“Cantos y Cuentos de Rio Arriba”, crónica musical de la historia de Nuevo México
Año de 67
Cinco de junio fue el día
Hubo una revolución
Allá por Tierra Amarilla.
“Roberto Martínez escribió la canción allí mismo, con mi mamá. Rápido, escribiendo la letra. Yo creo que mi padre cuando oyó de Reies López Tijerina y Tierra Amarilla sintió que tenía que hacer algo, compartir con todo el mundo”, dice Roberto Martínez hijo, también músico y compositor.
Allá en la casa de corte
Pueblo de Tierra Amarilla
Nuevo México el estado
Condado de Rio Arriba.
Un grupo de nuestra gente
Muy descontentos bajaron
Y en oficiales de estado
Su venganza ellos tomaron.
“Yo soy nativo de Nuevo México y vivo en el norte. Me crie en el norte de Nuevo México donde está todo ese movimiento… Y por supuesto me sentí, y me siento que hubo una gran injusticia allí”, dijo el finado Roberto Martínez padre, en una entrevista grabada en 2003 sobre la gesta rebelde de un grupo de pobladores Aliancistas, como eran conocidos los partidarios del legendario activista Reies López Tijerina.
Su jefe les suplicaba
No debería haber violencia
Pero no los controlaba
Pues perdieron la paciencia
Un diputado en el suelo
Se queja con agonía
Con una bala en el pecho
Allá por Tierra Amarilla.
Las mujeres y los niños
Iban corriendo y llorando
En ese instante pensaban
Que el mundo se iba acabando.
“Y cuando ocurrió esto, hice ese corrido con el propósito de presentar en una forma musical lo que considero una tragedia, una injusticia. Lo que puse en las palabras esas era un reportaje de lo que ocurrió. No quise indicar mis sentimientos porque ese no era el propósito de ese corrido”.
Roberto Martínez Jr, hijo de Don Roberto, dice que “Lo que paso en Tierra Amarilla fue cosa de derechos civiles… Reies López Tijerina quería pelear para la gente indohispana, la gente que tenía su cultura, su idioma y sus tierras. Esas cosas se estaban perdiendo…., robadas, ¿me entiendes? Y cuando esos eventos ocurrieron, mi padre y mi mamá. Qizás yo estaba allí, yo no sé, yo tenía tres años. Él estaba en su carro y le dijo a mi mamá: ‘Agarra papel y lápiz y escribe estas palabras: (cantando) Año del 67, cinco de junio fue el día, había una revolución allá por Tierra Amarilla. Y él escribió toda la canción allí mismo, con mi mamá. Yo creo que mi padre cuando oyó de Tijerina y Tierra Amarilla sintió que tenía que hacer algo, compartir con todo el mundo”.
Porque esa revolución, afirma, “era cosa de cultural survival (sobrevivencia cultural). Como el Pueblo Revolt. Fue una rebelión cultural. Los pueblos… felt they were losing their religion, language, lands, so they revolted against the Spanish (sintieron que estaban perdiendo su religión, su idioma, sus tierras, por lo que se rebelaron contra los españoles). También pasó aquí con Tijerina y la gente del norte de Nuevo México. Fue un grito. Que nunca nos rendimos. Y mi padre quería… he wanted to be part of it, he wanted to participate in his own way (él quería ser parte de eso, quería participar en su propia manera)”.
Fueron treinta que lograron
Para la sierra escapar
y el gobernador llamó
A la Guardia Nacional.
Cuando fueron capturados
A la prisión los llevaron
Para que fueran juzgados
Del crimen que les acusaron.
Roberto Martínez Jr. dice que cuando a Tijerina lo llevaron a la cárcel, por las bocinas estaban tocando el corrido de Río Arriba. Con mi padre Roberto Martínez y los Reyes de Albuquerque; y that lifted Tijerina’s spirits. It empowered them (eso levantó el ánimo de Tijerina, les dio poder) para seguir la lucha”.
