pero ahorita ya no hay”
Aunque el Flujo Pulso del 2014 concluyó ese mismo año, ambos gobiernos dieron un paso en la dirección correcta, destaca Carlos de la
Parra, asesor de la Comisión Internacional de Límites y Aguas.
“No habían tenido una apertura real al tema ambiental, y diría que hay que reconocer que la Comisión Internacional y los dos gobiernos tuvieron apertura”
Desde entonces siguen descargando agua, no con el caudal del Flujo Pulso, pero en cantidades muy reducidas, con mayor regularidad.
Con dicha ración las organizaciones ambientalistas empezaron la restauración del hábitat en mil0 hectáreas distribuidas en tres sitios.
Ya llevan plantados más de un cuarto de millón de árboles nativos, como álamos, sauces y mezquites, y esto ha provocado la llegada de numerosas especies de aves.
Visité el sitio de restauración Miguel Alemán, localizado a unos 90 minutos de Mexicali, casi en la frontera con el estado de Sonora.
Hasta hace diez años, era una zona árida usada como basurero. Edgar Carrera, coordinador de proyectos de Nature Conservancy ha contribuido a la transformación.
“Lo que buscamos con estos sitios es reproducir el hábitat del rio en una escala más pequeña para brindar refugios a la vida silvestre”
Aquí practican el uso eficiente del agua, regando miles de árboles y matorrales mediante un laberinto de mangueras y tubos.
Para recordar los 10 años del Flujo Pulso, a fines de octubre una alianza de organizaciones ambientalistas de ambos países, actores del rescate de al menos una parte de la cuenca celebró el festival Revive el Rio Colorado.
“El delta está vivo y seguiremos trabajado para que así sea”
Analizaron la importancia de que la agenda ambiental hubiera sido incluida en las negociaciones binacionales…
“El flujo pulso no sólo fue un evento histórico, sino que también fue una promesa de lo que podemos lograr cuando trabajamos juntos, cruzando fronteras y uniendo fuerzas por el bien común”
Los logros en la rehabilitación de la zona, aunque limitada, son importantes.
“Pensemos en eso y sigamos trabajando todos juntos, para que esta restauración del delta siga adelante”
Los retos futuros
“Para los futuros flujos pulsos, o futuros flujos ambientales la información que genera el grupo ambientalista es muy importante, porque viene de la parte científica”
Miembros de la tribu Cucapá, cuyo nombre significa, “gente del río”, compartieron algunos de sus rituales ancestrales.
Todos reconocieron que el logro más importante de Flujo Pulso es que en las negociaciones bilaterales ambos gobiernos consideran la agenda ambientalista y también que la sociedad civil se ha sumado a labores de restauración del hábitat, dice Aida Navarro, coordinadora de la Alianza Revive el Río.
“Ya se logró lo más difícil, que era dar el primer paso, conseguir agua para el ambiente, demostrar que con poquitita agua el ecosistema responde de una forma maravillosa”
Así, independientemente de sequías o negociaciones, el futuro de la restauración de la cuenca no dependerá de la buena voluntad de los gobiernos, sino del trabajo de las organizaciones ambientalistas y de la sociedad civil; especialmente de las nuevas generaciones, como la de la joven Diana Isabela Cedillo, que llegó a celebrar su primera experiencia con el agua del río cuando era niña.
“No sé, es como si la naturaleza me estuviera trasmitiendo algo, sí, me estuviera diciendo, aquí es…”
Para la Edición Semanaria de Noticiero Latino desde la cuenca del río Colorado en Mexicali, México, Alejandro Maciel.
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