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Cancioneros del Valle: “Así como la sangre llama, la música llama también”

Por Radio Bilingue
Publicado 11 febrero, 2020

Paisaje de San Luís Río Colorado. Foto: Samuel Orozco.

Paisaje del pueblo de San Luís, Colorado.

Una región que ha sido cuna natural de las tradiciones de Rio Arriba es el valle de San Luis, en el sur de Colorado y la frontera norte de Nuevo México. Aunque separada por una línea política divisoria, la gente de este valle bordeado por las Montañas Sangre de Cristo, y bañado por las aguas del Río Grande ha sido históricamente parte integrante de la tierra de Río Arriba.

En este valle se guardan las mismas costumbres, la misma lengua, los mismos corridos, canciones, rezos y cantos ceremoniales que se cultivan en las rancherías y pueblos al norte de Albuquerque.

En busca de esa ancestral raíz de Río Arriba, y con la notable asesoría del eminente estudioso de la música folclórica, Daniel Sheehy, y además con la guía del gran maestro de la danza folclórica, Herman Martínez, llegamos al valle de San Luis para hacer un recorrido por Alamosa, por San Luis, el pueblo de mayor antigüedad en Colorado, por Antonito y otros pueblos circunvecinos.

Mural de Carlos Sandoval, sobre San Luis, Colorado.

En Antonito tuvimos la oportunidad de visitar en su rancho a la familia del veterano cantante, guitarrista y violinista, Don Salomón López, quien junto con su sobrina Rosa Vialpando y su sobrino nieto Rubén Domínguez conforman el grupo de tres generaciones, Los Cancioneros del Valle.

En su repertorio, esta familia de músicos mantiene vivas las memorias y las piezas tradicionales del cancionero del valle de San Luis. Don Salomón, Rosa y Rubén cantan corridos y canciones rancheras, lo mismo que marchas de novios y canciones de año nuevo heredadas de sus padres y abuelos.

Platiqué con Don Salomón, Rosa y Rubén, quienes compartieron sus memorias y su música.

Aquí la entrevista con Don Salomón.

“Aquí me crie yo, y todos los de mi familia eran músicos, de parte de mi mamá, que también era música… aprendí como a los 8 años muchos instrumentos, el banjo, la guitarra, la mandolina y hasta el violín, y a cantar también… en San Luís y en Nuevo México (NM) también, porque mis abuelos eran de NM… La gente nos invitaba a tocar y a cantar en algunas celebraciones, como en la SPMDTU (Sociedad Protección Mutua de Trabajadores Unidos, que se originó en Antonito, Colorado), o en casorios… eran canciones viejas, como una que se llama El Lirio, o El Día de San Juan, Valses de Año Nuevo… Y bueno, cuando se iba a casar alguien. La gente aquí en Antonito, cuando se iba a casar alguien nos invitaba, cada semana diferente gente hacían como unos bailecitos adentro de la casa, les decían “chirrivines”, y la gente gustaba mucho…”.

Escuche:


Don Salomón López entrevistado en su casa por Samuel Orozco. Foto: Daniel Sheehy.

-¿Y cuál es la música de aquel tiempo que usted tocó y que considera de aquí, de Colorado, de la gente del Valle de San Luís?

“… Las guitarras, y algunos mariachis que hay en San Luís, también… canciones como ‘Mi caballo ensillado’, ‘Dos arbolitos’, ‘Allá en el Rancho Grande’, ‘Dos palomas al volar’, y muchas más… En esos tiempos no había mucha televisión, pero el radio sí. Es todo lo que hacíamos, nomás escuchar el radio… además trabajábamos, mi papá tenía su ranchito. Sembraba frijol, y le ayudaba yo a escarbar, y todo, hasta que lo cosechaba… Mi abuelo era Juan López. Todos estos ranchos que se ven desde aquí hasta allá arriba, allá junto al camino, todo eso era de mi abuelo; y los hijos se quedaron con ellos, hasta que se murieron, y los vendieron a otra gente… ya no siembran, venía el hielo más temprano, y ya no cosechaban”.

Usted tiene como 70 años en la música. ¿Qué le gustaría que quedara de su trabajo, de su inspiración, en su familia o aquí en el pueblo? ¿Qué le gustaría que quedara de toda esa música, de todo ese trabajo al que usted le ha puesto tantas ganas?

“Yo creo que mucha gente se va a acordar de mí, porque por donde quiera me miraban tocando, y cantando…, y yo creo que no se les olvida”.

Escuche:

Rosa Vialpando, Rubén Domínguez y Don Salomón López, en su rancho junto a las montañas Sangre de Cristo, en Antonito, Colorado.

A la señora Rosa Vialpando siempre le ha gustado la música.