Este corrido termina
Cuando se haga la justicia
Para que no se repita
Lo de allá en Tierra Amarilla.
Por su parte, el renombrado folklorista, Enrique Lamadrid, profesor de la Universidad de Nuevo México en Albuquerque, y quien refiere haber usado el Corrido de Rio Arriba como ejemplo infaltable en sus cursos universitarios, recuerda: “Yo estaba enseñando el corrido de Río Arriba, que se compuso –Martínez- el día después de la revolución de Tijerina en el movimiento de la Alianza Federal de las Mercedes, en el norte de Nuevo México.
“Y al día siguiente nuestro difunto Roberto Martínez compuso su corrido y fue inmediatamente a la estación local, y había un programa de talent local y dentro de tres días ya estaba cantando el corrido de Tierra Amarilla. Y todos los periódicos estaban muy en contra, no entendían nada de lo que pasaba. Para saber lo que pasaba había que escuchar un corrido. El periodismo estaba muy horrible en esa época…”.
“Sin embargo, sí compuse otro que es más fuertecito, más crítico del gobierno, y se llama El Tigre Norteño. Ese es totalmente de Reies López Tijerina… Le decían el Tigre Norteño…, del Norte. Allí pongo más mis sentimientos personales”.
Estas letras sobre los hechos en Tierra Amarilla tuvieron sin embargo su costo para Don Roberto Martínez. Le trajeron consecuencias. Eso refiere su hijo, renombrado maestro violinista y folklorista, Lorenzo Martínez:
“Cuando salió el Tigre del Norte, Reies López Tijerina, estaban tocando por Tierra Amarilla una noche y cuando terminaron de tocar unos amigos los invitaron a ir quien sabe a dónde. Y le decían a mi jefe: ‘vale más que te cuides aquí’. En otras palabras lo amenazaron. Es la única vez que sé que lo amenazaron. Yo no sé. En este negocio pasan cosas muy raras. Yo no sé quienes eran los hombres o qué pasó. Es la única vez que oí que lo amenazaron un poco a él y a Miguel…”.
Agrega: “Después, en Coyote Nuevo México, un pueblito, los corridistas se juntaron para ver quién cantaba mejor. Pero tenían sus diferencias muy serias. Roberto fue atacado casi físicamente porque hubo activistas que no creían que había sido suficientemente radical en su pensamiento… Y tuvo que componer otro corrido para decirle a la gente que estaba a favor de Tijerina y su movimiento. Se llamaba el Corrido del Tigre de la Sierra. Muy claramente para decir: “este es nuestro héroe”.
“El ciclo de corridos sobre la lucha por Las Mercedes lo comenzó Reies López Tijerina”, dijo Lorenzo Martínez.
El profesor y eminente especialista en la tradición de los corridos fronterizos, Enrique Lamadrid afirma: “Ahora estamos en una época en que hay un fuerte movimiento de Las Mercedes, y ha logrado muchas cosas; han devuelto muchas tierras arrebatadas antes de 1907, comenzando con los camposantos. Los panteones, pues. Antes había que pedir permiso al Departamento nacional de la Floresta, el US Forest Service; había que pedir la llave para cruzar las florestas y dejar flores en la tumba de tu abuela. Tener que pedir las llaves… ¡Por favor! El gobierno ha sido muy abierto a ese tipo de petición con todo lo que es el llamado Sage Brush Rebellion en el oeste. Toda la gente se queja de por qué el principal terrateniente es el ‘Tío Samuel’…, el gobierno americano… Para mi padre era como una misión. Él tenía mucho orgullo de nuestra cultura”.
“Tienes que recordar que en esa época de los 60 había mucho tumulto, mucho civil unrest (disturbios civiles). Reies López Tijerina; Martin Luther King Jr; Civil rights for minorities and women, blacks and Latinos, Native Americans. And my father was very passionate about that. He got caught up in that. So, he wanted to promote our culture and our music in the wider scene, the broader world out there. He thought it was too important to merely keep it in the mountains and valleys (y mi padre era muy apasionado por eso. Quedó atrapado en eso. Entonces, él quería promover nuestra cultura y nuestra música en la escena más amplia, en el mundo más amplio que existe. Pensó que era demasiado importante simplemente mantenerlo en las montañas y valles)”.
Martínez afirma que su padre fue mucho un activista por los derechos civiles y culturales también. Eso, dice, “Fue una cosa muy importante para él. No pensaba en palabras como, soy español, soy chicano. Él decía: ‘soy chicano, soy mexicano’, sí. Pero más que todo, él quería que se tratara bien a toda la gente. Y con justicia. Hablaba muy bien. Era muy elocuente. Pero usaba la música a veces como una pistola ¿entiendes? To get his message across (para transmitir su mensaje)”.
Amigos vengo a cantarles
El corrido de un paisano
Se llamó Daniel Fernández
Hijo nuevomexicano.
Esto es parte del corrido de Daniel Fernández, un soldado que fue héroe en Vietnam, como muchos soldados latinos de Nuevo México, California y de todas partes. “Y cuando él estaba allá, murió salvando la vida de sus amigos”, dice Lorenzo Martínez, quien junto con su fallecido padre condujo el grupo Los Reyes de Albuquerque.
Ese soldado valiente
Valiente de nuestro estado
Por el amor a la patria
La vida ha sacrificado.
“Y mi padre sintió que era muy importante que se diera honor a Daniel Fernández y a todos los soldados latinoamericanos que pelearon y murieron por este país, Estados Unidos. Y por eso el escribió ese corrido. Para informar al mundo que aquí estamos y hemos estado aquí siglos. No somos forasteros. Somos Americanos como todos. Y fue un corrido que tuvo mucho éxito aquí en Nuevo México.
En el pueblo de Las Lunas
Fue el lugar donde nació
Y en el sur de Vietnam
Fue el lugar donde murió.
“El talento que tenía mi padre, de hacer corridos. Él hacía un corrido para cada ocasión que afectaba al mundo o al estado”, dice Lorenzo Martínez.
“Y ha hecho corridos como el de Daniel Fernández, el hombre que se mató en Vietnam salvando a sus amigos. Y luego hizo uno del Tigre del Norte, de Reies Lopez Tijerina, y el problema de Tierra Amarilla. Y luego hizo un corrido que se llama de Los Astronautas, pobrecita gente. Cuando subieron en el shuttle y explotó hizo un corrido. Por supuesto el corrido de la prisión de Santa Fe, cuando estuvo esa situacion muy mala, del riot (la revuelta).
Ya con esta me despido
Paseándome en estos valles
Aquí se acaba el corrido
Del gran soldado Fernández.
“A mi padre le interesaban mucho cosas de la vida, cosas que pasaban. Y también era poquito, como se dice, no digamos político pero… Le gustaba… tenía su posición de cómo ver las cosas en la vida. Hacía el corrido como él veía la situación. Era muy bueno para eso”.
Y está también el corrido de Córdoba y Canales, un corrido muy fuerte y también muy radical, que con dedo acusador señala a la policía, implicando a los agentes en la muerte a balazos de dos jóvenes activistas del grupo Los Gorras Negras o Boinas Negras. Ellos fueron Antonio Córdova y Rito Canales, asesinados brutalmente en 1972. Las circunstancias de su muerte aún no se han aclarado. Ese corrido, señala que en la comunidad hispana existe la convicción de que los jóvenes fueron asesinados a mansalva por la policía, sostiene de nuevo Roberto Martínez Jr.
“Mi papa luchaba contra la injusticia. Cuando leía algo en el papel o lo veía en la televisión, lo quería poner en canción. You don’t want to anger a writer or songwriter or a book writer because they’ll put it in a song or book forever (tú no quieres enojar a un escritor o a un compositor o escritor de libros, porque lo pondrá en una canción o libro para siempre).