“Mi familia siempre cantaba, tocaba canciones rancheras, o los corridos, mi papá, mi mamá, hermana de mi tío Salomón, y me crie escuchando la música, me gustaba mucho, pero era muy vergonzosa y si cantaba, cantaba en secreto… Comencé a cantar en público como en al año 2000. Estaba tratando de hacerme más fuerte, de usar mi voz para casos de mí interés; y grabé una canción, ‘Hallado mi voz’…, y luego esa fue mi primera experiencia cantando en público… Para mí era muy importante ayudar a mujeres que habían sido abusadas, o que no podían defenderse, o que no tenían voces para defenderse y sentirse que eran importantes. Y con eso me entrené en ser terapista, y luego con la música. De modo que usando mi voz en diferentes maneras…, porque con la voz, que es muy poderosa, puede uno herir, puede uno inspirar. La voz tiene mucho poder, y así dice mi canción… Yo quería siempre aprender, porque eso es lo que llama a mi alma, es parte de la familia”.

Escuche:

Tomando en cuenta que en las nuevas generaciones los intereses musicales, y de la cultura en general tienden a hacerse más diversos, ¿hasta qué punto la música de los abuelos sigue presente aquí, en la familia, o en la región?

“En la familia todavía sigue fuertemente. En la región, más o menos, con la gente mayor sí, todavía resuena; pero con los jóvenes, no tanto…, y por eso queremos seguir cantando, para que haya más interés en los jóvenes. Yo sé que en Nuevo México los jóvenes están interesados en seguir la música. Aquí en Colorado no tanto.

¿Y por qué es importante que los jóvenes sigan con esta música?

“Porque es parte del corazón…, de traer a uno a su hogar, a las raíces… Lo que preparamos para hoy es El Lirio, porque es una canción bien hermosa, y fue cantada por Lydia Mendoza (guitarrista y cantante estadunidense de ascendencia mexicana, de Música Tejana, Conjunto, y música tradicional mexicoamericana. Es conocida como ‘La Alondra de la Frontera’). Ella fue la que le dio voz también a las mujeres para que cantaran, porque antes estaban en el background (trasfondo), nomás para que las miraran”.

Escuche:

Pueblo de San Luís, Colorado.

Siguiendo con esta familia de músicos por varias generaciones, otro integrante entrevistado en esta visita a la región de Río Arriba es Rubén Domínguez, el miembro más joven del trío Los Cancioneros del Valle, quien ha diversificado los intereses de la familia.

Sé que estas estudiando una maestría. Dinos, ¿qué haces por estos días, a qué te dedicas?

“… Acabé con mi segundo año, todavía no agarro mi Masters, pero estoy trabajando por él en Music Bussines. Y quiero abrir un estudio donde pueda capturar la música de nuestras raíces y otra clase de música también…, pero a mi estilo… y estoy formando una banda mía, comprando el equipo… La música de nuestras raíces me encanta y me inspira todos los días. Porque como dijo mi madrina –Rosa-, la sangre llama; aunque toco todo tipo de música, toco Country, Rock and Roll, Boleros, Corridos, Ranchera…, unas cumbias por ahí… cuando tuve 10 años de edad la guitara me interesó. Porque estaba siempre con la música y mi papá estaba siempre tocando y cantando. Y había muchas guitarras ahí y un día agarré una y le dije: ‘papa, dame una lección de tocar la guitarra’. Y comenzó nomás a enseñarme como tres acordes, y ahí me picó la hormiga, bien picado…”.

Escuche:

Los padres de don Salomón López.

¿Hacia dónde va Rubén, cuál es tu sueño, cuándo te considerarías realizado como músico?

“Creo que cuando murió mi padre y me mudé para acá a vivir con mis padrinos y comencé a agarrar dinero, jajaja…, ese fue el momento en que pensé: yo puedo hacer esto en la vida… Hablando de futuro, mi sueño es tener una banda, pero una banda con mi familia. Yo también le voy a enseñar a mis hijos la música de nuestras raíces, ese es mi sueño, estar en una banda con mis hijos… Hablando de Nuevo México muchas de las raíces, de nuestras tradiciones han quedado en las nuevas generaciones. Pero cuando me mudé para acá a Clorado, miré que muchos de los muchachos de mi edad…, yo no sé si no quieren aprender, o no les interesa, pero a mí me interesa mucho la música, y las tradiciones…, y creo que mucho de eso viene de mi abuela, Griselda Domínguez… Quiero grabar todo en disco, y también abrir el camino, de un proyecto de cómo ha sido esta música de generación a generación… que aprendan de sus abuelos, de sus padres, porque un día se van a ir de este mundo y van a pensar: hubiera querido hablar con ellos de esta música, de nuestras tradiciones. Vale más que lo aprendan ahora, porque el tiempo en este mundo es muy poquito”.

Escuche:

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