Año de mil novecientos
Setentaidos al contado
Cuando a Córdova y Canales
La policía mataron.
El 29 de enero
Sábado en la madrugada
Al ritmo de 15 balas
Su sangre fue derramada.
Córdova cayó primero
Canales salió corriendo
Reclaman los policías
Aunque ya estaba muriendo.
Sus amigos y parientes
Recuerdan con gran tristeza
Los dejaron por nueve horas
Tirados allá en la mesa.
“Los corridistas no son sólo músicos y cantantes, también son historiadores. Están guardando la historia, los eventos, la gente, los héroes que forman el pueblo; la identidad y el futuro de todos, no sólo de los músicos, sino de yo, usted, todos”.
Hay como un renacimiento del interés en el corrido entre los chicanos, mexicoamericanos, interesados en sus tradiciones.
“Aquí existe una auténtica comunidad de corridos. Una cultura de corridos. Cuando algo notable pasa, salen historias”, dice Enrique Lamadrid, coautor del libro ‘La Música de los Viejitos, del Río Grande del Norte’.
Estamos al otro lado del río, cerca de la casa del gran corridista Miguelito Romero, que ha escrito cientos de corridos… Hay otros corridistas legendarios. Aunque no tan visibles como Roberto Martínez.
Según Don Américo Paredes, el corrido más antiguo de Texas, el corrido de Kansas, canta sobre la primera vez que se juntan grandes, grandes rebaños de dos o tres mil reses, algo que nunca se había visto, porque el ferrocarril acababa de llegar a Kansas City. Los mexicanos hicieron lo que los vaqueros americanos nunca hubieran podido hacer. Eso se canta en Texas. Un corrido muy heroico. Una gran hazaña casi increíble. Aquí en Nuevo México (ese mismo corrido) se canta con tonada de alabado, de lamento. Es el modo o género musical en el que se juntan las historias de forma cultural. En Nuevo México no es tanto la hazaña de ser buenos vaqueros sobre lo que se canta, sino la muerte de un vaquero en las trancas de un corral. Un caballo Lo aplasta. Van y vienen las modas, pero siempre hay gente pensando en términos de corrido. Si muere el hijo de alguien en su motocicleta, la gente no descansa hasta que tenga su corrido. Algunos se cantan una vez en el funeral. Otros comienzan a circular. El mismo Miguelito compuso uno casi espeluznante sobre los femicidios en Albuquerque.
El Corrido cuenta cosas que la gente no sabe. Es una manera de contar la historia, el pasado, dice Brenda Romero, profesora etnomusicóloga de la Universidad de Colorado, en Boulder.
“Por medio de las emociones que se escuchan en la música, el español que se usa, todo eso. De niña oía ese español. Mi tía, mi mamá, usaban un español a veces muy raro. “Vamos a Tausí…”.
“Yo diría que el corrido en Nuevo México es algo de permanencia, desde el principio… El corrido para mi dice una historia no sólo de un tema. Hay corridos sobre lugares, sobre personas, sobre acontecimientos. Y a veces sobre personas en tales lugares y sobre acontecimientos en tales lugares.
Entonces escribimos estos versos y comenzaron a tocarlos en la radio. Porque no queríamos que fueran a aumentar por 25 mil personas esa área. Yo utilicé la tonada de Valentín de la Sierra para componer el corrido de la Ciénega de Santa Fe”.
Voy a cantar una historia
En la mejor voz que sé
De algo que está sucediendo
Allá por la Ciénega de Santa Fe.
Antes comíamos dulces
Al lado de la acequeicita
Y la campana sonaba cada mañanita
A invitarnos a misa
El canto de las golondrinas se oía
Allá por la capilla
De San Antonio de Padua
Que allí nos espera por la Cieneguilla.
En este histórico río
Lavaba ropa mi abuela
Siempre enjuagando y lavando
Con el lavadero y jabón de la Puebla.
(se llamaba jabón de Puebla, el jabón hechizo, casero)
Pero allí vienen los fuereños
Con su fortuna contada
Dejando el río destruido
Y dejando el agua bien contaminada
Por allí van a hacer un golf course
Donde vienen los turistas
Allí encontrarán a los ricos corriendo ligero
Tras de sus bolitas
Aquí se acaba el corrido
Ciénega de santa fe
El dinero compra todo
Pero de nuestra gente no compra la fe.
El dinero compra todo
Esto todos lo sabemos
Pero no compra nuestra herencia
Si todos unidos nos les oponemos.
Sigue canto a capela , de un CD:
Pensando, me voy pensando
Pensando en mis regocijos
¿Qué Ciénega quedará
Para poderles dejar a mis hijos?
Hay corridos muy notables que tienen melodías propias y se pueden identificar por su tonada. Pero hay muchos corridos en los que la tonada no es el enfoque. La letra es el enfoque. Y hay muchos en los que se usa la misma tonada para diferentes corridos, afirma Lorenzo Trujilo, de Denver, Colorado:
“Hay piezas y canciones en nuestra música. Las piezas son para los bailes. Las canciones son, como el corrido, que es el antecedente del ballad, del American ballad (baladas estadunidenses) de los cowboys.Es decir, que nosotros cantamos canciones para enseñar… Mi tía hizo famosa una canción que se llama El Bracero. Es una canción sobre los braceros que entraron a Estados Unidos a trabajar:
Hermanitos de mi raza
Si se van a trabajar
En los Estados Unidos
Yo les quiero aconsejar
Que tengan mucho cuidado
Que no les vaya a pasar
Lo que me pasó una vez
Por la falta del inglés.
“Vienen como cinco versos de enseñanza. Pero eso es más moderno. Las canciones de antes eran como Corridos y Rancheras, y todo eso que tenemos todavía hoy en día. Hay escritores que siguen escribiendo éstas. Pero aprendimos de los antepasados. Y mucha de la enseñanza que tuvimos nosotros fue: ‘tienes que aprender las canciones para ser educado’. Sin saber recitar, uno no era educado. Era falta de educación. Falta de educación porque el respeto es parte de eso también”.
“En los últimos años de los 70 empecé a escribir canciones basadas en ese tema (Nuevo Canto). Con lo que pasaba aquí en Nuevo México. dice Cipriano Vigil, del poblado de El Rito, quien ha vivido toda su vida al pie de las Montañas Sangre de Cristo en Nuevo México.
“Como por ejemplo esa de ‘Se Ve Triste el Hombre’. Habla de cómo entraron los… a las montañas de la sierra. Destrozaron todo para que los ricachos de las ciudades tuvieran leña en su fireplace, sin pensar en el daño a la ecología, los animales, la wildlife. Y además el gobierno que vino y puso cercas en las tierras que eran de la gente, y el gobierno las recogió. Les decían La Floresta. Más antes la gente podía ir a recoger leña, a pescar y a cazar. Ahora tienen que pagar un permiso. Se llama “Se ve Triste el Hombre”. Es como una forma de protesta”.
Entra el hombre cuartonero
A las entrañas de la sierra
Sacan todos los pinos
Y nos dejan sin madera.
Las montañas de mi tierra
En un tiempo de mi gente fueron
Cuado entraron las florestas
Toditito recogieron
cuando entraron las florestas
toditito recogieron.
Se ve triste el hombre
El hombre de la sierra
Pues destrozaron la naturaleza
Le quitaron el agua y su tierra.
Hay que preservar lo nuestro
Ya basta de “mi casa es suya”
No tenemos leña verde
Ni para cocer tortillas
Como si esto fuera todo
Todo lo que desahuciaron
En el cuento de las tierras
Las donaciones ¿de quienes fueron?
En los tiempos de mi abuelo
Cuando cercas no existían
De esta piedra a aquel pinito
Es la tierra mía.
Esos tiempos se acabaron
Nos quitaron toditito
Ahora nos miran y se ríen
Y nos ven como tontitos.
En esa misma vena, el maestro Cipriano Vigil compuso un corrido en el que expone y condena los planes del gigante agroquímico Monsanto, de modificar las semillas del chile nativo, la fruta distintiva de la región de Nuevo México. Según Vigil, el corrido lo cantó por primera vez cuando Vandana Shiva, la mundialmente conocida activista de la India, visito el estado en 2008. Es el Corrido del Chile Verde:
Señores pongan cuidado
Lo que les voy a contar
Nos quieren quitar las semillas
Y no dejarnos sembrar
El chile y sus semillas
Pertenecen a nuestro estado
Si las perdemos del todo
Seguro nos mandan al diablo.
Lo que quieren estas compañías
Como la de la Monsanto
Acabar con nuestra cultura
Y lo que representamos.
Si nos quitan estas semillas
Después nos harán comprarlas
Las semillas del chile verde
Y luego todas alteradas.
Lo que tenemos en nuestro estado
Es nuestro y es muy sagrado
Debemos de cuidarlo siempre
De estos ladrones malvados.
Son como proto-corridos. Cuando no había corridos había Inditas quí.
“Para conmemorar guerras, para conmemorar muertos en la carretera, para conmemorar cautivas que se llevaban los apaches. Cualquier ocasión. Es un género muy reflexivo y se le nota porque emplea el refrán, emplean el coro, y hay muy poquitos corridos que emplean refranes. Puedo pensar sólo en dos o tres”, dice Lamadrid.
La Indita, prosigue Lamadrid, “es notable por el marco de la primera persona. No hay un narrador que comienza y que llega a la primera persona. Las Inditas comienzan con la primera persona: “So soy Manuel Maes. Yo soy el cibolero más afamado de Las Vegas, Nuevo México y vamos después de la cosechas y tengo el caballo más veloz; pero esta vez me traicionó mi caballo, se me cayó en un tusero y me enterré en mi propia lanza y estoy narrando mi propia muerte”. El muerto es el que canta, y critica a los hermanos. Si en el momento de la muerte le gritas: “¡Jesus!” al agonizante, eso le ayuda a ver a su Salvador. Algo así. Esa es la indita de Manuel Maes…
Caballo alazán tostado
Que tú la muerte me distes
Me vide tan fatigado
Desamparado y tan triste.
Caballo prieto mentado
Que tú la muerte me distes
Tu cuerpo quedó bañado
Con mi sangre te teñiste.
Adiós todos los parajes
Que en el camino encontré
Adiós madre Donaciana
Y padre de Juan de Dios Maes
Adiós mis padres queridos
No me verán otra vez.
Adiós también a mi novia
Hay que bonita te ves
Adiós mi novia querida
Ay que bonita te ves.
Adiós hermanos y hermanas
No me verán otra vez
Adiós parientes queridos
Del finado Manuel Maes.
“Hay muchas protagonistas mujeres y el hecho de que haya un refrán es un descanso entre las coplas para meditar sobre la tragedia, sobre lo que ha pasado. Las Inditas son tan hermosas, tan líricas. Es un lirismo que Sobrepasa el corrido”, sostiene Lamadrid.
Indita, indita, indita
Indita de Cochiti
No le hace que seiga indita
Si al cabo no soy pa tí.
Indita, indita, indita
Indita del otro lado
¿En dónde andabas anoche
Que traes el ojo pegado?
Aquí concluye este programa, Corridos de Río Arriba, dedicado a echar un vistazo a algunos de los más notables corridos populares y a legendarios corridistas de la región conocida como el Rio Grande del Norte. El trabajo de campo en la región de Río Arriba, y este texto escrito fue realizado por el Director de Noticias de Radio Bilingüe, Samuel Orozco, quien también condujo el programa de Línea Abierta que aquí reseñamos■